En poco tiempo los deudores habitacionales se han transformado en la pesadilla de los habitantes del palacio de gobierno. La propia Bachelet ha sido blanco de sus protestas en sus actos públicos. Se les teme y cada vez más amplios sectores del mundo social y político en Chile han empezado a mirar con respeto a […]
En poco tiempo los deudores habitacionales se han transformado en la pesadilla de los habitantes del palacio de gobierno. La propia Bachelet ha sido blanco de sus protestas en sus actos públicos. Se les teme y cada vez más amplios sectores del mundo social y político en Chile han empezado a mirar con respeto a la Asociación de Deudores Habitacionales, ANDHA a Luchar. Iván Carrasco es uno de sus líderes y voceros. Practicando lo que declara públicamente está empeñado en terminar con la distancia que existe entre el pueblo y los activistas de la izquierda chilena. Es por ello que se ha transformado en uno de los principales impulsores de la creación de un partido para los trabajadores y el pueblo de Chile. Sin miedo a ganarse enemigos en la propia izquierda que lo vio nacer, explica el cómo y el porqué de la necesidad de este nuevo referente, que tendría su punto de partida en una gran asamblea de dirigentes sociales a realizarse el sábado 28 de abril en Santiago de Chile.
Iván, ha circulado ya bastante la idea de que algunos sectores sociales, encabezados por el ANDHA a Luchar, se han propuesto construir un partido. Para algunos parece sorprendente que una organización social destinada a luchar «sólo» por el tema de la deuda habitacional, hoy se plantee la creación de un Instrumento Político de manera autónoma, sin que exista detrás de ella alguna orgánica política que busque instrumentalizar este nuevo referente. ¿Cómo ves tú el surgimiento de esta idea del partido?
«En la lucha poblacional se da un fenómeno muy común en la política chilena de las ultimas décadas: la presencia cotidiana del clientelismo político. Para combatirlo nosotros en el Andha a Luchar nos hemos preocupado de instalar en los pobladores la idea de que esta lucha la vamos a ganar no porque le sobemos más o menos el lomo a tal o cual diputado, sino por la lucha del pueblo, que es la única que abre caminos. Esa perspectiva empezó a enfrentarse, en algún minuto, con el tema de: ¿Y qué hacemos con las elecciones? El concepto de la lucha está bien. La gente lo entiende y lo aplaude. Pero cuando llegaban las elecciones, la gente se preguntaba qué hacemos: ¿Votamos por este o este otro? ¿Anulamos? Había una situación crítica. Incluso los políticos, como el senador socialista Juan Pablo Letelier, nos decían en el Congreso: «No nos amenacen con los votos, porque la gente igual va a votar por nosotros o por la derecha. No hay nada más». Y la gente se dio cuenta de que lo que él decía era verdad. La gente de nuestra organización, en el proceso de lucha, descubrió que los políticos de la concertación y la derecha son unos reverendos pelotas. Que no les interesan los problemas de la gente. Que mienten. Que cambian el discurso según la ocasión. Esa sensación de asco llevó a muchos dirigentes a preguntarse hasta cuándo seguir votando por los mismos. Y en muchas poblaciones surgió la inquietud por formar un partido propio. Con nuestros propios candidatos. Se discutió y se llevó a la asamblea de dirigentes, quienes aprobaron la idea. Esta fue luego ratificada, por aclamación, en las asambleas de base.»
HACIA EL ENCUENTRO FUNDACIONAL DEL PARTIDO ¿Y el Encuentro Fundacional del día 28 de abril se inserta en esta línea?
«Es un Encuentro Fundacional que durará todo el día, en donde se discutirán las propuestas elaboradas por dirigentes sociales. El Encuentro es un primer paso. La convocatoria no se cierra, sino que ahí se abre. Ese día, ya no sólo habrá un acuerdo entre pequeños grupos de dirigentes. La idea es que de ahí salga una resolución colectiva para impulsar la construcción de un partido de los trabajadores y el pueblo de Chile. Un proceso donde vayan varios centenares de dirigentes y activistas sociales y políticos también volcados hacia esa tarea En concreto, discutiremos del partido que queremos en términos organizativos, de principios, de elementos programáticos generales. Y tal vez lo más importante será trabajar en la inscripción legal del partido este año. Si logramos inscribir este partido el 2007 eso ya será un hecho político relevante. Hay comisiones que están trabajando en cada una de estas temáticas. Pero también sabemos que si esperamos meter a toda la gente en comisiones vamos a pasar medio año en eso. La idea es ir avanzando paso a paso. Por eso queremos que los acuerdos sean ratificados en este Encuentro. La idea es dar un debate abierto, pero sobre un piso ya convenido.»
