Se acaba el gobierno, pero para nosotros y nosotras como Coordinación Clasista y Popular, la lucha continúa. No nos sentimos traicionados por este gobierno, pues nunca fue nuestro gobierno. Nosotros y nosotras queremos que sean las y los trabajadores los que tengan el poder
El gobierno de Boric ha llegado a su fin, tan solo le queda cerrar por fuera el palacio de La Moneda y dejar sellada la implementación de la estrategia que la burguesía y el bloque en el poder a través de él, buscaban para cerrar el ciclo post alzamiento popular que venía abierto desde principios de los 2000. Este acuerdo entre el conjunto de la burguesía tenía, por un lado, el objetivo de frenar el avance popular, institucionalizando las demandas y luchas populares. Por otro lado, buscaba avanzar en medidas que permitieran de alguna manera mejorar las oportunidades de negocios de los dueños del poder y la riqueza, y desplegar una ofensiva antipopular que detuviera toda posibilidad de nuevas revueltas y alzamientos tanto del pueblo chileno como del pueblo Mapuche.
De todas las promesas de cambios estructurales en los derechos populares, medioambientales y en la descentralización -con enfoque en feminismo y justicia social, la refundación de carabineros, fin a las AFP, legalizar el aborto, acabar con el neoliberalismo, entre otras propuestas que formaron parte de la campaña-, hoy solo quedan recuerdos lejanos. Eran solo falacias para llegar al poder y desde ahí gobernar para los patrones. Las verdaderas tareas de Boric, Tohá, Marcel, Jara, Jackson, y compañía, desde apruebo dignidad hasta el socialismo democrático, se decidían en la cocina de Zalaquet y de otros tantos lobistas, en el barrio el Golf y sus espaciosas oficinas, o lisa y llanamente en las reuniones de los organismos internacionales del imperialismo donde de vez en cuando Boric como, perro rastrero, recibía las órdenes para gobernar.
Las medidas de este gobierno, al igual que todos los otros solo favorecieron a los grandes capitales internacionales, a las empresas privadas, a los latifundistas y a los patrones, y desde luego perjudicaron a las y los trabajadores y al pueblo. El plan de emergencia habitacional y el de reconstrucción fue un rotundo fracaso y hoy son cerca de 150.000 familias las que viven en campamentos y tomas de terreno y el déficit habitacional es de más de 2.000.000 de viviendas sociales. En relación a la salud pública son cerca de 2.600.000 personas que hoy engrosan las listas de espera tanto quirúrgicas como de especialistas, y el colapso de los centros hospitalarios es pan de cada día, y no solo en invierno -como lo declaran los medios de comunicación de los ricos-. La reforma de pensiones, no fue más que el aumento del fondo de capitales para que las grandes compañías aseguradoras de las AFP tuvieran más recursos para hacer negocios y acumular riqueza a costa del ahorro de la clase trabajadora; el perdonazo a las ISAPRES no solo fue una burla para las y los usuarios del sistema de salud, sino que permitió extender el mercado de la salud transformándose en un salvavidas para quienes negocian con nuestras enfermedades; en educación, nada ha pasado con las y los deudores del CAE. Se siguen manteniendo los problemas de calidad e infraestructura en colegios y liceos, la falta de acompañamiento docente a pesar de los recursos que se botan a través de los SLEP. Las 40 horas vinieron a aumentar la precarización de la vida y del trabajo y la autoexploración de las y los trabajadores por lograr sueldos que permitan enfrentar las alzas de los alimentos y servicios básicos que no parecen bajar; la inflación que ha encarecido de forma usurera todos los productos de primera necesidad es parte de la estrategia de los ricos para sostener sus ganancias a costa de que la crisis del sistema capitalista monopólico la paguemos las y los trabajadores y así con nuestros escasos recursos solventar el aumento de los costos de producción y transporte de mercancías.
Sin lugar a dudas, este fue un gobierno de la restauración de la dominación, que se expresó en una ofensiva antipopular que golpeó duro a la clase trabajadora, al pueblo chileno y Mapuche. La promulgación de la ley antitomas y su aplicación fue una puñalada no solo a las y los pobladores sin casa, sino que a estudiantes, trabajadores, y cualquiera que utilice la toma como medida de protesta y movilización. La modernización de la ley antiterrorista fue un paso estratégico para criminalizar las luchas y preparar las condiciones legislativas para golpear a quienes se enfrenten al Estado y sus aparatos represivos; la militarización del Wallmapu, el estado de excepción de más de 3 años, la persecución y la cárcel para los weichafes del pueblo Mapuche autonomista; el perdonazo a los pacos asesinos, violadores y represores de la revuelta fue una señal clara de que este gobierno estaba contra las y los que luchan y a favor de la burguesía y los defensores del viejo orden.
Se acaba el gobierno, pero para nosotros y nosotras como Coordinación Clasista y Popular, la lucha continúa. No nos sentimos traicionados por este gobierno, pues nunca fue nuestro gobierno. Nosotros y nosotras queremos que sean las y los trabajadores los que tengan el poder, no estamos ni ahí con las elecciones de los ricos, ni andamos detrás de candidatos y urnas, por el contrario, confiamos en las fuerzas propias de la clase trabajadora y el pueblo. Hacemos un llamado a construir Poder Popular, a levantar organización donde no la hay, a fortalecer las organizaciones estudiantiles, sindicales, territoriales, sociales y populares y a multiplicar el poder de las y los pobres organizados a través de la articulación del conjunto del pueblo en lucha. Tenemos la convicción que solo de forma mancomunada podremos rearmar tanto ideológica como política y organizativamente a la clase trabajadora y así a través de la movilización y la protesta popular asistirles golpes certeros a quienes nos explotan y dominan. Ahora debe ser el pueblo quien le pase a la cuenta al gobierno de las y los ricos.
Libertad Inmediata y Sin Condiciones para Todas y Todos los Presos Políticos Chilenos y Mapuche
Fin a la Militarización de Wallmapu y Tierra y Autonomía para el Pueblo Nación Mapuche
Por Salud, Trabajo, Educación y Viviendas al Servicio de la Clase Trabajadora y el Pueblo
A Reimpulsar el Protagonismo de Las y Los Trabajadores
¡Que la Crisis la Paguen Los Ricos!
Coordinación Clasista y Popular
