Estimadas compañeras y compañeros Quiero, en primer lugar, saludar y agradecer vuestra participación y asistencia, sobretodo tratándose de un día laboral y después de haber pospuesto la fecha inicial del lanzamiento de este cuarto libro que he titulado «Destacamento Miliciano José Bordaz». Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo y esfuerzo de muchas personas: […]
Estimadas compañeras y compañeros
Quiero, en primer lugar, saludar y agradecer vuestra participación y asistencia, sobretodo tratándose de un día laboral y después de haber pospuesto la fecha inicial del lanzamiento de este cuarto libro que he titulado «Destacamento Miliciano José Bordaz».
Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo y esfuerzo de muchas personas: de la editorial «Caballo de Mar» y de sus trabajadores, quienes con pocos recursos han producido un texto bastante barato pensando en los tiempos de crisis que vivimos y para que esté al acceso de quienes tienen menos recursos económicos.
Quiero destacar el hermoso trabajo de portada realizado por Jaime Herrera de Impresiones Matisse que trabajó sobre las fotos de nuestros compañeros caídos que ilustran este libro invitándonos a adentrarnos en él.
Agradezco las correcciones al texto realizadas por Jorge Luis Nuñez y Carolina Muñoz quienes lucharon en contra de mis horrores ortográficos, muletillas, entre otros ripios, para entregarles un texto amigable y legible.
De igual modo quiero agradecer los consejos y comentarios a los borradores realizados por Chicho Lira, Adriana Goñi, Eduardo Arancibia, Angélica Pizarro, Rita Peña y principalmente por Andrés Bianque que me empujó a escarbar en la memoria extrayendo y mostrando los miedos, rabias, temores, en definitivas las emociones que mueven a los personajes que el texto presenta.
Agradezco así mismo, los esfuerzos de numerosos compañeros que están trabajando y aportando en este lanzamiento: a Marcos Aros que nos facilita sus equipos y que maneja el sonido, a los compañeros de los Colectivos CORREPO de Cerro Navia, a los compañeros del Colectivo Conciencia de la Escuela de Medicina, a la Radio Primero de Mayo de la Victoria, a los compañeros del Centro Comunitario 7 de Octubre de la Población San Luis de Maipú, y del Movimiento Popular Guachuneit quienes están realizando diversas tareas en esta actividad.
De igual modo un profundo agradecimiento a la Red Solidaria Casa de Miguel que ha apoyado en la difusión de esta actividad, al igual que la red virtual el Charquican que articula Ignacio Puelma, al Taller El Sol y a Toño Cadima quien a pesar de las dificultades por las que está atravesando este importante espacio cultural de la Plaza Brasil, no ha dudado en apoyar esta actividad, a los compañeros del Colectivo de Trabajadores, al periódico popular El Quinto, y en particular el Comité 119 Memoria y Justicia con quien comparto el objetivo central de recuperación de memoria que es también la recuperación del proyecto revolucionario sostenido por quienes pagaron con su vida la lealtad a dicho proyecto y al pueblo.
Agradezco el canto comprometido de Subverso y la participación de Pamela Parra en la guitarra.
Finalmente agradecer las palabras y comentarios del libro expuestos por Manuel Hidalgo, por Lucia Sepúlveda y por Víctor González, con quienes compartí largo trecho caminando juntos en esos mismos paisajes y escenarios que el libro presenta : como diría el querido hermano rodriguista Juan Ordenes quien ya partió, porque recorrimos esas mismas calles que fueron nuestro lenguaje de guerra.
Compañeras y compañeros:
Desde diversos espacios y desde largo tiempo se viene desarrollando una larga batalla por la memoria histórica en oposición a la historia oficial que se ha pretendido escribir sobre las luchas de nuestro pueblo.
Recientemente, a propósito de cumplirse cien años de la masacre de la Escuela Santa María de Iquique se desplegaron numerosas iniciativas para que lo sucesos allí ocurridos no cayeran en el olvido.
Respecto al periodo de la lucha contra la Dictadura, hitos históricos se han logrado como lo es la recuperación del Centro de Torturas Villa Grimaldi y recientemente y después de una larga lucha la recuperación del Centro de Torturas de Calle Londres.