¿Y cómo va la convocatoria?
«Hemos hablado con varios sindicatos, juntas de vecinos, con trabajadores bancarios, con los subcontratistas. Los mismos dirigentes del Andha a Luchar se dan cuenta que esta tiene que ser una organización mucho más amplia. La gracia del Andha es que ha generado dirigentes no ensimismados, encerrados en un concepto de lucha por la deuda, sino dirigentes populares. Dirigentes que están preparados a asumir la lucha por la deuda, pero también por el Transantiago, por un sueldo digno, etc. Hoy tenemos buenos dirigentes que pueden rápidamente transformarse en buenos dirigentes político populares. De hecho, en las asambleas el tema se ha planteado así. La lucha por la deuda sigue. Podemos ganarla o perderla. Pero pase lo que pase hay otras mil peleas que dar.»
A DISPUTAR LA CONDUCCIÓN DE SOCIEDAD CHILENA
Pero es evidente de que más allá de que se convoquen a otros sectores, está claro de que son los deudores el «bistec» de este plato. ¿Cómo no termina siendo este un partido sólo para los deudores?
«Va a ser un partido para ellos también, evidentemente. Pero entendemos que en la lucha de los sin casa, de los estudiantes secundarios, de los trabajadores de subcontrato, de los pueblos originarios, hay un elemento que los cruza a todos. Todos sufren la realidad de un sistema capitalista neoliberal dirigido por el gran empresariado nacional e internacional, aliado con la concertación y la derecha. Todos los problemas que nuestro pueblo padece se producen porque esta sociedad está dirigida por la clase empresarial de la burguesía aliada con las grandes trasnacionales. Ese elemento es lo que hoy une estas luchas. Enfrentar a este enemigo común es lo que hace coherente que los deudores de Santiago se sientan parte de la misma lucha que los pescadores del sur. Y para poder darle sentido a esa lucha es necesario formar una agrupación política que dispute la conducción de la sociedad. Lo que estamos planteando es que vamos a construir un instrumento que le va a disputar la conducción de la sociedad a la burguesía chilena. Y esa disputa sólo la puedes ganar si te metes de lleno en la lucha política. Eso implica tener una herramienta política, en la cual podamos elaborar en conjunto elementos acerca de qué economía queremos, qué trabajo queremos, qué tipo de salud queremos, etc.»
UN INSTRUMENTO DE UNIDAD Y LUCHA
Este esfuerzo de reunir dirigentes sociales y activistas políticos es como juntar el aceite y el agua. Esta no es la primera vez que se plantea la creación de un partido y la experiencia dice que es muy difícil que dirigentes sociales y activistas políticos puedan convivir…
«Estamos conscientes de que ese será uno de los grandes problemas que deberemos enfrentar. Por ello decidimos hacer un primer filtro en la convocatoria. La idea no es hacer una convocatoria sin límites, aunque públicamente nos interesa que se conozca la idea del Encuentro. Pero se trata de que la invitación esté centrada en convocar a organizaciones sociales que están peleando, a dirigentes sociales que están dando la lucha, a sindicatos a organizaciones poblacionales, culturales, etc. El primer filtro es que la gente que llegue tenga algún tipo de intervención social real. Un segundo filtro es la convocatoria misma. La idea es tener un piso sobre el cual se está convocando a constituir un partido unitario, flexible, diverso, etc. Pero un partido, no un frente, ni un movimiento. Un instrumento único. Una organización que construya la unidad de la lucha. Además ese partido hay que inscribirlo, porque la idea es aprovechar, no sólo de meter algún candidato nuestro al congreso o de concejal, sino también aprovechar las coyunturas electorales para hacer de eso un espacio en donde se exprese la rebeldía. Porque hasta ahora lo que ha pasado es