«Hemos llegado al final de un periodo en el que el capitalismo ataviado con ropajes democráticos se enorgullecía de ser patriótico; nos acercamos al periodo en que el capitalismo en su fase fascista renuncia incluso al patriotismo por los beneficios», escribió John Langdon-Davis a finales del verano de 1936, tras la guerra emprendida por los […]
«Hemos llegado al final de un periodo en el que el capitalismo ataviado con ropajes democráticos se enorgullecía de ser patriótico; nos acercamos al periodo en que el capitalismo en su fase fascista renuncia incluso al patriotismo por los beneficios», escribió John Langdon-Davis a finales del verano de 1936, tras la guerra emprendida por los militares fascistas y sus aliados contra el gobierno legítimo de la República Española de los pueblos y las naciones.
John Langdon-Davis, periodista al que le gustaba España por estancias anteriores como un viajero o un turista más, estuvo desde el primer momento del golpe fascista y tomó nota sin apego más que a la verdad, , pues su interés se centraba, y así escribía, en lo que veía y su relación o conexión con la raíz histórica. su libro recorre desde la manifestación del 1º de Mayo de 1936 en Madrid, observando detenidamente a los asistentes, rasgos físicos, vestimentas, cantos, consignas, grupos desfilantes, y deseos para el futuro en el hermanamiento de clase, hasta un último artículo dirigido a los ingleses en el que traslada las circunstancias del golpe militar fascista a Inglaterra, con el fin de que sus conciudadanos reflexionen sobre el caso en su propio contexto. Entre uno y otro escrito recoge sus conversaciones con todo el abanico de personajes que portan ideas sobre lo que ocurre, hace amistad con los próximos y los opuestos, y extrae de ellos lo que tienen de singular en cada uno de los aspectos de su vida, casas, relaciones políticas, vida cotidiana, perspectivas, sorprendiendo, John Langdon, al lector por sus grandes cualidades humanistas aun en circunstancias de lo más adversas.
Junto a su propia experiencia va leyendo los periódicos de Inglaterra y reflexionando sobre el comportamiento y las declaraciones de los diversos gobiernos en torno a lo que sucede en España, y sus conclusiones tienen una proyección histórica que, como hemos leído en el primer párrafo, por ejemplo, cruzan los años para situarnos en el comienzo de la era histórica en la que estamos inmersos. Los ideales patrióticos que aún se agitaban hasta el año 30 del siglo XX como valores, son sustituidos con la guerra contra la República Española, sin ocultación ninguna, por los «beneficios», dice él, por el robo a los pueblos.
Y en su aproximación a la realidad de la defensa de la república con piedras, palos, fusiles viejos y requisados, en las comidas de las familias jornaleras, obreras, en sus casas pobres, en sus rostros gastados, en sus manos duras y cuarteadas, en sus ojos de mirada intensa y profunda, en sus expresiones cotidianas, amorosas, amigables, solidarias, se le van deshaciendo los prejuicios, los resabios de extranjero pequeño burgués, las reservas ante lo que creía poco aceptable por él mismo.
Al otro lado quedan amigos aristócratas, militares traidores, enemigos de la República que le tienen en su consideración y le cuentan, le enseñan, le llevan a locales exclusivos y le exponen sus afanes, sus voces in terrores, mientras los contempla en detalle por todos los caminos de su vida.
Cuando observa el comportamiento de unos y otros y el entorno internacional se hecha las manos a la cabeza y clama contra el gobierno inglés en su último artículo de un modo tal que leerlo ahora parece recién escrito por aplicable a tanto como ocurre con otros gobiernos hoy.
El autor, sin ser exacto en las notas, se emplea en una lección histórica llena de interés y emoción, que sin rehuir ningún aspecto de la vida en esos momentos cruciales, se eleva y mira la situación en su conjunto desentrañando el sentido de los actos históricos y el carácter de aquello que ve en el horizonte.
Como se señala en el libro «en 1937, en un campo de refugiados, Langdon-Davis periodista y reportero, se encontró con un niño de cinco años que llevaba una nota que decía » Éste es José. Sé que seré asesinado cuando caiga Santander, y ruego a cualquiera que lea esta nota cuide, por favor, de mi hijo»
John Langdon-Davis se hizo cargo de él y de muchos otros niños.
Este mes de Julio con la fecha maldita que nos rompió la historia, se lo recomiendo.
Título:Detrás de las barricadas españolas.
Autor: Jonh Langdon-Davis.
Traducción de Yolanda Fontal y Carlos Saldiña.
Prólogo de Paul Preston.
Ediciones Península.
Ramón Pedregal Casanova es autor de Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Editado por Fundación Domingo Malagón y Asociación foro por la Memoria ([email protected]) (foroporlamemoria.org)
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