Muy cerca del puerto de Talcahuano, en la VIII Región, está la isla Quiriquina y la caleta Chome, que concentró la explotación ballenera en otras épocas. La geografía de Talcahuano le permite contar con dos puertos. Desde 1915 posee instalaciones portuarias: el muelle Blanco, el espigón fiscal, el molo 500, San Vicente y el muelle […]
Muy cerca del puerto de Talcahuano, en la VIII Región, está la isla Quiriquina y la caleta Chome, que concentró la explotación ballenera en otras épocas. La geografía de Talcahuano le permite contar con dos puertos. Desde 1915 posee instalaciones portuarias: el muelle Blanco, el espigón fiscal, el molo 500, San Vicente y el muelle Huachipato. La brutal caza de ballenas iniciada a fines de 1700, floreció entre 1825 y 1860, especialmente en la isla Santa María. En 1950, comenzó la pesca industrial a gran escala.
La VIII Región posee 580 kilómetros de costa con cuatro bahías protegidas: San Vicente, Coliumo, Concepción y el golfo de Arauco. San Vicente y la bahía de Concepción -que incluye Talcahuano- concentran la explotación portuaria e industrial.
En 1994, se puso en marcha el proyecto Plan de Recuperación Ambiental de Talcahuano (PRAT). Los mayores problemas ambientales de las bahías son el vertimiento de residuos líquidos y de aguas servidas, el desarrollo desordenado y desequilibrado del sistema costero, la contaminación ambiental y la sobreexplotación de recursos naturales. El proyecto Manejo Integrado de la Zona Costera (MIZC) constató la congestión y concentración de actividades, la contaminación ambiental y el desarrollo desigual en las subzonas costeras.
Dieciocho kilómetros cuadrados y veinte metros de profundidad promedio posee la bahía de San Vicente. Su complejo industrial vierte residuos líquidos al mar, contaminándolo. En la cabeza de la bahía aún existe un humedal que mantiene algunas aves migratorias. El deterioro ambiental es evidente. Contribuyen los terminales de hidrocarburos -gas y petróleo-, los residuos industriales, los desembarques pesqueros, el cabotaje y las aguas servidas.
‘La materia orgánica proveniente de las aguas de descarga de pescado y el material residual de proceso de al menos cinco industrias de elaboración de harina y aceite de pescado han producido un importante impacto en las aguas y sedimentos del puerto’, dice Ramón Ahumada, académico de la Universidad Católica de La Santísima Concepción, en el informe ‘Industria y contaminación marina’ (2005), publicado por la ONG Oceana.
En Punta Liles se descargan las aguas y residuos de Talcahuano y San Vicente: 220,9 litros por segundo. En el lugar, el agua no tiene oxígeno y presenta una alta polución. ‘Hay concentraciones de metales en la bahía de San Vicente relacionadas a la industria siderúrgica, químicas y la actividad de astilleros. Diez emisarios industriales vierten residuos líquidos en la bahía. El nivel de concentración de metales en el tejido de los organismos mostró que el zinc es el contaminante con mayor concentración. No obstante, el factor de bioacumulación más alto lo posee el cadmio. En cuanto al oxígeno, el sector de mayor impacto corresponde al área del puerto ubicada entre el rompe olas de Punta Liles y el muelle Huachipato. El agua está muy contaminada’, agrega Ahumada.
La bahía de Concepción, diez veces mayor que la de San Vicente, no posee una alta concentración industrial. Los principales contaminantes provienen de la industria pesquera, en el puerto de Talcahuano, la marisma Rocuant y Tomé; de las aguas servidas: emisarios de Penco, ASMAR, Tomé, Isla Quiriquina, y las aguas del río Andalién; las aguas residuales industriales del astillero de ASMAR y residuos líquidos de los puertos de Talcahuano, Penco y Lirquén. ‘El mayor deterioro ocurre en el periodo primavera-verano, debido al incremento de las cargas orgánicas de la industria pesquera y de los emisarios de aguas servidas’, concluye el informe.
Nueva Aldea, el ducto de CELCO
En enero de 2006, la Federación Gremial de Organizaciones Pesqueras Artesanales de la VIII Región (FEORPA), señaló su preocupación ante la ejecución del proyecto CELCO: ‘No renunciaremos a nuestro derecho a vivir en un medio ambiente limpio. No nos quedaremos tranquilos ante la ejecución del proyecto Celco que contaminará nuestras costas, pondrá en peligro nuestra fuente de trabajo y la subsistencia de los recursos hidrobiológicos’. En FEORPA confluyen las asociaciones gremiales: Italmar, Lo Rojas, Arpropelar, Pescadores Artesanales de San Vicente, y los sindicatos de trabajadores independientes: Algueras de Caleta Tumbes, Pescadores de Caleta Tumbes, Algueras de Cocholgue, Pescadores de Coliumo, Algueras de Coliumo, Buzos Mariscadores de Caleta Cocholgue, y Procesadoras de Producto del Mar Caleta Lo Rojas, entre otras.
