Recomiendo:
0

Viaje al ojo del huracán del Plan Patriota

Fuentes: Rebelión

De las marchas campesinas a la guerrilla Es amable y casi pide perdón por la molestia. Pero nos quiere «dar una bienvenida», también, «a la zona y explicar algunos asuntos sobre Plan Patriota y el Foro», que comenzará al otro día. Nos lleva por el pueblo donde los habitantes nos miran con grandes ojos. Una […]

De las marchas campesinas a la guerrilla

Es amable y casi pide perdón por la molestia. Pero nos quiere «dar una bienvenida», también, «a la zona y explicar algunos asuntos sobre Plan Patriota y el Foro», que comenzará al otro día. Nos lleva por el pueblo donde los habitantes nos miran con grandes ojos. Una discoteca, pequeños almacenes y casas constituyen el pueblo. Ha habido varios y fuertes combates en la cercanía pero la guerrilla siempre ha regresado.

Eider Mosquera es un comandante negro, sonriente y amable. Fue uno de los más destacados líderes campesinos durante las gigantescas marchas campesinas en el 1996 y 1997 en el sur de Colombia en protesta a las fumigaciones. El campo fue fumigado por glifosato y los campesinos no vieron otra alternativa, levantarse y marchar hacia las grandes capitales departamentales en el sur de Colombia.

Con el presidente Samper llegaron a un acuerdo que, como todos los anteriores acuerdos entre el estado y el pueblo termina en pelea, «ha sido solo mentira y engaño». Y para asegurar que los campesinos no retomaran el camino de la lucha para reclamar sus derechos, comenzaron a ser asesinados los dirigentes campesinos, uno tras uno «por el ejército fascista al servicio del establecimiento». Mosquera no vio otra alternativa que incorporarse a la guerrilla porque no quería salir del país en condición de exiliado. Este comunista es un importante refuerzo en el área política del 14 Frente que ahora dirige.

Y ahora estaba sentado ante los delegados, sorprendidos por la amabilidad de una guerrilla de la cual habían escuchado lo peor en Bogota y en los medios oficiales, pero acá, invitándonos a tomar y compartir unas gaseosas y cervezas.

«Como pueden ver, los informes sobre nuestra derrota no es verdad. Las FARC estamos vivitos y coleando», comienza su «relato informal», como tilda el dialogo que quiere entablar con los visitantes.

Las irritaciones del presidente Uribe

El «Plan Patriota, que se inició en el mes de febrero, significa combates diariamente pero es el pueblo que lleva la gran carga cuando la aviación tiran bombas de 1000-1500 kilos. Mañana podrán escuchar los testimonios de las víctimas por los bombardeos donde las casas han sido quemadas. Plan Patriota no ha afectado a nosotros en lo más mínimo. Uribe y los medios de comunicación hablan de victorias militares pero aquí estamos», dice el comandante moreno con una sonrisa y sigue planteando la importancia de que se realice un intercambio humanitario entre los prisioneros de guerra y los guerrilleros presos en las cárceles colombianas.

La reunión no dura más de diez minutos pero sigue afuera en las calles de Kamelias. Son las seis y media de la noche, pasada la hora sagrada, pero no hay problemas, porque durante los 60 minutos que dura la última parte del viaje a Remolinos se ve las luces de las linternas de ambos lados del río donde los guerrilleros apostados, prestando guardia, le dan al motorista «luz verde» para terminar su tarea este primer día del viaje a Remolino. Las comunicaciones guerrilleras en el «Ojo del Huracán» funcionan perfectamente. ¿Será que son estas realidades militares las que le molestan e irritan al presidente Uribe?

* * *

REMOLINOS DE CAGUÁN ha sido escenario por otros procesos de paz. Allí en 1984 se encontraron los delegados del gobierno de Belisario Betancourt y la guerrilla de las FARC, lo cual terminó en «El acuerdo de La Uribe», sobre el cese de fuego entre el estado y la guerrilla. De éste proceso surge la Unión Patriótica que fue exterminada dejando como saldo un genocidio político con más de cinco mil lideres asesinados, de los sobrevivientes muchos tuvieron que integrarse a la filas de la insurgencia para protegerse, entre ellos el reconocido Simón Trinidad, ahora utilizado y convertido por el presidente Uribe como un juguete político contra la misma guerrilla.

