En el mes de diciembre de 2010, se configuró en el «honorable» Congreso de la República una verdadera masacre política. En la reforma política que se aprobó en el mes citado quedó establecido que el nuevo censo electoral quedará conformado sólo por los que sufragaron en las últimas elecciones, más los que se inscriban nuevamente […]
En el mes de diciembre de 2010, se configuró en el «honorable» Congreso de la República una verdadera masacre política.
En la reforma política que se aprobó en el mes citado quedó establecido que el nuevo censo electoral quedará conformado sólo por los que sufragaron en las últimas elecciones, más los que se inscriban nuevamente y los que vayan a votar por primera vez. Es decir, el uribismo-santismo peló el cobre con su autoritarismo. Masacró, de hecho, a ¡15 millones de abstencionistas! y los eliminó del censo electoral, y si quieren volver a «revivir» tendrán que inscribirse.
Se evidencia que quieren bajar el abstencionismo a la brava, masacrándolo, y montar una burda ilusión: que la abstención no existe y que el pueblo «mayoritariamente» apoya el sistema de elección que tenemos.
Pero, qué pena, la realidad sigue siendo la misma pues los 15 millones de abstencionistas existen, ¡son un hecho político!, y no se pueden desaparecer por arte de magia. Esos millones de abstencionistas han actuado a conciencia, con su legítimo derecho de abstenerse hace años le viven diciendo al mundo que no comparten las reglas de juego de la «democracia» oligárquica que tenemos.
Porque es así, nosotros vivimos bajo un régimen oligárquico con ropaje «democrático» pues un pequeño de negociantes políticos escoge los candidatos que el pueblo obligadamente tiene que elegir. Los abstencionistas avergonzaron a la clase política dominante de este país, ésta reacciono salvajemente y los masacró.
Ahora, ¿la Corte Constitucional permitirá semejante salvajada? Porque cualquier ciudadano colombiano obtiene el derecho político de votar con sólo obtener la cédula, con eso hecho hace parte del censo electoral, tiene todo el derecho de abstenerse de sufragar y su abstención nunca debe ser catalogada como un delito político
¡Por favor! Qué se está creyendo el uribismo-santismo, quién le otorgó el derecho para decidir quién vota y quién no, arrogándose dizque el derecho para castigar el abstencionismo como un crimen político. Pero eso sólo pasa en éste país y por eso estamos como estamos, pues mientras que en el mundo árabe sus habitantes están luchando para derrocar el nepotismo tiránico, para que su ciudadanía, su estilo de vida político, sea verdaderamente más democrático, aquí sucede una masacre política de millones de abstencionistas en manos de un grupo político autoritario…y no pasa nada.
Qué grande nos queda ejercer nuestra ciudadanía. En el mundo árabe sí hay una real exhibición de ciudadanía, mientras que por aquí sólo sacamos pecho de ciudadanos y ciudadanas por tener sólo cédula.
http://www.lanacion.com.co/2011/02/11/alexander-molina-guzman-21/