Miles de personas llenaron el Teatro Caupolicán de Santiago el domingo 20 de agosto
Hablo a nombre del Partido Comunista, de la Izquierda Cristiana y de todos aquellos movimientos políticos y sociales del Juntos Podemos Más que se han incorporado al Paralmento Social y Político.
Cuando hace apenas seis meses nos propusimos iniciar una campaña sostenida, amplia y convincente para cambiar el sistema electoral y poner en el tapete de la discusión de la sociedad chilena temas tan importantes como la previsión, la reforma del sistema educacional y los derechos de los trabajadores, no nos imaginábamos todavía que llegaríamos a un momento tan crucial como éste, en el que miles de personas, de diverso origen social y político, se reúnen en el teatro Caupolicán, en Santiago, dispuestas a reafirman su compromiso, junto la CUT y los trabajadores chilenos, de luchar, de movilizarnos, hasta conseguir las reformas necesarias que nos permitan avanzar hacia un sistema democrático, de justicia social, sin exclusiones y de participación ciudadana.
Son miles los dirigentes sociales y políticos, que incluye a alcaldes y concejales, incluso de derecha, que están trabajando en las poblaciones, en los sindicatos, en los colegios, en las comunas, por abrirle paso a la democracia y la justicia social. Son miles y miles los que han firmado para cambiar el sistema binominal. El alcalde de Coquimbo hizo entrega de 20 mil firmas recogidas en su comuna en tres días. Ocho de cada 10 personas requeridas firman sin vacilaciones. Se está configurando una mayoría activa y decidida.
En esta construcción, de convergencia amplia, respecto a determinados objetivos, es inmensa, crucial y definitoria la contribución que hacen con su lucha los estudiantes, los trabajadoresa del subcontrato de CODELCO, los mineros de la Escondida, los trabajadores de las salmoneras, los de los supermercados Líder, los del transporte de Santiago, los que en diferentes sectores luchan por sus derechos, en la Administración Pública, la ANEF, los profesores, los trabajadores de la salud, los que defienden el eco sistema y el medio ambiente, los mapuche, los que día y noche se movilizan por verdad y justicia.
Son voces claras y precisas que gritan a todo pulmón que Chile no puede seguir como hasta ahora con exclusión, con una distribución tan injusta. No se pueden seguir restringiendo los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de tantos millones de compatriotas. El país se sacude de años de falsa ilusión, de nuevo emergen los grandes objetivos democráticos y sociales por los que con tanto ahínco, sacrificio y patriotismo el pueblo luchó contra la dictadura que fue encabezada por aquel abominable personaje, que no sólo violó los derechos humanos con la tortura, el destierro, la desaparición y ejecución de miles de personas, sino que además se apropió de dineros de todos los chilenos, que se enriqueció con el tráfico de armas y que ahora debe enfrentar a sus propios subalternos, que lo señalan con el dedo acusador como el responsable principal de la muerte de un ex presidentes de la República.
Es indudable que el actual sistema electoral binominal se ha transformado en la llave maestra de todos aquellos que quieren mantener a toda costa un sistema restrictivo, pseudo democrático, excluyente y falta de derechos, ligado al pasado dictatorial, que sólo privilegia a aquellos que se llevan grandes utilidades fuera del país, con el sacrificio de todos los que no tienen trabajo, de todos los que deben sufrir la precariedad de nuestro sistema de educación, de salud, de vivienda. Y, digámoslo clara y francamente, ha servido también como pretexto a otros, en especial la existencia de quórum calificados que permite a una minoría controlar el parlamento, para no avanzar con voluntad política hacia los cambios que el país entero reclama.
Un sector de la derecha -la UDI- se empeña en afirmar que la reforma electoral tiene el único objetivo de abrirle paso al parlamente, a los comunistas. Y que este es un tema que sólo interesa a los políticos. Mentira, los comunistas como otros partidos y movimientos de izquierda tenemos derecho a estar en el parlamento. Es verdad que con su actual votación y con un sistema proporcional, el Juntos Podemos Más tendría 9 diputados y 2 o 3 senadores. Pero nos mueve mucho más que eso, queremos que el parlamento se abra de verdad al pueblo, de par en par, queremos auténticos dirigentes sindicales y sociales en el parlamento, que también incorpore en un plano de mayor igualdad a la mujer y a los jóvenes, desde los 18 años. Deben suprimirse todas las trabas que impiden postular al parlamento a los dirigentes sindicales, abrir paso al pluripartidismo, sin las restricciones antidemocráticas existentes, que no permiten la expresión diversa de la sociedad. Necesitamos inscripción automática y el voto de los chilenos en el exterior.
Dirigentes sindicales en el parlamento estarían luchando hoy para que en el presupuesto nacional del próximo año se destinen más fondos de los excedentes del cobre y del superávit para solucionar los problemas sociales que se arrastran ya indefinidamente, estarían peleando por el pago de impuestos de las grandes transnacionales del cobre, por suprimir la LOCE, por una previsión digna para todos, por los derechos de los trabajadores. Estarían luchando por lo que le interesa a la mayoría de los chilenos.
Ante el peligro de que no se otorgue el quórum suficiente para cambiar la ley electoral en el parlamento, y que de esta manera se pretenda burlar el sentimiento mayoritario, exigimos se mantenga la idea del plebiscito que, ténganlo por seguro, esté o no esté estipulado de esa manera en la Constitución que impuso Pinochet, será un plebiscito vinculante, obligatorio, por la voluntad popular y será esa soberanía, la que determinará los caminos a seguir en los cambios institucionales que se requieren para democratizar el país. Ténganlo por seguro que por Chile, lucharemos por ello. Mil veces venceremos.