Retomando el escenario, se percibe un espíritu tranquilo en la población. El padre Jacinto, premiado recientemente por su duro trabajo por la paz y en contra al Plan Patriota, propone en la mañana del foro, que el intercambio humanitario se realice en la zona de Remolinos que debe ser despejada de todas las fuerzas militares y guerrilleras. Durante todo el día del martes 14 se discuten los distintos temas de la guerra, desplazamiento, represión, pero también cómo buscar un futuro sin hojas de coca pero con verdaderas alternativas, «nada de propuestas chimbas», – dice un campesino-.

Y es cuando voy a sacar una foto del grupo de teatro juvenil, que describe cómo una niña del pueblo fue acusada de ser guerrillera por una patrulla del ejército y que después públicamente fue violada por los militares ante una población horrorizada, y es cuando veo el sargento Arroyave levantar su cámara de video para registrar a los asistentes presentes que ha iniciado las denuncias públicas contra las FF.MM.

Pide disculpa por filmar la gente

Y ahora me voy en camino al sargento para preguntarle:

Buenos Días, mi nombre es Dick Emanuelsson, corresponsal sueco. ¿A quién esta filmando Ud.?

«Estoy haciendo unas tomas, no más».

¿A quién?

«Tomas, no más».

¿Pero a quién?

¿»Que?»

¿Pero a quién?

«Tomas del escenario, todo esto, no más.»

¿Y por qué?

«No, tomas».

¿Pero quiero saber por qué esta filmando el evento y toda la gente asistente acá en el foro sobre los derechos humanos? ¿Qué grado tiene Ud.?

«Sargento».

¿Por qué, sargento, está filmando a la gente que en este momento está haciendo denuncias contra ustedes los militares por violar los derechos humanos?

¡»No señor»!

¡Si señor!

¿»Cómo así? ¿Qué violación de derechos humanos?»

Claro, están haciendo fuertes denuncias contra la fuerza pública.

«Primero que todos; nosotros los militares eehhh. . . . , estamos preparados para. . . en todos los referentes de derechos humanos, si? Nosotros somos los primeros en respetar los derechos humanos como militares que somos. . . , como fuerza pública somos respetuosos a los derechos humanos.»

¿Cómo pueden ser respetuosos cuando está filmando a la gente que están haciendo las denuncias abiertamente acá?

¡»No, no, no, no señor!»

¡Si señor! ¡Están haciendo denuncias contra Ustedes»!

¿»Usted dice que nosotros somos bandidos?

No, no lo he dicho. Le pregunto. . .

«Usted como periodista me afirma que nosotros somos bandidos.

No, no dije eso, estoy diciendo que Usted con una camera de video esta filmando a los asistentes en este foro que están haciendo graves denuncias contra la fuerza pública.

«Cuando estaba haciendo unas tomas me decían los de derechos humanos que no asistiera, que no filmara dentro de. . . allá por el respeto a la vida y de pronto por que podría servir de retaliación, por crímenes, por preservar la vida de la gente no deben filmarse imágenes. Primero que todo, no lo estamos haciendo por que lo estamos respetando. . .»

Pero igual se puede escuchar y ver fácilmente lo que están diciendo.

«Sí, se puede escuchar y grabar lo que sea en parte de audio. No es contra retaliación o…. nada.»

La gente dice que se siente muy provocada por Usted.

«Pero ¿por qué? Y me extraña ¡que Ud. periodista diga eso de nosotros»!

Si claro, Usted está filmando a la gente».

¿»Qué piensa Usted sobre la fuerza pública?

A mi me impacta que la fuerza pública, que está siendo denunciada por la población civil y que se encuentra aquí (alrededor 2.000 personas) de violar los derechos humanos, es la misma fuerza pública que ha rodeado el evento con soldados armados hasta los dientes filmando a la gente. No es necesario ser «bobo» para entender que eso es una forma muy provocativa contra los presentes aquí.

«De todas maneras pedimos disculpa si…. no estoy violando nada, ya no filmo más y ya listo. Evitamos problemas. Si algo, pues, le digo al comandante. . .

¿Cuál es su apellido? ¿por qué lo tiene escondido?