que muchas veces uno genera movilización social, genera conflicto, genera lucha, pero cuando llegan las elecciones la gente vota por los mismos de siempre o no vota y se pierde la coyuntura para los esfuerzos transformadores. Entonces es darle la posibilidad a millones de chilenos a que no solamente puedan votar por la concertación o la derecha sino que además puedan votar por una alternativa de lucha unitaria y clasista, popular democrática y de base. Y no solamente votar sino participar directamente. Este es un partido abierto a los trabajadores, a la clase obrera. No va a ser un partido cerrado entre cuatro paredes. Será un partido asambleísta en donde todo el mundo podrá aportar sus ideas y sus planteamientos. No va a ser un partido sobreideologizado, porque no queremos poner cortapisas. Cualquier vecino poblador o trabajador que quiera organizarse para pelear va a tener en este partido un instrumento, una mano amiga, una herramienta de unidad y lucha. Este también es un elemento que genera filtros. La idea es cómo permitir una gran atracción en nuestro Pueblo, una gran permeabilidad de los chilenos, pero al mismo tiempo tener una valla bien rigurosa para que no llegue el típico político «iluminado» que viene a dar cátedra y no le ha ganado a nadie. Eso es lo que queremos evitar el 28 de abril. Ahora, en el proceso mismo la gente se va dando cuenta quiénes son sus mejores dirigentes. Lo conversábamos con algunos dirigentes sindicales: las jinetas que puedan tener algunos dirigentes políticos históricos aquí no corren. Aquí sólo el que se pone con la lucha social es el que tiene la posibilidad de ser representante de nuestro Pueblo.»
Este proceso busca entonces privilegiar a luchadores sociales por sobre los activistas políticos…
«Lo que pasa es que hay mucho activista político que también es luchador social. Y ellos son un aporte. Lo que de verdad tratamos de evitar es a los compañeros que vienen a hablar de su ombligo. Porque lamentablemente en la izquierda chilena y, también el campo popular chileno, hay mucha gente que habla desde su ombligo. No sólo sin respaldo, sino además sin ninguna experiencia de estarse moviendo en la lucha concreta. Para nosotros debe tener más peso el dirigente que se mueve en su sindicato, en su organización de base que un compañero que habla desde su pura guata y que lo único que hace es ir a las reuniones a hablar. Lo que nos interesa realmente es que el partido tenga la sensibilidad real de la clase. Necesitamos lograr captar esa sensibilidad de lo que está pasando en nuestro pueblo. Y quienes mejor captan eso son los que están insertos en la lucha social.»
Lo que planteas muestra a una izquierda que tiene una visión muy elitizada. ¿No crees tú que eso pueda alejar a quienes desde la izquierda más tradicional quieran apoyar este proyecto?
«La creación de este partido va a ser para la izquierda un «ají en el poto». Personalmente sostengo que la izquierda chilena está fundamentalmente conducida por la clase media. Por eso nunca va a ser capaz de conducir en la lucha social a nuestro pueblo. De ahí que para participar en este partido no es fundamental ser o no ser de izquierda. De hecho, vamos a tener gente que viene de extracciones políticas de derecha, o de centro, o sin ninguna vinculación política. Lo importante es garantizar que aquí va a estar el pueblo que quiere luchar por sus derechos. Si viene de la izquierda, bien. Si viene de la derecha, bien. Si sabe de política, bien. Si no sabe, bien. Si está dispuesto a luchar por sus derechos, es un hermano de lucha al cual hay que apoyar con el instrumento que creamos para fortalecer esa lucha. Y estoy seguro que eso nos va permitirá asegurar un piso mínimo de articulación social que nos posibilite ir subiendo a los escalones posteriores.»
