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Una vela negra en el horizonte

Fuentes: Rebelión

Los tanques pensantes del tardocapitalismo planetario insisten en convencernos de que se constata una irrevocable mejoría económica, como si la simple enunciación de un anhelo lo hiciera tomar cuerpo, materializarse ante nuestros ojos, en un acto con empaque demiúrgico que no trasciende el ademán de un prestidigitador. O el más subjetivo de los idealismos filosóficos. […]

Los tanques pensantes del tardocapitalismo planetario insisten en convencernos de que se constata una irrevocable mejoría económica, como si la simple enunciación de un anhelo lo hiciera tomar cuerpo, materializarse ante nuestros ojos, en un acto con empaque demiúrgico que no trasciende el ademán de un prestidigitador. O el más subjetivo de los idealismos filosóficos. Existes porque te percibo (te «construyo»), ¿no? 

¿Verdaderamente estimarán que lo peor de la crisis ha quedado atrás y la recuperación representa un hecho, en virtud del pronóstico de crecimiento mundial del 3.3 por ciento para el año 2013 y del 4 por ciento para el 2014 dado por el FMI? ¿No apreciarán lo insuficiente de esos ritmos en las vigentes circunstancias? ¿Andarán procurando un conjuro multitudinario, una hipnosis explayada?

No obstante el que por principio nos inclinamos a conceder el beneficio de la duda, en particular batalla contra los absolutismos, nos es imposible concebir a tan connotados augures obviando, entre otros elementos, el reciente informe Global Trends 2030. Alternative Worlds, donde el National Intelligence Council, de la CIA -referencial para todas las cancillerías gringas en el orbe-, advierte sobre el declive. «La parte de los países occidentales en la economía mundial va a pasar del 56 por ciento hoy, a un 25 por ciento en el 2030» ; y «en Europa la crisis durará al menos un decenio, es decir hasta el 2023…», entresaca del documento Ignacio Ramonet, en artículo ampliamente reproducido en medios digitales alternativos.

Menuda escualidez esencial la del optimismo de ciertos heraldos, pródigos en embelecos, que no en razones. Porque, convengamos con la lógica de Alejandro Nadal, se empuña un sofisma cuando, por ejemplo, se pregona el «actual endeudamiento» de los hogares estadounidenses en calidad de fuente, indicador de un desempeño superior.

El columnista de La Jornada nos lo recuerda. A partir de que, en una economía capitalista moderna, el financiamiento del consumo y de la inversión deviene indispensable para el crecimiento, el crescendo de endeudamiento (nocivo a la postre) parecería algo loable. Solo que, aunque en el tercer trimestre de 2012 las familias incurrieron en un déficit financiero, continúan honrando su débito, más que recabando créditos.

«Al mismo tiempo que los hogares siguen pagando sus deudas, los datos [oficiales] revelan que los activos financieros de las familias se desplomaron […] Quiere decir que los hogares siguen enfrentando problemas de liquidez y por eso recurren a la venta de parte de sus activos. Eso es normal porque los salarios siguen estancados, la desigualdad se mantiene y los empleos decentes no aparecen por ningún lado.»

Como igualmente el sector corporativo desea cumplir con los acreedores, nada justifica concluir que ha retornado el «endeudamiento salvador», considera Nadal, quien se auxilia de la tesis del economista Richard Koo: Estados Unidos se enfrenta al mismo problema que mantuvo postrado a Japón durante los últimos 20 años. «Es lo que Koo llama recesión de hojas de balance: después del estallido de una burbuja, los agentes prefieren pagar deudas en lugar de pedir prestado, aunque la tasa de interés sea cercana a cero.»

A manera de colofón, el articulista mexicano señala el error del Congreso norteamericano al decantarse por reducir el gasto fiscal, «prioridad equivocada», pues «frente al recorte del gasto de los hogares, se necesita mantener y aumentar el del gobierno.» Y qué acotar de los sueldos, la equidad, los puestos de trabajo.

Pero el estado de cosas descrito no resulta exclusivo de EE.UU. «En Europa el himno a la recuperación es todavía más desafinado […] El conjunto de la eurozona entró oficialmente en recesión en 2012 y hasta Alemania, el motor europeo, vio su PIB reducirse 0.5 por ciento el último trimestre de 2012. Además de las economías más golpeadas por la crisis (Grecia, Portugal e Irlanda), este año se aplicarán severos ajustes fiscales en España, Italia y Francia, lo que frenará el crecimiento en esos países.» Conforme a plausibles estudios, la recesión tiene causa principal en el colapso de la demanda agregada. Y esta no se repondrá mientras el índice de paro amenace con alcanzar la comba celeste.

En fin, si bien «el futuro es pocas veces predecible», no «hay que cohibirse de imaginarlo en términos de prospectiva», aconseja Ramonet. Y para prepararnos ante la mera posibilidad de escenarios aún más nefastos; sí, para curarnos en salud, empecemos por desconfiar de los altisonantes asertos de «convalecencia». ¿Serán éstos pifias, fabricación interesada de un optimismo que aguijonee la economía, pecado de lesa objetividad, conjuros, hipnosis? Quizás todo mezclado. Lo más importante: una vela oscura se está acercando. Puede que ya toque puerto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.