«No se le doy por que no tengo… no soy bandido». Soy soldado de Colombia y respeto a la constitución, respeto a los derechos humanos como estoy preparado. Yo no puedo violar los derechos humanos porque si yo violo los derechos humanos, ¿que pasaría? Pasaría a ser juzgado. Primero a la justicia penal militar, para que la justicia ordinaria proceda inmediatamente y que tengan las pruebas suficientes que YO he violado a los derechos humanos. Inclusive los mismos norteamericanos nos exigieron a nosotros que todos los militares nos preparamos en derechos humanos y lo hemos hecho y lo hemos cumplido. ¿Ya? Si hablan de Plan Patriota es una orden del gobierno nacional por el bien de la comunidad, queremos recuperar a Caquetá (el departamento) para que la gente tenga. . .

Usted como soldado sabe perfectamente bien el reglamento suyo, que dice, que Usted tiene que tener su apellido visiblemente en el uniforme. ¿or qué no lo quiere hacer?

«No lo quiero hacer por que Ud. con mi apellido ¿qué quiere hacer?»

Yo lo pido no más por que Usted está filmando a la gente.

«Bueno, yo pido disculpas, ya no filmo más y . . . listo ya»?

¿Usted es de la Brigada Móvil 22 de la Contraguerrilla?

«Si, y aquí esta mi parche, no estoy escondiendo nada.»

Usted esta escondiendo su apellido.

¿»Por qué necesita mi apellido?

Quiero saber quien esta filmando a la gente.

«Yo pido disculpa y no filmo más».

* * *

Y así termina un intercambio de preguntas y vagas respuestas de un sargento que, por supuesto, sólo obedece órdenes de los superiores.

¿Y quiénes son ellos?

Son de arriba, hasta el ministerio de Defensa y hasta el palacio de Nariño donde el presidente Álvaro Uribe cada día exige resultado en la «lucha para derrotar a los terroristas», como suele a decir el mandatario colombiano en cada declaración pública.

Desesperación militar

Pero los resultados del Plan Patriota no llegan, pero la desesperación de muchos militares sí, aumentan. Dicen varios soldados que sueltan la lengua fácilmente después de que uno cae en confianza con ellos. Son los que también sufren esa desesperación y obsesión presidencial para lograr la meta; una derrota militar contra la guerrilla que no han logrado durante 40 años de conflicto armado y que tampoco lo obtendrán con el Plan Patriota. Y nos dimos cuenta esa realidad durante los días en Bajo y Medio Caguán.

Esa desesperación se refleja a través de las detenciones masivas en ciudades y en el campo. En Cartagena de Chairá fueron apresados casi 80 habitantes y llevados con los ojos vendadas durante una caminata de 45 minutos, como fila india, hacía el batallón. Y no los soltaron hasta llegar en avión de transporte militar a Bogota. Hoy, después de más un año solo quedan cinco habitantes encarcelados, en espera de un juicio que en Colombia nadie asegura es justo. Todos los demás fueron absueltos pero ante la comunidad y toda Colombia fueron indicados como «terroristas de las FARC». (1) léase «Militares norteamericanos encabezan 20.000 soldados colombianos en operativo contra la guerrilla» http://www.rebanadasderealidad.com.ar/internac-56.htm).

* * *

A LAS 12 DE LA NOCHE, después de más de 15 horas de denuncias y de conversaciones entre los 2.000 asistentes, ya termina la conferencia. No se ve los uniformados de los cuales varios se han cambiado el verde olivo por la ropa civil, mezclándose con los denunciantes.

El otro día salimos a las 6 de la mañana para regresar a Florencia y Bogota. Pasa lo mismo como en la ida; requisas y registros. Hay un rumor en el Remolino de que el coronel de la Brigada se va vengar por haber sido desenmascarado su sargento e impedido de seguir la «inteligencia» tan descarada. Hay un pequeño nerviosismo entre los delegados pero no pasa nada hasta llegar al retén fluvial cinco, minutos antes de Cartagena de Chairá.

