¡Vaya qué chiquitico que es Colombia! Si parece un pueblito. Una pequeña vereda donde todo el mundo se conoce, tiene cuñados comunes, concuñados emparentados y una que otra vez nos hemos hecho favores. Nos hemos prestado dinero, quitado o compartido novias. Por eso . . . qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano. […]
¡Vaya qué chiquitico que es Colombia! Si parece un pueblito. Una pequeña vereda donde todo el mundo se conoce, tiene cuñados comunes, concuñados emparentados y una que otra vez nos hemos hecho favores. Nos hemos prestado dinero, quitado o compartido novias. Por eso . . . qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano.
Resulta que a los Nule los pontificaron como los astutos contratistas que demostrarían la corrupción de los hermanos Moreno Rojas, el senador y el alcalde y de todo el Polo Democrático. Fiscales y Procuradores iban todos los días a entrevistarlos a las playas de Miami hasta que no pudieron alargar y justificar más los paseítos y chopins y tuvieron que traerlos a declarar a Bogotá. Pero vaya el problemita para adecuarles un sitio de reclusión a sus gustos palaciegos y unos cocineros a la altura de sus nobles paladares.
Pero los Nule no han demostrado nada. Y finalmente el Alcalde de Bogotá fue sancionado por San Procurador pero no por corrupto sino por inepto, en lo cual dios nos perdone algo si debe de tener de razón el inquisidor.
Y ahora empiezan a salir a la palestra pública muchas otras extrañas «coincidencias».
Coincidencialmente el Presidente Santos fue selecto invitado en tours en aviones privados de los Nule. Claro, no era ya Ministro y aún no era candidato presidencial. Qué chiste. Y el Señor Ministro del Interior también viajó en tan pulcros aviones. Claro, aún no era ministro. Y Uribe los recibió en manteles en casa de Nariño y los hijos de Uribe promovieron encuentros turísticos en Panamá.
Pero el rey de las coincidencias resultó siendo el extravagante y a buena hora ex dirigente del Polo, Gustavo Petro, uno de los electores del santo procurador, enemigo a muerte del Polo y radical acusador de los Moreno.
Coincidencialmente también, Petro tiene extrañas y viejas relaciones familiares, financieras y políticas con los Nule y su entorno.
Lo que sabíamos. La guerra del Procurador, del santismo y de Petro contra el Polo no es ninguna coincidencia. Quiere el santismo-uribista recuperar Bogotá a punta de difamaciones y calumnias.
Por lo menos no lo han hecho como recuperaron Urabá, los Llanos y otras regiones: a punta de sangre y fuego.
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