Desde los espacios culturales este rescate de Memoria ha tenido y tiene también diversas expresiones: la recuperación de murales históricos, las impactantes exposiciones de fotografías como «Memorias de la Resistencia» o el hermoso documental que recoge las experiencias de quienes cámara en mano acompañaron y protagonizaron las luchas populares contra la dictadura plasmado en «La Ciudad de los Fotógrafos». Trabajos en el cine como «Actores Secundarios», «Golazo en los descuentos» o los realizados por nuestra compañera Carmen Castillo, videos y documentales como el que trabajaba Elena Varela sobre la lucha del pueblo mapuche antes que fuese detenida, obras de teatro como la recuperación y reposición de obras desarrolladas en los campos de concentración.
De igual modo, con la palabra escrita se han venido desarrollando estudios, investigaciones, publicaciones académicas y periodísticas que preguntan, escarban, develan hechos y pormenores de la lucha popular. En este plano existen numerosos trabajos y publicaciones tales como «Compañeros» que relata las experiencias de combatientes socialistas el 11 de septiembre, «Fusileros» que recrea el atentado al dictador, «Las Historias que podemos contar», o el libro de Lucia Sepúlveda «119 de Nosotros» entre otros.
«Destacamento Miliciano José Bordaz» es la continuación de una tarea autoimpuesta: relatar la militancia revolucionaria como testimonio y vivencia directa destinada principalmente para aquellas generaciones que hoy luchan y construyen, y que no han podido acceder al relato directo de quienes fuimos protagonistas directos de esta lucha.
En este sentido «Destacamento Miliciano José Bordaz» se inscribe en el esfuerzo de varios militantes y combatientes de diversas vertientes que han optado por similar camino. Me refiero a trabajos como «El gran Rescate» de Ricardo Palma Salamanca, que relata la histórica fuga de presos políticos desde la Cárcel de Alta Seguridad, el importante trabajo «Los que dijeron NO» publicado recientemente por Jorge Magasich y los marinos antigolpistas enfrentados a la sedición de la oficialidad de la Armada, «Neltume» y el relato de los compañeros que sobrevivieron a dicha experiencia guerrillera, o «Piel de Lluvia» de Galvarino Melo compañero internacionalista que recrea episodios de la guerra en un país centroamericano que enfrenta a revolucionarios y a contras.
Con toda seguridad, al igual que ocurrió con el libro «De la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos» o con intervenciones que me han correspondido en algunos seminarios sobre lucha armada, quienes se pasaron al reformismo y a la conciliación levantarán sus dedos acusadores y sus voces reclamando y pretendiendo que el MIR nunca tuvo una estrategia político-militar de lucha, o intentarán señalar que todo esto ya es pasado y no tiene valor contingente alguno, o que no es el momento político de hacerlo. No importa lo que ellos digan,
Más importante es escribir, entre todos nuestra historia, porque si no nuestros hijos y nietos conocerán la historia que los poderosos vienen articulando para matar ahora no los cuerpos físicos y estructuras políticas y militares sino las ideas y la legitimidad de lo que fue y es nuestra lucha.
Finalmente, quiero decir que escribí «Destacamento Miliciano José Bordaz» para que el «Coño» o sea José Bordaz sea conocido por las nuevas generaciones. Escribí el texto, porque me dio la gana de reencontrarme con otro coño: el Coño Villabela, miembro de la CP del MIR, impulsor del retorno clandestino, militante que concurrió a la fundación del MIR con su grupo «Ranquil» y que regresó a luchar siendo asesinado por la CNI junto a varios combatientes en calle Fuenteovejuna.
Escribí este texto recordando con orgullo y máximo respeto a Hugo Ratier, a nuestro «José», argentino-chileno que dirigió personalmente muchas de las acciones combativas de las Fuerzas Centrales del MIR, compañero asesinado en calle Janequeo, en Quinta Normal.
Escribí el texto para traer de regreso la historia de «Yamil», Dagoberto Cortez, nortino, oriundo de Copiapó, miembro del Comité Central del MIR y Jefe Militar de la Resistencia en Santiago quien dirigió diversas acciones y cayó combatiendo contra la represión en 1982.
Escribí el texto para compartir con ustedes parte de la historia de «Victoria», llamada también «Patty», «La Negra» «Olga», me refiero a Arcadia Flores Pérez, nortina, estudiante de periodismo que abandonó la carrera para integrarse y concurrir a la fundación y la lucha de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos luchando por saber que había pasado con su hermano. Arcadia luego de estar en la Agrupación de Familiares se clandestinizó y pasó a formar parte de Fuerza Central del MIR participando en diversas acciones para luego trasladarse a las Milicias y caer combatiendo a la represión el 16 de agosto de 1981, sin saber que en las semanas posteriores la represión se ensañaría, asesinando a otros dos familiares.