En la región, unos 15.000 pescadores artesanales, buzos mariscadores y algueros viven de la sardina anchoveta, merluza común, jibia, jurel, trite, corvina, cojinoba, pejegallo y otros productos cada vez más mermados. El temor es fundado, es la actividad productiva que genera la mayor cantidad de empleos -incluido la celulosa-, y el 70 por ciento de la pesca se produce en el área donde descargará sus riles Nueva Aldea, el ducto de CELCO.
Nueva Aldea emitirá anualmente 27 millones de metros cúbicos de riles. Según cálculos alegres 60.000 toneladas de residuos sólidos sedimentarán en las costas de la zona. A eso hay que sumar más de 350 toneladas anuales de dioxinas y furanos (AOX), compuestos tóxicos y cancerígenos que se acumulan en los tejidos de los organismos vivos.
Los pescadores artesanales se oponen a la construcción y operación del ducto. No quieren que sus emisiones sean lanzadas al río o al mar. Además, Nueva Aldea no ha considerado los impactos ambientales que los residuos generarán sobre los recursos marinos: ‘El estudio de línea de base marina no contempla y se olvida de uno de los impactos ambientales del proyecto y sus residuos líquidos sobre los recursos marinos, ya sean diversidad de algas, bentos y peces que se refieren a bioconcentraciones de contaminantes y los parámetros que se presenten en el Ril de celulosa. Estos estudios debieran ser los más acabados y actualizados ya que determinarán la calidad de los productos obtenidos y su continuidad o en el medio natural libre de contaminación’, señala FEORPA.
Decenas de caladeros de pesca artesanal se han perdido por la contaminación en la región. En la bahía de San Vicente la contaminación de Huachipato, PETROX y la Celulosa Arauco, ha prácticamente extinguido los bancos de peces, moluscos y algas. ‘En la costa no quedan especies originarias. Las que hay están contaminadas con metales pesados, dioxinas y furanos compuestos, tóxicos. Tanto es así que hoy se pesca a 25 millas al sur de la isla Santa María, en el Golfo de Arauco’, agregan.
Pesqueras inundan El Morro e Ifarle
El 2005 volvió la contaminación a los canales El Morro e Ifarle, producto de los residuos de empresas pesqueras en descomposición y que la marea alta atrae hacia el interior, muy cerca de la población San Marcos. Las aguas negras mataron a la fauna que habitaba el curso de agua. Las pesqueras South Pacific Korp (SPK), Bío Bío, Camanchaca, El Golfo y Landes llenan sus fosas de almacenamiento con sardinas, materia prima de excelencia para la harina y el aceite de pescado. Pero los peces almacenados comienzan a descomponerse. A pesar que las autoridades sanitarias y regionales están facultadas para clausurar o trasladar las empresas, no lo hacen. Las cinco pesqueras sólo fueron sumariadas por la seremi de Salud de Concepción debido a ‘serias deficiencias en sus procesos productivos y en el tratamiento y almacenamiento de sus materias primas’, señaló el informe.
Aún el vapor maloliente vapor que se origina en la producción de la harina se sigue liberando al aire de Talcahuano sin ninguna restricción. El municipio exigió a las industrias cumplir un compromiso firmado en 1997, cuando se produjo igual situación y colapsaron los canales El Morro e Ifarle y la bahía. Cada cierto tiempo vuelve a suceder. Antes de 1997 la situación era crítica. El Morro soporta la enorme contaminación de los complejos industriales que incluye residuos industriales líquidos (Riles) e, incluso, contaminación química, además que es ocupado como basural.
El Morro se ubica a unas quince cuadras de la plaza de Talcahuano, y pone en riesgo a unos 70.000 vecinos. Fue catalogado como uno de los ochenta sitios más contaminados del planeta, al constatarse la presencia de 15.000 kilos de ácido sulfhídrico (H2S) en sus aguas, que provocaban la muerte de cualquier forma de vida y 100.000 metros cúbicos de lodo contaminado en sus lagunas. Unas 70 especies de aves emigraron del área. El Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la municipalidad iniciaron el Plan de Regulación Ambiental de Talcahuano (PRAT), para descontaminar el lugar, pero las pesqueras no han respetado los compromisos asumidos. No han realizado inversiones tecnológicas que pongan fin a la producción de ácido sulfhídrico y eviten el derrame de residuos.
