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Un país devastado

Fuentes: Rebelion

Sin duda en el ámbito internacional Chile es presentado, por los medios de comunicación capitalistas, como una de las estrellas que muestra la poderosa luminosidad de progreso y avance generada por las aplicaciones del ideario neoliberal. Sin embargo ¿qué hay de cierto en esto? La respuesta es inequívoca: no es cierto. Tan sólo por mencionar […]

Sin duda en el ámbito internacional Chile es presentado, por los medios de comunicación capitalistas, como una de las estrellas que muestra la poderosa luminosidad de progreso y avance generada por las aplicaciones del ideario neoliberal. Sin embargo ¿qué hay de cierto en esto? La respuesta es inequívoca: no es cierto. Tan sólo por mencionar lo más evidente, estas políticas han construido y mantenido durante las últimas décadas a Chile como uno de los países más desiguales del mundo.

En el conjunto de la economía, mientras en otras latitudes el desastre neoliberal ha sido completo, en Chile las riquezas naturales han levantado muros de contención que han impedido, circunstancialmente, iguales desastres. En otras palabras lo que ha sostenido el «milagro chileno», las ponderadas tasas de crecimiento (5,8 % promedio) y baja del desempleo es el arrasamiento de las riquezas del país, en lo principal esa gran riqueza nacional llamada cobre: Chile es el mayor productor de cobre del mundo.

Si en el 2002 la minería representó el 2,7 % de los ingresos fiscales el 2007 fue el 32 %. Es decir si en el 2002 el fisco percibía US $ 350 millones el 2007 alcanzó US $ 14 mil millones y en el 2012 más de 11 mil millones de dólares. Los gobiernos de Frei, Bachelet, Piñera obtuvieron US $ 8.000 millones cada año en promedio de ingresos, sólo por la minería del cobre. En términos de producción esto ha significado triplicar la producción de cobre. La producción pasó de 1,5 millones a 5,4 millones de toneladas métricas.

Es el maná que les caía del cielo y con lo que no hicieron nada significativo. Ni siquiera una industria que proveyera de insumos industriales a la gran minería que no fuera de carácter marginal. Para no hablar de la creación de tecnologías de punta o de industrias relevantes y sustentables. Chile a pesar de estar en el lugar 37 en la producción del PIB (0,3 %) mundial se encuentra en el noveno lugar en la producción de multimillonarios.

Pero el maná como todos los maná tiende a extinguirse, como se extinguió la industria del salitre o la «fiebre del loco». Las oscilaciones en el precio del cobre son cada vez más fuertes. Los precios de los recursos naturales históricamente, han estado sometidos a los vaivenes y desastres de la economía mundial y hoy a los manejos de los grandes financistas internacionales. Nadie parece recordar que la libra de cobre por las políticas de sobreproducción propiciadas desde Chile llegó a estar a 60 centavos de dólar la libra contra los US $ 4 que estuvo el 2011. El dato real hoy es que el precio del cobre en lo que va corrido del año ha caído un 13 %. Ya las consecuencias de esto aparecen en que los impuestos declarados en la Operación Renta 2013 acusa una baja del 17 % real de los ingresos fiscales, explicados en su mayor proporción por la baja de US $ 2.478 millones del sector minero, es decir la gran minería cayó en su tributación un 44,4 % con respecto a la operación renta del 2012 debido, según su explicación, al aumento de sus gastos operacionales causado por la caída de las leyes de los minerales que han pasado de: 1,61 % en 1990 a 0,84 en el 2011 y era que no, a aumentos salariales. Circunstancialmente estas leyes más bajas podrían implicar mayor empleo por procesos más intensivos en mano de obra pero a la larga una mayor cantidad de yacimientos no serán rentables produciéndose un desempleo masivo en una zona que ha recibido el éxodo de mano de obra de todas las regiones del país.

Todo el crecimiento, desarrollo y progreso tan cacareado por quienes asentaron sus lares en la continuidad de las políticas económicas, sociales y culturales de la dictadura de Pinochet se ha sostenido en «el salario del miedo». Todo transita al filo de la navaja y a la devastación del patrimonio nacional.

