El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, autorizó la creación de una «zona de encuentro» en la que no haya presencia armada del ejército ni de la guerrilla, para realizar un diálogo entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en busca de un intercambio humanitario. El mandatario colombiano explicó que la zona […]
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, autorizó la creación de una «zona de encuentro» en la que no haya presencia armada del ejército ni de la guerrilla, para realizar un diálogo entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en busca de un intercambio humanitario.
El mandatario colombiano explicó que la zona de encuentro tendrá una extensión de 150 kilómetros cuadrados, estará situada en cualquier lugar del país, en un área preferiblemente rural, sin presencia de población civil o con muy poca presencia.
Agregó que se debe contra con la presencia de observadores internacionales
La decisión, divulgada por de Uribe Vélez hace pocos minutos, había sido revelada horas antes al programa radial BBC Mundo hoy por José Obdulio Gaviria, asesor del mandatario colombiano.
Según Gaviria, el encuentro para tratar la posibilidad de un intercambio humanitario de secuestrados por guerrilleros presos, tendría lugar en un área rural y a él asistirían representantes del Alto Comisionado para la Paz y de las FARC.
«Es una posibilidad que el presidente considerará en los próximos días y que ya había aceptado antes, en el mes de septiembre de 2005», explicó en ese momento Gaviria.
De hecho, Álvaro Uribe hizo el anuncio este mismo viernes durante una ceremonia de garduación de generales de policía.
En 2005, el mandatario colombiano estuvo de acuerdo con una propuesta similar formulada por los gobiernos de España, Francia y Suiza.
Sin embargo, las FARC rechazaron esa opción al argumentar problemas de seguridad con esa opción.
La propuesta inicial partió de la Iglesia Católica
Diferente al despeje
El asesor presidencial matizó que el encuentro se llevaría a cabo en un área en la que no haya presencia militar de ninguno de los bandos, algo diferente al despeje propuesto por las FARC en el que estaría presente la guerrilla y no el ejército.
Según el colaborador de BBC Mundo en Colombia, Hernando Salazar, al presidente colombiano no le gusta la palabra despeje porque le recuerda a la desmilitarización de una extensa zona del sur del país donde se desarrolló un fallido proceso de paz con las FARC durante el gobierno de Andrés Pastrana.
Este jueves el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se dirigió en un mensaje televisado al máximo comandante de las FARC, Manuel Marulanda, para pedirle la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien también posee la nacionalidad francesa y que fue secuestrada en 2002.
En respuesta al mensaje de Sarkozy, Anncol, una agencia de noticias que tradicionalmente divulga comunicados de las FARC, indicó que las intenciones del gobierno francés son «loables y sanas», pero que «la mediación internacional no debe convertirse en favores al uno y otro bandos en disputa».
El martes pasado, el gobierno colombiano le había pedido al presidente francés que lo «acompañara» en la búsqueda de un acuerdo humanitario con este grupo guerrillero para lograr la liberación de medio centenar de secuestrados.
«Aliado»
Según le dijo a BBC Mundo Hoy José Obdulio Gaviria, «al presidente francés se le puede considerar a todos los efectos un aliado de la sociedad colombiana en la búsqueda de la libertad de los secuestrados».
Sin embargo, como señala el diario colombiano El Tiempo, algunos analistas perciben que el papel que podría desempeñar Sarkozy se podría ver limitado por el rótulo de «colaborador» que le dio Bogotá.
Además, el jueves Uribe aseguró que «es muy importante que la prensa francesa y la opinión europea entiendan que no nos pueden pedir a nosotros que hagamos nada diferente de lo que ellos habrían hecho si hoy tuvieran de nuevo a un Hitler en Europa».
Pero más allá de las últimas declaraciones, lo cierto es que París sigue en el tema y el viernes el portavoz de Nicolas Sarkozy, David Martinon, informó que representantes del gobierno francés entraron en contacto con las FARC.
Ingrid Betancourt fue secuestrada por las FARC el 23 de febrero de 2002, apenas tres días después de que el gobierno de Andrés Pastrana diera por terminado el proceso de paz.
Los últimos esfuerzos de mediación para la liberación de los secuestrados en manos de las FARC encabezados por el presidente venezolano, Hugo Chávez, y la senadora colombiana, Piedad Córdoba, se frustraron cuando Uribe los desautorizó tras un desacuerdo respecto al protocolo.
Ello desencadenó luego la «congelación» de las relaciones entre Caracas y Bogotá por parte de las autoridades venezolanas.