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Un solo conflicto y dos modelos de solución

Fuentes: Rebelión

Es cierto que la realidad del conflicto colombiano es una sola, como lo dijo recientemente el presidente Santos y así mismo, la ruta para superarlo debe tener unos rasgos principales únicos. El problema aparece, porque desde el lado del régimen caracterizan el conflicto de forma distinta, a como lo percibimos las fuerzas populares. Lo que […]

Es cierto que la realidad del conflicto colombiano es una sola, como lo dijo recientemente el presidente Santos y así mismo, la ruta para superarlo debe tener unos rasgos principales únicos.

El problema aparece, porque desde el lado del régimen caracterizan el conflicto de forma distinta, a como lo percibimos las fuerzas populares. Lo que da lugar a inventar modelos distintos para superarlo.

El esfuerzo para sintetizar elementos comunes de visión sobre el conflicto, es un requisito indispensable para poder formular un modelo conjunto para resolverlo. Mientras no logremos esta confluencia de diagnósticos y de soluciones, los procesos de diálogo y negociación sobre el fin del conflicto, estarán condenados al fracaso.

En las últimas décadas se ha intentado en vano desarrollar procesos de salida política al conflicto, teniendo como partida por parte del régimen, que éste es «un estallido terrorista», mientras que para la insurgencia se trata de un conflicto por el poder entre una elite dominante y las fuerzas populares que nos le oponemos, lo que define su naturaleza política.

La exclusión y la represión como medios preferidos por el régimen, para imponer sus intereses al pueblo, son la causa de los levantamientos y de la rebelión popular, en consecuencia la disposición de la insurgencia revolucionaria para explorar una solución política del conflicto, busca proseguir la lucha por el poder de otra forma, y espera que desde el lado contrario se asuma una conducta parecida. Así entendemos la convergencia en un solo modelo de colocarle fin al conflicto.

Desde la insurgencia hoy desarrollamos dos esfuerzos de diálogo con el régimen, y al estar más adelantado el proceso con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, estamos abiertos a aprender de él, además de mantener la disposición a aportar otros elementos, desde el proceso nuestro.

Con acierto, muchos observadores nacionales e internacionales valoran como histórico éste momento de búsqueda de la paz, que vivimos en Colombia, tal apreciación nos compromete con nuestro pueblo, con los pueblos hermanos y con la comunidad internacional. Obligación que aspiramos a cumplir sin ahorrar esfuerzos.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.