Un peligro para el futuro de América Latina. La decisión de Bogotá de esconder sus trapos sucios en el desván de Bush y del Pentágono. En medio del escándalo de la `parapolítica` que ha salpicado a diversos líderes políticos en Colombia, el presidente colombiano pedirá el apoyo de Estados Unidos. Más TLC, más Plan Colombia. […]
Un peligro para el futuro de América Latina. La decisión de Bogotá de esconder sus trapos sucios en el desván de Bush y del Pentágono.
En medio del escándalo de la `parapolítica` que ha salpicado a diversos líderes políticos en Colombia, el presidente colombiano pedirá el apoyo de Estados Unidos. Más TLC, más Plan Colombia. La `parapolítica` en Colombia ha causado mucha consternación en el país sudamericano y conmocionó los corredores del Legislativo estadounidense, tanto que el Congreso suspendió temporalmente parte de la ayuda militar de Estados Unidos aún pendiente del año fiscal 2006.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe viajará a ese país en busca del apoyo de George W. Bush. Según informaron fuentes diplomáticas el presidente colombiano realizará una visita a Washington la próxima semana en busca de apoyo a la segunda fase del Plan Colombia y la aprobación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Así analizó la cuestión el diario Corrientes Noticias, de Argentina.
El arribo de Uribe a la capital estadounidense será la noche del martes próximo y, entre el 2 y 4 de mayo, tiene previsto reunirse con funcionarios de alto rango del Gobierno del país del norte y con líderes del Congreso.
A su vez, Uribe se entrevistará con Bush, a quien notificará los «logros» de su gobierno en lo que se llama la «lucha contra el narcotráfico» y sobre la situación de los grupos armados existentes en el país sudamericanos.
Cabe destacar que la imagen política de Uribe por los escándalos de la «parapolítica», repercutieron en la arena internacional, y su regreso a Washington se da pocos días después de sufrir el desplante del ex vicepresidente demócrata Al Gore, quien el viernes pasado se negó a compartir escenario con él en un foro ecológico.
A su vez, el ex presidente colombiano Andrés Pastrana denunció como clandestina una reunión en 2001 en la que decenas de políticos firmaron un pacto con los escuadrones paramilitares que establecía la «refundación» del Estado.
Pastrana dijo a la salida de una cita en la Corte Suprema de Justicia que su gobierno (1998-2002) no autorizó citas de congresistas con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Pese a esta situación, Uribe -principal aliado de Washington en la región- buscará obtener la bendición de Bush para así continuar con sus políticas tanto económicas como militares.
En declaraciones a la prensa, la embajadora de Colombia en Estados Unidos, Carolina Barco, resaltó el avance en las conversaciones con integrantes del congreso estadounidense para lograr avanzar en temas como la aprobación del TLC y apoyos como el Plan Colombia.
Barco aclaró que el desplante del ex vice presidente Al Gore no es una posición oficial del Departamento de Estado y manifestó que tratará de persuadirlo para proporcionarle una mejor información que pueda evitar este tipo de inconvenientes.
Sin embargo, congresistas y funcionarios estadounidenses manifestaron el pasado fin de semana preocupación por el escándalo de la «parapolítica», pero consideraron necesario continuar con la ayuda a Colombia aduciendo que no existen pruebas de vínculos entre el gobierno de Alvaro Uribe y esos grupos de extrema derecha.
Ante todo esto, para demostrar el apoyo de Washington a su principal aliado, Charles Shapiro, de la oficina para las Américas del Departamento de Estado, reiteró la postura del gobierno de Bush, que señala que es de interés para Estados Unidos ayudar a Colombia, principal destinatario de ayuda estadounidense en América Latina.
El gobierno estadounidense ha defendido la actitud de Bogotá en el escándalo de la ‘parapolítica’.
Mientras el Congreso estadounidense debate la extensión de la ayuda a su principal aliado regional y la aprobación del TLC que Bogotá y Washington negociaron el año pasado. La semana pasada, el senador Patrick Leahy resolvió poner en retención 55,2 millones de dólares liberados por el Departamento de Estado para las Fuerzas Armadas colombianas, ante preocupaciones «sobre derechos humanos» en el país.
Sin embargo, para la política exterior de Estados Unidos -sea de administración Demócrata o Republicana- Colombia y el Plan Colombia, pese al terrible escándalo de la «parapolítica» -con varios funcionarios uribistas presos o juzgados- es un factor estratégico para lograr la militarización de Sudamérica.
En ese sentido, es previsible que cuando la semana que viene se reúnan Bush y Uribe, el jefe de la Casa Blanca le otorgue nuevamente su bendición al sudamericano.