«Buenos Días», dice el mayor Espítia, que resulta haber visitado mi ciudad natal, Göteborg, en una visita, invitado por una empresa multinacional. Ha estudiado derecho en las FF.MM. y me observa minuciosamente con el rostro como «y ese mono, ¿que ha hecho él»? Quiere saber mi opinión en muchos aspectos nacionales y no oculto mis opiniones, lo cual crea una discusión interesante. Admite que las FF.MM. ha cometido violaciones de los derechos humanos pero que ya no.

«Estamos en guerra»

Falta revisar solamente a Diana Rojas, 18 años y estudiante de comunicación social en una de las universidades en Bogota. Demora mucho la requisa y termina en que los oficiales la llevan de repente a su «oficina» 20 metros más arriba de la orilla del río lo cual me despierta la inquietud. La joven mujer, feliz de haber cubierto todo el evento y haber filmado casi ocho horas de intervenciones, charlas y denuncias, está llorando y con el colega Álvaro Angarita del semanario VOZ, dejo al mayor Espítia para asistir a la joven colega.

«Usted están violando el derecho sagrado del periodismo, cuyos convenios internacionales el gobierno colombiano ha ratificado y que significa que no se puede revocar las fuentes periodísticas», le digo a uno de los mandos militares que ha comenzado de revisar todos los seis casetes de filmaciones del evento de los derechos humanos. El veterano periodista Angarita subraya, que están cometiendo un grave error, violando la misma Ley 57 de la constitución. De la lancha se escucha la delegada de la gobernación, Maria Teresa Cabrera Gómez, gritando que «la niña vive en Cartagena de Chairá, así que ella puede regresar después, tenemos prisa».

Semejante solidaridad de una representante de las máximas autoridades departamentales, pienso y seguimos insistiendo hacia los militares acusandolos que «lo que no lograron en Remolinos de Caguán, es decir filmar a los asistentes, lo intentan de hacer a través de revisar y quizás decomisar el material gráfico de esta joven periodista.

«Estamos en guerra», dice Juan Carlos Castillo, cabo segundo, justificando su actuación de la revisión de todo el material periodístico. Pero en un dos tres se da cuenta que si, efectivamente están cometiendo un grave error que le puede costar duro y pide, igual como su colega, el sargento, disculpa y dice que la joven periodista puede irse.

Una «minidetención»

Llegamos a Cartagena de Chaira y para algunos delegados les queda solamente cuatro horas para alcanzar el vuelo para irse a Bogota. Pero los uniformados no han terminado su cuenta con nosotros. En el mismo pueblo comienzan otra vez un registro de todas las cedulas, uno por uno inscritos en el cuaderno. Demoran.

¿»Y donde está Hollman Morris y sus dos acompañantes»? nos pregunta un capitán de la policía. Nos tienen chequeados hasta el último colega, pienso a la pregunta. El capitán es demasiado agradable y no sé cuantas veces me he saludado en mano estos tres días con los oficiales de las FF.MM. de Colombia.

La Chiva esta llegando a Paujil y solo falta menos de una hora antes de llegar a Florencia, la capital de Caquetá. Un retén de la Contraguerrilla nos ordena a bajar con todo el equipaje y con la cédula en la mano.

«Usted, como se llama», me pregunta un tipo grandote. Le muestro la cédula y me dice; «Venga conmigo, la Brigada nos ha comunicado», ¿»sobre que»?, le pregunto. «No sé, que se va a presentar no más en el Comando acá», y deja la conversación por clausurada.

Caminamos unos 150 metros al Comando de la Contraguerrilla en Paujil. Se comunica por la radio y ordena un soldado de quedarse en la entrada conmigo. Un minuto más tarde aparece un oficial que me saluda y solo pregunta si soy periodista. La Chiva nos ha alcanzado y varios colegas salen angustiados para exigir una explicación de esa «minidetención». Pero nada, solo quería «verme» y que la Brigada les había comunicado. Pero no dicen por qué.

La omisión periodística de El Tiempo

Como periodistas somos muy respetados por los uniformados, sobre todos si llegamos como un grupo grande y si somos corresponsales extranjeros. ¿»Tienes dos discursos, uno para nosotros y otro para la población civil?» le había preguntado al capitán Carlos Álvarez, comandante para el puesto militar en Peñas Coloradas. Este hablaba tanto a favor de los derechos humanos donde las fuerzas militares tienen que respetar estos derechos. Después de escuchar las denuncias de la población civil, no pude, por lógicas razones, llegar a una diferente conclusión que si, hay dos discursos.

