Según la publicación, ‘Amando a Pablo, odiando a Escobar’, el mandatario era amigo del capo del narcotráfico. En el libro la autora Virginia Vallejo describe la importancia que tenía Uribe, según ella, para la organización del capo. El primer aparte dice textualmente (página 48): «Le pregunto cómo hace, entonces, Pablo para tener pista propia y […]
«Le pregunto cómo hace, entonces, Pablo para tener pista propia y flota de aviones, sacar toneladas de coca, traerse jirafas y elefantes desde África y meter Rolligons y botes de seis metros de altura de contrabando».– Es que el negocio de él no tiene competencia. Y es el más rico de todos porque Pablito, mi vida, es un Jumbo: tiene al tipo clave en la Dirección de la Aeronáutica Civil, un muchacho joven hijo de uno de los primeros narcos… un tipo Uribes (sic) primo de los Ochoa… Álvaro Uribe, me parece».
«En Colombia, todo el que sea alguien en una zona del país es primo hermano, segundo, cuarto u octavo del resto. Por eso no me sorprende cuando una noche, después de alguna de sus inauguraciones deportivas, Pablo me presenta al ex alcalde de Medellín, cuya madre es prima del padre de los Ochoa; éste lo llama el ‘Doptor Varito’ y a mí me simpatiza de inmediato porque pienso que es uno de los contados amigos de Pablo con cara de gente decente y, que yo recuerde, el único con gafas de estudioso. Fue director de la Aeronáutica Civil en 1980-1982 y ahora, a sus treinta y un años, todo el mundo le pronostica una brillante carrera política y más de uno se aventura a decir que, incluso, podría llegar algún día al Senado. Se llama Álvaro Uribe Vélez y Pablo lo idolatra.
– Mi negocio y el de mis socios es el transporte, a cinco mil dólares por kilo asegurado – me explica Pablo luego- y está construido sobre una sola base: las pistas de aterrizaje y los aviones y los helicópteros. Ese muchacho bendito, con ayuda del subdirector César Villegas, nos concedió docenas de licencias para las primerass y centenares para los segundos. Sin pistas y aviones propios, todavía estaríamos trayendo la pasta de coca en llantas desde Bolivia y nadando hasta Miami para llevarle la mercancía a los gringos. Gracias a él es que yo estoy enterado de todo lo que pasa en la Aeronáutica Civil y en el aeropuerto de Medellín, porque su sucesor quedó entrenado para colaborarnos en lo que se nos ofrezca. Por eso es que la Aeronáutica Civil es una de las cuotas de poder que nosotros y el Santo exigimos a ambos candidatos en las pasadas elecciones. Su padre Arturo es uno de los nuestros, y si un día algo se nos llegara a atravesar a Santofimio y a mí en el camino a la presidencia, ese muchacho sería mi candidato. Ahí donde lo ves con sus gafas y esa cara de seminarista, es un peleador bravísimo».
Para ampliar esta informaciòn léase el libro del periodista estadounidense Jhosep Contreras, BIOGRAFIA NO AUTORIZADA DE ALVARO URIBE VÈLEZ, donde se cuenta que en el helicoptero de Pablo Escobar, Alvaro Uribe Vèlez transportó el cadáver de su padre asesinado por las Farc