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Presentación de "Rebeldía, subversión y prisión política. Crimen y castigo en la transición chilena 1990-2004", de Pedro Rosas, preso político torturado en democracia

Un libro indispensable después del Informe Valech

Fuentes: Rebelión

«Nunca más tortura» es una frase que se oye mucho en estos días. Pedro Rosas, un torturado en democracia que aún permanece en la Cárcel de Seguridad, saldrá probablemente por dos horas del penal para presentar en el salón «Manuel Bustos» de la CUT, el 9 de diciembre, a las 19 horas, el libro «Rebeldía, […]


«Nunca más tortura» es una frase que se oye mucho en estos días. Pedro Rosas, un torturado en democracia que aún permanece en la Cárcel de Seguridad, saldrá probablemente por dos horas del penal para presentar en el salón «Manuel Bustos» de la CUT, el 9 de diciembre, a las 19 horas, el libro «Rebeldía, subversión y prisión política. Crimen y castigo en la transición chilena 1990-2004», editado por LOM. Esta es la forma de decir «Nunca más tortura» que ha escogido este prisionero político convertido en historiador, cuya obra será presentada por el Vicario Alfonso Baeza, la dirigente de derechos humanos Mireya García, y el director del Museo Vicuña Mackenna, historiador Sergio Grez.

El caso de Pedro Rosas, mirista condenado por asalto y tenencia de armas a 28 años de prisión, es paradojal. No calificaba para comparecer ante la Comisión Valech, porque fue detenido y torturado en democracia. Aunque ni siquiera está condenado por ley antiterrorista, por razones desconocidas, no calificó tampoco para el reciente indulto aprobado por el Senado. Este profesor de Estado, de 39 años, que contrajo y derrotó un cáncer en prisión, ha alcanzado en la Cárcel de Alta Seguridad CAS, el grado de magíster en Historia y Ciencias Sociales. Ha logrado el respeto de la comunidad de historiadores y académicos -Gabriel Salazar, entre otros- vinculados a la investigación que ha desarrollado. Desde el 2003 estos sectores han venido realizando gestiones en pro del indulto ante el Presidente Lagos, quien no respondió una carta firmada por diversas personalidades. El silencio continúa siendo la respuesta al ser reiterada la carta en noviembre de este año, por el Vicario Alfonso Baeza, junto a políticos y dirigentes sociales como el senador Nelson Avila, la ecologista Sara Larraín, el sociólogo Felipe Portales, Fabiola Letelier y el ex dirigente del MIR Andrés Pascal Allende, entre otros.

La tortura hoy

Aunque el libro que será presentado en la sede de la Central Unica de Trabajadores, no ha sido redactado por una Comisión nombrada por el gobierno, sí da cuenta en forma documentada y seria, a través de entrevistas y fuentes como CODEPU, de la continuidad de la tortura en Chile. La existencia de la Cárcel de Alta Seguridad, creada en 1994 por decreto supremo del gobierno de Aylwin y criticada duramente en el informe del relator especial de la ONU para Derechos Humanos Nigel Rodley, es analizada en todos sus objetivos y prácticas por el autor. Su investigación desnuda la violación de los derechos humanos en plena transición. Por lo mismo, este libro debería constituir una lectura obligada después del Informe Valech. De lo contrario, ¿de qué «nunca más» estamos hablando?

Una oportunidad única

Es difícil encontrar un mejor momento para el lanzamiento de una obra de estas características y para liberar a su autor. Al mismo tiempo, el testimonio de Pedro Rosas y su aporte a la reconstrucción ética de nuestra sociedad, ponen a la orden del día la demanda de su libertad a través del indulto presidencial. En el delicado juego de supuestos equilibrios que caracteriza al gobierno del Presidente Lagos en estas materias, la balanza se carga frecuentemente hacia las demandas y presiones de los defensores de los violadores de los derechos humanos.

¿Se necesitarán otros 30 años para que se asuma y rectifique la continuidad de la práctica de la tortura por fuerzas policiales en democracia? Aparentemente nadie habló de ese tema en el reciente seminario sobre Derechos Humanos realizado en la Escuela Militar. A Pedro Rosas, miembro de una generación de luchadores antidictatoriales, le está negado hoy participar activamente de la construcción de la democracia plena por la que se jugó desde sus tiempos de liceano en Valparaíso. La tortura destruyó las vidas de muchos chilenos, como acreditó el informe Valech. Sin embargo, al mismo tiempo, las organizaciones de ex prisioneros políticos se han encargado de demostrar que ellos no sólo mantuvieron su dignidad sino como sobrevivientes, están determinados a jugar un rol importante en nuestra sociedad. Es lo que hoy Pedro Rosas reclama para sí y para todos los presos políticos en democracia.