La frase también se atribuye al Pére Goriot quien habría señalado, al respecto: “El secreto de las grandes fortunas sin causa aparente es un crimen olvidado”.
“Aconsejar economía a los pobres es a la vez grotesco e insultante. Es como aconsejar que coma menos al que se está muriendo de hambre.”
Oscar Wilde
PALABRAS CONTRAPUESTAS
Hay palabras que no pueden existir por sí mismas. Necesitan estar contrapuestas a otras. Son, aunque parezca paradojal, interdependientes. Interdependientes entre sí, pues tampoco su correlato antagónico puede existir por sí. Son dos, en una. Como la divinidad. Tal vez, por eso, permite que ciertos autores construyan, al usarlas, expresiones mágicas, como aquella que emplea Henry Barbusse en una de sus obras:
“La luz no existiría sin la sombra”.
Es cierto que la luz no puede existir sin la sombra. Ni la sombra sin la luz. Algo que también sucede con lo ‘alto’, que requiere de lo ‘bajo’ como su complemento intrínseco. O con la riqueza, que es otra de esas expresiones. Porque la riqueza no puede existir sin la pobreza; ni ésta sin aquella. Constituyen el anverso y reverso de una moneda. Como muchas otras expresiones de similar naturaleza, que se encuentran inextricablemente unidas. Pero esta lógica, a menudo, no se entiende.
UN RECUERDO QUE HACE MEDITAR
Recuerdo, hace ya muchos años, cuando un adolescente me confió el motivo por el que sus padres votaban por candidatos ‘de derecha’. “Son personas ricas”, dijo; “por lo mismo, no tienen necesidad de robar”.
Riqueza, por tanto, asumía el carácter de virtud; implícitamente, pobreza, en cambio, era un atributo que a menudo podía ser constitutivo de delito.
Lo reconozco, no era la época actual: era el tiempo de la denostación de la pobreza que, por lo mismo, seguía sus propios derroteros de marginación y desconsuelo. Nos atemorizábamos del ‘viejo del saco’, aquel pobre obrero, desempleado crónico, desaseado, con un saco a la espalda donde metía las cosas recogidas en su peregrinar por las calles de la ciudad. La vagancia y la mendicidad eran delitos en la legislación chilena: estaba prohibido ser vago; estaba prohibido ser mendigo. En suma, estaba prohibido ser pobre. Las personas sorprendidas en esas prácticas podían ser privadas de su libertad.
La extendida creencia que la riqueza es una virtud y la pobreza un pecado, permanece aún en muchos estratos de la sociedad, especialmente en ciertas agrupaciones religiosas. La riqueza ha logrado imponerse como una virtud, en tanto la pobreza es un vicio: el pobre tiene la culpa de ser pobre. La ‘meritocracia’ camina por esos derroteros.
MIDIENDO FENÓMENOS SOCIALES
Sin embargo, ocurre que palabras contrapuestas ―que derivan a conceptos contrapuestos―, no solamente ilustran poéticamente una construcción literaria, sino que invitan a establecer parámetros matemáticos que llevan a generar eventuales ecuaciones. Y en consecuencia, a trazar una línea entre ambos extremos contrapuestos con marcas que delatan la presencia de ‘grados’. No de otra manera se establecen distancias a la que se puede estar respecto de una u otra condición: rico o pobre; también se puede estar a determinada distancia del poder.
Lo interesante de esta construcción teórica es que presenta entre ambas calidades (riqueza y pobreza) un vínculo de dependencia mutua conocido bajo el nombre de ‘relación suma-cero’, lo cual quiere decir que si una aumenta o crece, forzosamente la otra ha de disminuir o decrecer, en su caso. La interdependencia verbal se convierte en interdependencia física, interdependencia real. Si un rico aumenta su caudal, el pobre necesariamente ha de hacerse más pobre.
Y es que una ‘buena’ administración estatal (ya lo señalamos en otro de nuestros trabajos) debe dar más al que tiene más y menos al que tiene menos, por una razón no exenta de lógica: el rico, puesto que es rico, tiene satisfechas todas sus necesidades. Cuando recibe mayor riqueza, la guarda, la atesora; no la gasta. Fomenta, en consecuencia, el ahorro nacional (categoría económica). El pobre, puesto que es pobre, no tiene satisfechas sus necesidades; gasta, en consecuencia, todo lo que recibe. Es un peligro para la sana Economía. Crea presiones inflacionarias (otra categoría económica).
