En el día de hoy, lunes 4 de junio, he recibido información de fuente digna de todo crédito, que el grupo narcoparamilitar «Los Urabeños» de «Don Mario», ordenaron asesinarme. Para ejecutar este acto criminal, contrataron un grupo de sicarios, cuyos integrantes están ubicados en distintos sitios de Bogotá, que recibió US$200 mil y con la […]
En el día de hoy, lunes 4 de junio, he recibido información de fuente digna de todo crédito, que el grupo narcoparamilitar «Los Urabeños» de «Don Mario», ordenaron asesinarme. Para ejecutar este acto criminal, contrataron un grupo de sicarios, cuyos integrantes están ubicados en distintos sitios de Bogotá, que recibió US$200 mil y con la orden de hacerlo cuanto antes.
No me cabe duda que esta grave denuncia tiene que ver con la ola de amenazas e intimidaciones que provienen de la ultraderecha y de los enemigos de la paz, incluyendo la que fue revelada hace pocos días por la ex senadora Piedad Córdoba, dirigente de «Colombianas y Colombianos por la Paz». Por desgracia, estos actos desesperados del terrorismo narcoparamilitar, están estimulados por las viscerales declaraciones de altos funcionarios del Gobierno y miembros de la cúpula militar, que señalan a Marcha Patriótica de ser agente de la subversión y aliada de las FARC.
Que tome atenta nota el Gobierno Nacional. El camino más aconsejable es de fortalecer la democracia, ofrecer garantías a los opositores y a los críticos del régimen, que tienen todo el derecho a buscar cambios y transformaciones progresistas en el país.
Por lo demás, sobra advertirles a los criminales que han ordenado mi asesinato, que no me intimidan, no podrán silenciarme, nos mantendremos firmes al lado de los colombianos y las colombianos que anhelamos un mejor mañana para nuestra patria.
Carlos A. Lozano Guillén
Director de VOZ