El colega de El Tiempo, Andrés Caribello, un joven e inteligente periodista con la carrera asegurada para el futuro, escribía en la edición digital 2) de su diario el domingo el 19 de diciembre que los retenes de las FARC duraron mucho más tiempo que los del ejército, como esa no-verdad fuera lo más importante. Sin embargo sostenía que los dos comandantes guerrilleros del 14 Frente de las FARC ordenaban a los asistentes de bajarse de las lanchas casi con tono hostil, cuando el encuentro fue en un ambiente lo contrario.

«Luego de una bienvenida rápida un hombre alto y cetrino, aferrado a su fusil, comenzó a lanzar su mensaje, a veces en tono de arenga, a veces coloquial y divertido, como un culebrero de pueblo», describía Caribello el encuentro en Kamelias.

Y lo que no escribía este colega, no sé por ordenes de arriba o por propia autocensura, era la modalidad de las fuerzas militares colombianas de registrar, filmar y documentar cada ciudadano que tiene opiniones sobre el manejo de la política colombiana. No puede ser que los comunicadores sociales fallamos en esta labor donde el eslabón con la población puede romperse si no sabemos actuar adecuadamente.

Porque la palabra «omisión» no solamente se aplica en los casos cuando la fuerza pública se ha hecho vista gorda ante las barbaridades de los escuadrones de la muerte paramilitar, sino también en el cubrimiento periodístico ante esas barbaridades.

Más todavía, cuando se trata del único diario con cubrimiento nacional, no importa que uno de los dueños sea el vicepresidente del país, la verdad tiene que salir, de una e otra forma.

Y la guerra sigue

Regresado a Bogota me encuentro en la noche con la noticia que ha habido fuertes combates en la región de Caguán. Son ocho soldados de la contraguerrilla muertos y diez heridos.

Ricardo González, llamado el «ministro de exterior de las FARC, sostiene en una entrevista 3) (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=8641) realizada por el periodista español Pascual Serrano, del portal Rebelión, que «en el sur de Colombia se encuentran (las fuerzas armadas regulares) en una encrucijada sin salida porque no contaban con la capacidad de una guerrilla militar e ideológica que está utilizando las unidades tácticas de combate y la guerra diluida. El ejército colombiano está teniendo 1.200 bajas al mes, entre muertos y heridos. El número de lisiados por las minas es cada vez mayor, los soldados caídos en emboscadas y por francotiradores son numerosos, también los que son víctimas de la malaria y las lesmaniasis, unos quinientos al mes. Se están produciendo amotinamientos de las tropas y se ha querido mantener en secreto el secuestro hace un mes de un helicóptero por parte de unos soldados que exigían que los sacaran de la selva».

«El Plan Colombia es un fracaso y todavía más el Plan Patriota. Las FARC, como organización político-militar, no pueden ser vencidas por las armas del estado colombiano por mucho dinero de inteligencia norteamericana que tenga. Es ese apoyo el que instiga la guerra y es responsable de la muerte de miles de colombianos. Sin esa ayuda el régimen fascista colombiano sería incapaz de mantenerse».

Fue la última entrevista que dio Ricardo González antes de que fuera secuestrado por supuestos policías colombianos en Caracas, al mejor estilo israelita.

——————————-

Enlaces de interes:

1) Rebanadas de Realidad, Argentina, 15/4, 2004: «Militares norteamericanos encabezan 20.000 soldados colombianos en operativo contra la guerrilla» http://www.rebanadasderealidad.com.ar/internac-56.htm). Por Dick Emanuelsson.

2) El Tiempo, 19/12, 2004: Viaje hacia el foro de los olvidados, Por Andrés Caribello: (http://eltiempo.terra.com.co/hist_imp/HISTORICO_IMPRESO/NACION_HISTORICO/2004-12-19/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_HIST-1927406.html)

3) , Rebelión: «Es el apoyo norteamericano el que instiga la guerra y es responsable de la muerte de miles de colombianos». Entrevista a Ricardo González, miembro de la Comisión Internacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Por Pascual Serrano. (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=8641)