LA INTELIGENCIA PERVERSA DEL CAPITAL
Un economista serio nos va a decir ‘No. Eso no siempre ocurre’. Y la razón estará de su lado; porque, en efecto, no siempre ocurre así. Y es que los conceptos económicos han experimentado grandes transformaciones en los últimos años: han hecho su aparición otras nociones como lo son ‘activo subyacente’, ‘derivados’, ‘ventas a futuro’. El desarrollo sostenido de las fuerzas productivas ha permitido notorios cambios y progresos en la industria, organizada en sociedades por acciones. Y hay nuevos productos que adquieren mayor valor que los existentes y exigen su pronto reemplazo. Las acciones de las empresas que producen esos bienes se valorizan una y otra vez, empujadas por las innovaciones. Multiplican por diez el capital real de las empresas. La Ley de la oferta y la demanda que jamás deja de operar, especialmente en la época actual ―con el desarrollo de empresas de alta tecnología―, es el motor de la especulación que comienza a operar activamente. Los precios de las acciones se disparan a partir del nuevo precio que tienen las de otras empresas que se han organizado con la participación de aquellas que existen. En un mundo donde ha sido abolida la convertibilidad, el capital especulativo se separa del capital real para tentar a los accionistas. De esa manera, aunque la tesis central ―la relación mutua que se establece entre riqueza y pobreza― no cambia en absoluto, la masa monetaria regional (o mundial, en su caso) crece desmesuradamente. Y es lo que ocasiona, a menudo, el derrumbe de fortunas construidas sobre el mecanismo de la especulación. Porque lo que se vende en realidad son relaciones imaginarias, fantasías que, a veces, en ese lenguaje tan eufemístico, tan sibilino, de la economía, adoptan el nombre de ‘expectativas’.
EQUILIBRANDO LAS VARIABLES MACROECONÓMICAS
La dirección económica de una nación, hoy ha quedado reducida a equilibrar lo que se ha dado en denominar ‘variables macroeconómicas’. En Chile, todo comenzó en 1978 bajo la dictadura pinochetista; así se ha mantenido hasta hoy. Recordemos que la frase mágica fue ‘reducir el tamaño del Estado’. Esa frase no es cualquier slogan. Describe el alma de la Economía. En Chile fue una política que estuvo orientada en tres aspectos generales: abolición de los servicios y ayudas estatales (reducción de beneficios a personas de bajos ingresos), venta de activos (empresas) fiscales (venta de empresas a particulares a fin de obtener dinero, se dice) y reducción drástica del personal del Estado (enviar a la cesantía a miles de empleados públicos). Lo más rentable fue, sin embargo, la expropiación de los fondos previsionales de todos los trabajadores y su entrega a empresas especuladoras. Por supuesto que estas medidas empezaron a contar con el apoyo de organismos internacionales como el Fondo Monetario, el Banco Mundial, en fin. Como sucede hoy en la Argentina de Milei: se le quitan los beneficios establecidos al pobre, para ‘hacer crecer la Economía’, para equilibrar la balanza de pagos, para equilibrar la balanza comercial. En suma, para ajustar las variables macroeconómicas a los requerimientos internacionales y hacer del país una empresa rentable. Porque quitarle al pobre sus beneficios implica traspasarlos al rico. No por otra cosa fueron vertidas estas palabras de gozo por Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina AEA, en la entrevista que le hiciera recientemente un periódico chileno:
“Nunca en 60 o 70 años vimos un énfasis tan claro en el ordenamiento fiscal como el de este Gobierno”.
En efecto, la aplicación de la política de recortes estatales en Argentina bajo el gobierno de Milei, ―según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA)―, hizo que el índice de pobreza de esa nación se redujera este mes al 49,9% , respecto del que marcaba a principios de este año, que era de un 55%; en tanto, la indigencia pasó de 11,9% en 2023 a 12,9% en el tercer trimestre de este año. El ‘ordenamiento’ de Campos es perfectamente comprobable: ‘ordenamiento’ es sinónimo de ‘empobrecer’.