Según la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), en septiembre de 2006 las pesqueras deberían haber contado con plantas de tratamientos para sus residuos. Las cinco pesqueras fueron multadas en 15,8 millones de pesos, lo que fue calificado como una burla por la comunidad: ‘Las multas son insuficientes en comparación con el daño que provocan. Las autoridades sanitarias son complacientes. Hay nula conciencia ambiental de parte de las pesqueras. Sólo piensan en maximizar sus utilidades y disminuir al máximo los costos, sin hacerse cargo de los impactos ambientales que generan’, dice Aldo Beroiz, dirigente de la Coordinadora Ecológica Talcahueño.
El problema del agua
El año 2003 la Conama, señaló que en la comuna de Talcahuano existían índices de material particulado (PM10) al borde de lo permitido. Ese año trece ciudades del país superaron las normas atmosféricas. Las comunas más afectadas por agentes contaminantes eran: Antofagasta, Quilicura, Talcahuano y Temuco. ‘Se nos calificó como uno de los sitios donde la población y el medioambiente estaban en peligro, gracias a la contaminación asociada a la industria siderúrgica, a la refinería de petróleo, a la producción de cemento, a los gases y material particulado. Poco ha cambiado desde 2003 a pesar de los supuestos ‘esfuerzos’ del municipio y el gobierno’, dice Roberto Pino, presidente de la Coordinadora Ecológica Talcahueño.
En Hualpén sigue existiendo una población a escasos cien metros de la planta de PETROX. Se han detectado depósitos de borras asfálticas en los humedales de Talcahuano. Cada cierto tiempo se producen derrames de ácido sulfúrico desde industrias y camiones. Las pesqueras y celulosas siguen gozando de impunidad ante la falta de normativas. Recientemente se produjo un derrame de ácido nitroso al interior de la pesquera Itata, en San Vicente. Los índices de contaminación ambiental en Talcahuano no han mejorado como se esperaba.
En febrero de 2006, un grupo de pobladores se manifestó en contra del intento de la municipalidad de rellenar los humedales del sector Perales de Talcahuano, a un costado de la autopista. El entonces alcalde Leocán Portus -que renunció por motivos de salud a su cargo hace algunas semanas-, había autorizado a empresas privadas para rellenar el área. En conversación con los pobladores les dijo que ‘en el lugar no había coipos y que los humedales eran sólo pajas que criaban guarenes’.
Roberto Pino, agrega: ‘Diversas empresas contaminan el lugar con materiales de construcción y basuras. Hemos visto la muerte de coipos y la persistencia de malos olores y contaminantes en el agua’. El alcalde señaló que la intención del municipio era ‘canalizar las aguas’. La Coordinadora Ecológica Talcahueño debió presentar un recurso de protección para evitar que avanzaran los trabajos. En San Pedro de la Paz, vecinos del Comité de Defensa Medioambiental, denunciaron similar situación en el humedal Los Batros, amenazado por empresas constructoras.
Otras protestas por temas medioambientales se han realizado últimamente. Los pobladores aún recuerdan que Celulosa Arauco vertió al mar 15.000 litros de Riles sin tratamiento en octubre de 2004, sesenta kilómetros al sur de Concepción, luego de una falla de suministro de electricidad. Hasta 1997, cuando instalaron una planta de tratamiento y un emisario que lleva los Riles 1.800 metros mar adentro, se vertían en la playa. Algo similar ocurrió luego de un derrame de trementina en agosto de 2004, provocado -según la empresa- por una falla eléctrica. Esa vez, la contaminación llegó por mar hasta la ciudad de Lota.
La segunda semana de mayo de 2006, frente a la Intendencia del Bío Bío, en Concepción, pobladores del aislado caserío de Carriel Norte de Talcahuano, denunciaron que ‘aún no cuentan con agua potable’. En el lugar viven unas 150 personas que se abastecen de agua por medio de carros aljibes del municipio, tras la contaminación de las napas subterráneas desde las que extraían el vital elemento.
La intendenta María Soledad Tohá no los recibió: ‘Le dejamos una nota y un bidón con el agua que bebimos la semana pasada. Se la llevamos para que pruebe la misma agua que consumimos varios días producto de la irresponsabilidad del municipio de Talcahuano. No han cumplido con la promesa de enviar dos veces por semana un camión cisterna hasta nuestro sector’, dice Nolfa Prados, una de las vecinas afectadas. Según los pobladores, ‘el agua de las napas tiene metales pesados y fecas’, y exigen ‘una muestra con los exámenes que les tomaron funcionarios de la seremi de Salud tiempo atrás’.