UNIR LAS LUCHAS CONTRA EL NEOLIBERALISMO
Es una convocatoria muy amplia. Pero justamente esa amplitud podría jugar en contra de los objetivos de clase que tú planteabas al inicio. Al no existir una cortapisa ideológica y sólo un llamado a la lucha antineoliberal parece diluirse una lucha frontal contra el capitalismo y por el socialismo…
«Eso pienso que es un error. Somos muchos los compañeros que pensamos que la lucha neoliberal tiene que ser anticapitalista, y a su vez una lucha por el socialismo. Sin embargo, uno tiene que entender que el desarrollo de las construcciones ideológicas son procesos largos. Estamos saliendo recién de la dictadura. De una etapa de hegemonía ideológica imperialista brutal, a nivel mundial. Entonces hay procesos que hay que respetar. Hoy tenemos objetivamente condiciones de unificar la lucha de los trabajadores en una perspectiva antineoliberal. Estoy seguro de que en la medida que esa lucha se desarrolle, rápidamente, crecerá la conciencia de millones de chileno en el sentido de que esta pelea no sólo es antineoliberal, sino también, anticapitalista. Esa conciencia se desarrolla solamente si esa lucha se da. No es al revés. La lucha anticapitalista no se da porque primero exista la conciencia, sino que es la lucha contra las contradicciones objetivas de esta sociedad, la que lleva a millones de trabajadores a asumir que esta lucha es anticapitalista. Es un proceso al cual hoy Chile no ha llegado. No hemos alcanzado niveles de lucha popular que permitan construir la conciencia popular más profunda. Este partido tiene que ser un aporte a eso. Una cosa es el punto de partida y otra el punto de llegada. No podemos comenzar con un partido super ideológico, cuando las condiciones a nivel de la sociedad no lo permiten. Con lo que podemos partir hoy es con un partido de unidad de la clase, de sus reivindicaciones y de sus luchas. Y este proceso nos va a abrir nuevas etapas. La emergencia de este partido va a generar nuevas condiciones políticas que a su vez nos van a presionar a ir redefiniendo nuestro proyecto. Creo que lo fundamental asegurar, más que cualquier otra cosa, es el carácter clasista de este partido. Garantizando el carácter clasista, plebeyo, estoy seguro de que en el desarrollo de su lucha va a producir no sólo una gran simpatía y apoyo popular, sino que además, se irán acumulando las mejores condiciones para una transformación de fondo.»
¿Y cómo debiese posicionarse este futuro partido con otros actores de la izquierda tradicional como el Partido Comunista (PC) y el Juntos Podemos?
«Nosotros no vamos a disputar el 5% del PC en la izquierda chilena. No nos interesa, la verdad. Tuve la oportunidad de ojear las conclusiones del último congreso del PC y queda claro que la opción de ellos es representar a la izquierda. Ese es su nicho y ahí quieren quedarse. O sea, representar una sensibilidad política en Chile que es esencialmente pluriclasista. A eso de debe que el PC esté sacando hoy buena votación en la clase media y cada vez más baja votación en los sectores populares. Esa es una opción de ellos. Seguramente alguna gente que votaba por ellos ahora votará por nosotros. Pero nuestro objetivo principal es disputar la conducción del campo popular que hasta ahora ha estado en manos de la concertación y la derecha, masivamente. Hoy el pueblo chileno vota por ellos y ellos no representan sus intereses. Hay encuestas elaboradas hace poco que dicen que el techo de la derecha está en 24% y la concertación no pasa del 30%. O sea, si tú cuentas los que no votan por ellos más los que no están inscritos, hay como un 50% de chilenos que no se sienten representados por los partidos del sistema. Y es ahí donde nosotros creemos que esa gente tiene que tener expresión política. Y queremos ser la alternativa que exprese esos intereses no por slogan, como la UDI con su Partido Popular, sino porque nuestra estructura organizativa represente a esa gente. Por eso va a ser un partido atípico. Va a ser un partido en donde el 80% del debate interno va estar centrado en los problemas que tiene el Pueblo.»
SINTONÍA CON BOLIVIA Y VENEZUELA
Este esfuerzo por crear un nuevo partido ¿se enmarca en un contexto nacional e internacional?
«Personalmente creo que se puede dar mucha sintonía con las experiencias boliviana y venezolana. En general cuando nuestros dirigentes conocen el cambio histórico que se vive con Chávez y Evo Morales sienten estos procesos como hermanos. En el caso nacional, la idea es empezar con tres regiones. Pero después ir teniendo presencia a nivel nacional. Sabemos que se vienen varios procesos electorales seguidos y eso nos va a dar una efervescencia electoral muy grande. De hecho ya hay varios viajes planificados para difundir esta idea en el sur del país.»