Escribí el texto porque no existe ninguna calle que recuerde a Charles Ramirez «El Beño» modesto poblador de la zona norte de Santiago fundador de las Milicias de la Resistencia Popular, caído en combate mientras protegía a sus compañeros en una acción de recuperación financiera en el Banco El Faro de Apoquindo.
Escribí el texto para señalarle a los uniformados que existió un puñado de soldados, marinos y aviadores que no aceptaron ser asesinos del pueblo y se sumaron a la Resistencia, entre ellos el destacado jefe operativo Ernesto Zúñiga, ex marino que fue asesinado en una emboscada en Pudahuel, como es el caso también de Carlos Rene Díaz Cáceres nuestro querido Pecho de buque o el de Enrique Reyes, aviador que eligió estar en las filas del pueblo, que retornó clandestinamente para incorporarse a la lucha y que fue asesinado también en una emboscada por los agentes del CNI.
En fin, faltaría espacio y tiempo en este evento para recordar tantos nombres como el de Lucia Vergara asesinada en Fuenteovejuna junto con Sergio Peña, de Cecilio asesinado en otra emboscada, de Juan Trujillo que cayó combatiendo y protegiendo el repliegue de otros compañeros, de Jaime Ramírez, «el Yetti» dirigente sindical de la Contramet que asumió la jefatura de Fuerza Central, al igual que Juan Olivares y su hermano Alejandro ambos provenientes del mundo sindical y que asumieron la lucha armada para el derrocamiento de la dictadura.
Como decía, nombres de tantos compañeros que ustedes en esta sala deben estar evocando y recordando con emoción, con puños cerrados, pensando en los hechos como sucedieron, en las derrotas sufridas, en las derrotas que hay que superar y en las tareas que se nos vienen por delante.
Porque finalmente, este texto está dedicado a quienes no aceptan las derrotas pasadas como definitivas y a quienes enarbolan las mismas convicciones de lucha por la justicia y la dignidad, a quienes saben que la lucha no terminó con esta mascarada de democracia que tenemos, que la lucha continúa con nuevas y nuevas generaciones de explotados, marginados, excluidos que se suman a ella y que en los escenarios actuales están resueltos a no ser furgón de cola de los intereses de los poderosos o fuerza auxiliar de intereses ajenos.
En definitiva escribí este texto orgulloso de nuestra común historia de lucha y resistencia. Orgulloso de la estatura y consecuencia de nuestros compañeros caídos y sobrevivientes.
Compañeras y compañeros:
Al finalizar el texto de defensa política frente al Consejo de Guerra que me enjuició en 1981 señalé que cuando existe opresión y miseria surge de manera natural en el seno del pueblo el derecho a la rebelión. Que sepan los poderosos que no podrán seguir manteniendo eternamente su dominio, su régimen de explotación, de marginación del derecho a la vida, a la educación, a la salud, al transporte, a la vivienda de las grandes mayorías y que tarde o temprano el pueblo va a recomponer sus fuerzas, su organización, su moral de lucha, sus instrumentos para levantar con fuerzas su única alternativa de liberación. En este empeño están no pocos compañeros intentando diversos reagrupamientos de fuerzas.
Quisiera terminar haciendo un llamado a recomponer nuestras fuerzas, a retomar la senda a quienes desmoralizados y confundidos por las derrotas han perdido el tranco, a agruparnos para enfrentar las luchas que se aproximan, a retomar la iniciativa en cada población, escuela, faena forestal o agrícola, en cada fábrica o taller productivo, uniendo al pueblo y a los revolucionarios para que no nos impongan un escenario electoral en que nada tenemos que ganar y levantemos la lucha reivindicativa para que los efectos de la crisis que se harán sentir principalmente el próximo invierno, no sea el pueblo pobre quien la pague.
Y como hemos estado hablando de memoria, hablando ahora del presente hay que decir claramente, como dice una vieja canción: Aquí nada termina compañeros, aquí cada día es continuar.
Gracias compañeras y compañeros.
¡A retomar la iniciativa en la lucha popular!