En otra faz del problema y sólo a título de ilustración, de cómo el modelo maneja la economía es la industria salmonera, como toda industria capitalista que se precie, desde el inicio ha estado signada por la impronta capitalista de obtener el mayor lucro posible en el menor tiempo a través de la masificación indiscriminada de la industria. La idea de los promotores de esto era convertirse en la primera industria salmonera del mundo desplazando a Noruega ¿Qué lograron? La irrupción descontrolada del virus Isa que le significó a la industria pérdidas por 5 mil millones de dólares, el desplazamiento laboral de miles de trabajadores en una industria que generaba alrededor de 45 mil empleos y un desastre ecológico de enormes proporciones. Uno debiera pensar que los tipos aprendieron la lección pero nuevamente reinciden las criminales prácticas extractivas del 2008 que han potenciado un parásito llamado caligus (piojo de mar) que afecta a los salmones y provoca el Isa y el síndrome rickettasia. Según cálculos especializados el 12 % del salmón atlántico que constituye el producto estrella de la industria y que este año según lo proyectado llegará a las 500 mil toneladas, estará contaminado.

Estos mismos individuos que contaminaron casi todos los recursos hídricos de la X región están desarrollando el mismo esquema en la Patagonia. Actualmente hay 69 centros de cultivo que son áreas contaminadas del caligus. El informe indica que las empresas mayormente contaminadas se encuentra Aqua Chile, Australis, Los Fiordos Multiexport. Esto quiere decir que tres de los centros más productivos se encuentran contaminados. El total de las concesiones de salmón otorgadas supera las 1200. Esta apertura indiscriminada a todos aquellos que desean enriquecerse rápidamente es el inicio del desastre. En el 2012 de acuerdo a los datos oficiales, la biomasa del salmón cultivado alcanzó su máximo histórico y de ese total la Región de Aysen concentró el 52,8 % de la producción. El valor de la libra de salmón pasó de US $ 3,1 en noviembre del 2012 a US $ 4,4 en marzo. Esto ha incrementado, nuevamente, la biomasa más allá de lo sostenible. En los inicios de la explotación la industria extraía salmones de 7 kg. Y hoy llegan a extraer una media de 3 kilógramos. Esto muestra que una de las máximas de la economía neoliberal de que el mercado es el mejor asignador de recursos no pasa de ser una a falacia más: el mercado regula a través del desastre que muchas veces resulta irreversible.

Los chilenos y chilenas debieran preguntarse y preguntarles a quien hoy aspiran a seguir mangoneando los recursos del país, ya que estamos en elecciones, cuál es la estrategia de desarrollo sustentable que piensan generar en su gobierno. En qué sector de la industria nacional y cómo harán para invertir los cuantiosos flujos de dinero derivados de estas industrias o de la industria maderera o de la agroindustria. ¿Qué harán para recuperar nuestras riquezas básicas y los servicios elementales de manos de las transnacionales? O seguiremos siendo un enclave de materias primas y productos semielaborados para beneficios de una minoría nacional y las grandes empresas transnacionales.

Para mantener el actual nivel de ingresos si los actuales precios de las materias primas descienden, como inevitablemente ocurrirá, el panorama es desolador. Los 160 mil emprendedores que según el gobierno de Piñera ha creado Corfo no pasan de ser una cuestión accesoria si se piensa con ellos mantener el actual y tan ficticio ingreso per cápita de 16 mil dólares. Tampoco será significativo el Fondo de Estabilización Económica y Social creado el 2007 por Bachelet como fondo anticíclico y las reservas del Banco Central no permiten mantener ni siquiera un año de la actual estructura de importaciones, tan llenas de basura suntuaria. Pero sobre todo debieran desconfiar de las promesas de los políticos de la derecha y la concertación que han hecho ciertas y seguirán haciendo ciertas las palabras del británico Gilbert Keith Chersterton: «El progreso es el cuento que le cuentan los ricos a los pobres cuando tienen un plan para despojarlos».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.