La receta es simple: empobrecer para enriquecer. Y, al cabo de un tiempo, comenzar a soltar algunos beneficios a los sectores empobrecidos para dar la sensación que todo vuelve a estar en orden, que la Economía se ha saneado y la prosperidad hace su ingreso. La prensa oficial, por supuesto, avalará esas predicciones con sus informaciones, un futuro de éxitos. Y atrás quedará una nueva generación sacrificada.
UNA ADVERTENCIA QUE ES NECESARIO CONSIDERAR
No por otro motivo será difícil para un trabajador amasar una fortuna. Ese trabajador corriente, con el producto de su trabajo podrá educar a sus hijos e incluso hacer pequeñas inversiones y hasta comprar la casa propia u otra; pero no las mansiones de lujo que poseen los grandes y medianos capitalistas. En la obra que escribiese con William D. Nordhaus, uno de sus discípulos, nos recuerda Paul A. Samuelson que es necesario terminar de una vez por todas con esa vieja creencia que un trabajador, con el producto de su sueldo, podría alguna vez comprar un departamento en Manhattan. Por supuesto que no. Porque eso se hace de otra manera.
LOS CAPITALISTAS GENEROSOS
Pero, ¿no hay acaso capitalistas que son generosos? Sí, los hay, sin lugar a duda. Pero al igual que su modelo occidental (USA y Europa) —que es generoso con la sangre ajena y no con la propia (en el caso de Ucrania es manifiesto)—, también en el plano financiero los capitalistas son generosos con el dinero ajeno y no con el propio.
Si bien es cierto que las diversas formaciones sociales están contestes en exigir el pago de mayores impuestos a quienes más ganan y menos a quienes no tienen la fortuna de hacerlo, no es menos cierto que esa regla moral también sufre ciertos ajustes y regulaciones en beneficio de quienes más tienen.
En efecto, las leyes de casi todos los países establecen que quienes han ganado demasiado dinero en sus operaciones de intercambio pueden deducir de su obligación de pagar impuestos, aquellas donaciones de dinero que han entregado a organizaciones de beneficencia. De manera que cuando la familia Luksic entrega 3 mil millones de pesos a la Fundación Teletón, ese dinero no es suyo; se descuenta del que ha de pagar por concepto de impuesto al Estado chileno, por lo que mientras ese clan familiar aparece ante la opinión nacional como un conjunto de seres piadosos y desprendidos, esa donación ha sido efectuada con dineros que le pertenecen al Estado chileno, es decir, se trata de cantidades de dinero que pertenecen a todos los chilenos y que debieron ser enterados en arcas fiscales por concepto de impuestos.
ELON MUSK, UN ‘HOMBRE BUENO’
A nivel internacional, el caso de Elon Musk, el magnate norteamericano, ilustra con mayor propiedad la mentalidad del capitalista, de ese sujeto que ha hecho de la acumulación la razón de su paso por la tierra.
En la actualización que en noviembre recién pasado hiciera la empresa Blumberg de la lista de millonarios del mundo que confecciona periódicamente, se le señalaba como el hombre más rico del mundo. Elon Musk (hombre de confianza del presidente electo de USA) aparecía ya con un patrimonio de 348 mil millones de dólares. El magnate había engrosado el valor de su fortuna hasta ese monto “[…] impulsado por la continua subida de las acciones de Tesla, compañía de la cual es director ejecutivo, y una nueva ronda de financiación que valora su empresa emergente de inteligencia artificial, xAI, en 50.000 millones de dólares”.
Tal cual lo señaláramos más arriba, la tendencia alcista que experimentan las acciones de las empresas tecnológicas provoca ese fenómeno y a la vez, contribuyen eficazmente al desarrollo de lo que ha dado en llamarse ‘burbuja financiera’. Musk no es inmune a ese contagio.
Tan solo un mes después de haber logrado ese lugar, Elon Musk volvió a hacer noticia. De acuerdo a la misma empresa Bloomberg, “[…] su patrimonio neto asciende a 439.000 millones de dólares, impulsado por la venta interna de acciones de su empresa espacial, que le reportó 50.000 millones de dólares”.
