Fue temprana la mordedura y feroz. Crecieron de pronto en derredor nuestro estos muros, tales portones de acero, ese ventanuco horrible por donde apenas penetra un hilo de luz. En esta zona del mundo se vigila y castiga la sed y el hambre del pensar e imaginar otra vida y otro mundo y el acto […]
Crecieron de pronto
en derredor nuestro
estos muros,
tales portones de acero,
ese ventanuco horrible
por donde apenas penetra
un hilo de luz.
En esta zona del mundo
se vigila y castiga
la sed y el hambre
del pensar e imaginar
otra vida y otro mundo
y el acto de dar el paso
que separa lo posible estatuido
de lo imposible prohibido.
Entre estos túneles y escalones
quedan rostros
de silencio ulcerado.
Y una gota de sangre seca
sobre el piso de cemento
es todo el tributo
desde hace ya catorce años
a quienes resisten
contra la borrasca de hormigón
y cadenas de acero
diseñadas
por la inteligencia humana
para asfixiar
el aliento urgente e inmediato
de todo pulmón esperanzado.
Del libro: «BALADA DE LA CÁRCEL DE ALTA SEGURIDAD», escrito por Claudio, Julio, Hardy, René y Pablo, Presos Politicos de la Concertación.