El villorrio de Carriel Norte se encuentra a sólo cincuenta metros del Aeropuerto de Talcahuano. El problema del agua es importante en la zona. En julio de 2005, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) multó a la empresa Essbio -controlada por la trasnacional inglesa Thames Water-, por incumplimiento de sus planes de desarrollo e inversiones en las localidades de Coelemu, Hualqui, Lirquén, Penco, Los Angeles, San Pedro, Concepción y Talcahuano, reconociendo problemas en la calidad del servicio. ‘ESSBIO no ejecutó obras de tratamiento de aguas servidas y de producción y tratamiento de agua potable, no se realizaron las extensiones y reposiciones de redes programadas, las que son necesarias para garantizar un adecuado nivel de calidad de servicio a los clientes de sus zonas de concesión’, señaló la SISS.
Que la ciudadanía se pronuncie
Tras el anuncio de un plan especial para Talcahuano, la presidenta Bachelet instruyó al ministro de Obras Públicas Eduardo Bitrán, para concretizar el Plan maestro de aguas lluvia -que significará un desembolso de sesenta millones de dólares- y la interconexión portuaria de Talcahuano. Hasta ahora, la bahía de Talcahuano concentra las aguas lluvias de Concepción y Hualpén: ‘Hay sectores y poblaciones de Talcahuano que se inundan, tras las lluvias. Canales que se rebalsan en invierno, todos los años. Este es uno de los problemas ambientales de mayor importancia para la población. De concretizarse el plan de aguas lluvias, la cantidad de personas que se contrataría es importante. Nos dicen que los proyectos tendrían que ejecutarse este año, pero veremos qué pasa’, señala Aldo Beroiz, dirigente de la Coordinadora Ecológica Talcahueño.
Hace un año, se inauguró la nueva ruta interportuaria Penco-Talcahuano por isla Rocuant, y el ramal Alessandri-Aeropuerto Carriel Sur, que significaron una inversión de veinte millones de dólares. Pero la ruta interportuaria quedó hasta la mitad. ‘De Talcahuano a Penco hoy se llega en cinco minutos. De Talcahuano a la ruta del Itata, en quince. Pero los pobladores no han ganado nada. Los caminos sólo los ocupan los camiones que trasportan grandes cargas. Lo único que se ganó fueron más accidentes, derrames de químicos, ruido, contaminación y el deterioro de las calles de la ciudad’, dice Roberto Pino.
El concejal socialista Hernán Pino Seguel y la Coordinadora Ecológica Talcahueño han tomado dos problemas como parte de la defensa del medioambiente y los derechos de los vecinos: El Plan Regulador Comunal y la oposición de los pobladores a la construcción de un cementerio privado en la Villa Independencia: ‘San Vicente poseía un uso habitacional mixto que permitía industrias y residencias, pero el Plan Regulador fue cambiado a ‘sector de equipamiento’, es decir, no se puede desarrollar la actividad industrial ni residencial. Eso hizo que los valores de las propiedades de los vecinos se vinieron al suelo. Cuando se lo hicieron saber al alcalde y los concejales, se comprometieron con ellos. Pero al momento de votar, lo hicieron en contra de los vecinos’, dice Hernán Pino. ‘El Plan Regulador se venía trabajando desde 1992, y recién pudo ser aprobado el 2005. Significará el desmedro de las propiedades de San Vicente, Huertos Familiares, Santa Clara, Las Canchas y una serie de lugares. El Plan tiene 1.376 observaciones. Eso no es normal’, agrega.
El municipio quiere a toda costa que se instale un cementerio parque en la Villa Independencia, donde viven unos 25.000 habitantes. En una consulta ciudadana el 98 por ciento de los vecinos votó en contra. ‘El cementerio es un parque privado, manejado por una empresa que no solamente tiene problemas aquí, también los tiene en Huilquilemu y Talca. Acá compraron los terrenos en 116 millones de pesos y luego los vendieron en 1.700 millones. Eso ocurre en muchos lugares de Chile y nadie dice absolutamente nada. Se aprovechan de la ignorancia de los pobladores y de su necesidad y pobreza. Los engañan, con el aval de algunas autoridades, para hacer buenos negocios. Me sorprende la testarudez del equipo municipal al aprobar este proyecto. En periodo electoral decían que no lo harían. Sólo dos meses después lo aprueban’, agrega el concejal, el único representante del gobierno municipal que se opuso. Los vecinos han presentado más de 65 recursos de protección en contra del proyecto. ‘Todo lo que tiene que ver con la participación ciudadana el municipio trata que no se lleve a cabo’, dice Roberto Pino. La Coordinadora Ecológica Talcahueño está levantando la idea de realizar un plebiscito comunal para que la ciudadanía se pronuncie sobre estos temas ambientales y ciudadanos.