Y aquí viene lo interesante. Elon Musk no es rico porque sí. Es un capitalista. Acrecienta su capital. Le gustaría hacerlo crecer, si fuera posible, en una asíntota dirigida al infinito. Ha creado, en consecuencia, mecanismos de evasión tributaria. Posee una empresa de beneficencia encargada de repartir las ayudas que la ley norteamericana le permite distribuir en ese carácter. Elon Musk aparece, por tanto, ante la opinión pública norteamericana como un hombre caritativo, un filántropo. Como esos capitalistas que nunca roban sino que les nace la moral como parte de lo más excelso de su ser. Así aparece ante su comunidad. Pero la verdad, la amarga verdad, es otra. Musk, al igual de todos los que profitan del sistema vigente, es un caradura. Creó, también, sus propias organizaciones a las que cede los dineros que deberían ir al Estado norteamericano. De acuerdo a lo informado por la empresa Bloomberg.
“La fundación benéfica del hombre más rico del mundo, Elon Musk, cuyos activos el año pasado aumentaron hasta los 9.500 millones de dólares, repartió la mayoría de sus millones a otras entidades controladas por el propio magnate”
Musk, así como la mayoría de los ‘filántropos’, saca el dinero de uno de sus bolsillos solamente para traspasarlos al otro. El típico avaro. El típico capitalista. Porque (no hay que olvidarlo jamás) el capital no es dinero, simplemente, como lo afirma Piketty: es un valor que se valoriza, que se acrecienta, que se multiplica a cada momento, constantemente, a cada segundo que pasa. Por eso el capitalista es avaro, por eso el capitalista goza con la multiplicación de su dinero, por eso el capitalista es capaz de vender hasta su propia madre con tal de aumentar lo que tiene. El tío Rico Mac Pato, bañándose en una tina repleta de monedas, no es una simple entelequia; tampoco el siniestro Shylock. Ambos constituyen la esencia del sistema que nos rige y al que es necesario poner fin.
CONCLUSIÓN
El antagonismo ancestral entre ricos y pobres no es algo que haya pasado desapercibido en la historia, como ya lo hemos sugerido con algunas citas. Sin embargo, no está de más recordar que, a pesar de haber sido verdaderamente Honoré de Balzac quien primero pronunció la frase ‘Detrás de cada fortuna hay un crimen’ ―con la que Mario Puzzo introduce su obra ‘El Padrino’―, pareciera ser, en verdad, que la misma es una paráfrasis de otra u otras anteriores.
En efecto, en una carta enviada al periódico ‘El Diario’, el catedrático y filósofo villamariense radicado en Santa Fe, Daniel Vaschetto, señala, al respecto, que la frase antedicha fue pronunciada anteriormente “[…] por uno de los padres de la Iglesia, San Juan Crisóstomo, quien también dijo que ‘en el mundo existe la esclavitud del rico, pues el rico está al servicio de la tiranía de su riqueza, que siempre es poca’”.
La frase también se atribuye al Pére Goriot quien habría señalado, al respecto: “El secreto de las grandes fortunas sin causa aparente es un crimen olvidado”.
Cuando se entonan los cantos navideños y la proximidad de la Navidad parece iluminarnos, no está de más recordar las palabras de ese niño que, convertido ya en un hombre (el ‘Nazareno’) fue capaz de advertir a la humanidad lo difícil que resultaría a un rico entrar en el reino de los cielos. O en esa nueva sociedad que todos anhelamos.
Notas
La obra de este insigne novelista francés se llama ‘El Infierno’.
Weissman, Iván: “Jaime Campos: ‘Nunca en 70 años vimos un énfasis tan claro en el ordenamiento fiscal como con Milei”, ‘El Mostrador’, 19 de diciembre de 2024.
Redacción: “23 millones de argentinos son pobres bajo el gobierno de Milei”, ‘El Ciudadano’, 05 de diciembre de 2024.
Redacción: “¿Quién es ahora el hombre más rico del mundo?”, RT, 23 de noviembre de 2024.
Redacción: “Elon Musk se convierte en la primera persona cuya fortuna supera los 400 mil millones de dólares”, RT, 11 de diciembre de 2024.
Redacción: “La organización benéfica de Musk envía la mayoría de sus millones a sus propias entidades”, RT, 13 de diciembre de 2024.
Redacción: ‘Caso Vicentini II: ‘Detrás de cada fortuna hay un crimen’”, ‘El Diario’, s/fecha, disponible en INTERNET.