Desde Angol, familiares de los presos políticos mapuche, en contacto por celular con el grupo de jóvenes de la comunidad Yepeko Vilcún, formularon un llamado urgente a las autoridades, parlamentarios, y organismos de derechos humanos, para lograr que las fuerzas especiales se retiren del lugar de los hechos y se posibilite el ingreso del Obispo […]
Desde Angol, familiares de los presos políticos mapuche, en contacto por celular con el grupo de jóvenes de la comunidad Yepeko Vilcún, formularon un llamado urgente a las autoridades, parlamentarios, y organismos de derechos humanos, para lograr que las fuerzas especiales se retiren del lugar de los hechos y se posibilite el ingreso del Obispo Sixto Parzinger para el retiro del cuerpo de Matías Catrileo Quizada, asesinado por los efectivos esta madrugada.
Pamela Pessoa, miembro de esa agrupación, manifestó que la situación es muy tensa, y que el obispo de Villarrica espera en la escuela del lugar. El accedió a mediar en el conflicto, acompañado de la abogada Isabel Castillo, y ha solicitado la cooperación del fiscal para el retiro de la policía, pero ello no ocurre hasta ahora. Desde Vilcún los jóvenes que se comunican con los familiares dijeron: Nos van a matar a todos, nos están rodeando, no dejan ingresar al obispo para entregar el cadáver». Expresó la esposa de Llaitul: «Con la Huelga se denunciò la militarización de las comunidades en conflicto y la protecciòn que tienen los usurpadores de parte del Estado Chileno. Pues se sabia que podia correr sangre, por eso se queria conversar en una Mesa de Diálogo, justamente para evitar esto. Pero el Gobierno no escuchóy prefirió seguir actuando por la fuerza. Ahora está la comunidad rodeada por cerca de 100 efectivos de fuerzas especiales e investigaciones.»
Matías Catrileo, estudiante de agronomía en la UFRO, tenía 22 años y se había integrado a la comunidad Yepeco Vilcún para apoyar sus demandas territoriales. Fue acribillado por la espalda con disparos de armas largas hechos por miembros del GOPE a las tres de la madrugada de hoy, cuando un grupo de mapuches ingresaba al fundo de Luchsinger, reivindicado por la comunidad Yepeco Vilcún como tierras que fueron de su propiedad ancestral. El fundo Santa Margarita cuenta con permanente protección policial. Hijo de padre mapuche y madre chilena, el joven era muy querido en la comunidad y en su organización. Así lo describieron sus hermanos de lucha en Angol: «Se exigia al màximo, por ser un gran luchador, el primero, trabajador, disciplinado, sano. Como son los jovenes de la Coordinadora Arauco Malleco».
Entretanto, Patricia Troncoso sigue su agonía en el Hospital de Angol.