C.D.B. tiene 22 años y una hija pequeña, el sábado 26 de octubre, cinco días después del inicio del «estallido social», volvía a su casa y fue agredida por varios militares en Punta Arenas: «Había ido a las barricadas y luego nos fuimos a la casa de un amigo que vive cerca. A eso de […]
C.D.B. tiene 22 años y una hija pequeña, el sábado 26 de octubre, cinco días después del inicio del «estallido social», volvía a su casa y fue agredida por varios militares en Punta Arenas: «Había ido a las barricadas y luego nos fuimos a la casa de un amigo que vive cerca. A eso de las 3 de la madrugada decidí volver a mi casa. Caminaba por la calle sin hacer nada malo. Borracha estaba, eso sí, pero consciente. De repente sentí un piedrazo, miré para todos lados y no vi a nadie, pensé que era volá mía, luego sentí otro y otro. Uno me llegó justo a los dientes, a las paletas, me toqué la boca y me quedé con los dientes en la mano. Ahí vi que era un milico el que me estaba apredreando. Lo insulté y él me insultó de vuelta. Le dije: ¡qué mierda… así nos dicen que nosotros somos los violentos…!». Yo no les había hecho nada. Vi a dos milicos más corriendo hacia mí y sentí un puro palmazo, caí al piso, sentí que me arrastraron entre varios, muchas patadas y perdí el conocimiento. No sé cómo llegué a mi casa. Mi papá dice que estaba ensangrentada y que cuando me abrió la puerta le dije: ¡quiero mi cama!… Al otro día desperté adolorida, con sangre. Me di cuenta que no fue un sueño».
Andrea Lira es activista de la Coordinadora Feminista de Punta Arenas, quien subraya que su organización acompaña a esta y a otras víctimas y que sus nombres quedarán en confidencialidad para no perjudicarlas, ni a sus casos legales, pero que no por eso dejarán de denunciar este accionar de parte del Estado de Chile contra mujeres. La activista también explica que «aunque parezca raro en otras ciudades grandes, ir a tomar el colectivo tarde en la noche, es una práctica que solemos tener porque el nuestro es un territorio pequeño, conocemos bien los sectores y éstos quedan cerca». ¿Por qué explica esto Andrea Lira? Porque su organización ha detectado que los medios de comunicación masivos de su región «no han tomado en serio estas denuncias o no dan garantías para denunciar coherentemente, pues parecen quitarle el peso a esto porque las mujeres caminaban tarde por la calle»… O sea parecen culpar sutil o abiertamente a la víctima en vez de culpar al victimario.
«Despertando con militares» en las calles…
Desde el lunes 21 de octubre la ciudad de Punta Arenas estuvo sitiada por las FF.AA. y de Orden. ITV Patagonia lo informa el día 22: «Había militares dispuestos en varios puntos de la ciudad resguardando edificios públicos, bancos y supermercados… Desde temprano lentamente se trató de volver a la normalidad, lo que a ratos se tornaba imposible por los vestigios de gases lacrimógenos en el aire…». La discreta justificación que parece dar el medio de comunicación de tv abierta al Estado de Emergencia, son «los incidentes ocurridos durante la noche». Entre los transeúntes entrevistados que ITV elige sacar al aire, hay quien subraya que «esto nunca se había visto en Punta Arenas», y una mujer declara que la ciudad está «aislada de Santiago» además de su temor a llegar otra vez a una situación «como la del año 1973″…1.
La Coordinadora Feminista de Punta Arenas es integrada por varias organizaciones, entre ellas la Red «Matrística» de terapeutas, psicólogas, trabajadoras sociales y otras activistas y también algunas abogadas (actualmente de ABOFEM). Su existencia data de antes del 18 de octubre, específicamente de Marzo 2019 en que decidieron coordinar sus esfuerzos para, entre otras cosas, acompañar a mujeres que viven violencia machista. Lo que las feministas no se esperaban era que se vendrían también casos de violencia de Estado en situación de Emergencia. Otro de los casos reportados por la Coordinadora es el de J.D.R.V.G. de 21 años, quien se desempeña como guardia de seguridad. Fue el mismo sábado 26 de octubre, al otro día (domingo 27) ella debía cumplir turno por lo que decidió volver a su casa «en vez de quedarse en la de una amiga». Caminó hacia el paradero del colectivo y como en el caso anterior era cerca de las 3:00 A.M.: «iba en dirección al Cementerio cerca de donde está el paradero de colectivos, pasó por detrás del Gimnasio y es lo último que recuerda antes de volver a tomar conciencia y verse ensangrentada y siendo auxiliada por trabajadores del Bar «La Tabla». Los trabajadores relataron a las activistas que «se molestaron con los militares apostados en las esquinas de la calle -dos en cada una- ya que éstos no hacían nada por la mujer y parecían observarla indiferentes».
J.D.R.V.G. quedó con hemorragia cerebral, «tenía un golpe en la mandíbula que parece de culata». Los trabajadores que la auxiliaron dicen que la vieron pasar subiendo por la calle Carrera Pinto cuando ya eran más de las 4 A.M., iba ensangrentada y mojada… Carabineros de Chile en un parte del que tomaron conocimiento las activistas, asegura que ella habría sido «víctima de violación. La Coordinadora no sabe cómo llegaron a esa conclusión los carabineros, ni lo explican». La joven víctima recuerda muy poco, narra escenas aisladas retrospectivas (flashback) en que se siente tragando mucha agua y medio ahogada. «Ella imagina que fue en el Río de las Minas, desde donde parece haber escalado o haberse arrastrado un trecho pequeño hasta la calle… Hay un historial de cuerpos tirados al río en nuestra ciudad», explica Andrea Lira.
Violencia política sexual
J.D.R.V.G. es lesbiana y no es la primera vez que ha sido vulnerada por parte te militares. En 2018 salía románticamente con una mujer soldado de la región. En una ocasión asistió a un encuentro con ella y con algunos militares (varones). «Ella relata que avanzada la noche uno o más de esos soldados la violaron. A su pareja lesbiana no la vio más», subraya Andrea Lira. Así, la vulneración vivida en Estado de Emergencia para J.D.R.V.G. no ha sido una situación excepcional y se confirma -dolorosamente- el drama denunciado por Feministas Autónomas el 27 de Octubre (2019) en una declaración pública: «Para nosotras no existen tiempos de paz. El actual estado de emergencia nos afecta particular y diferenciadamente a las mujeres, cuestión que se demuestra en los casos de violencia política sexual perpetrada por miembros de las fuerzas del orden que se han denunciado y que hacen parte de la tradición documentada de este aparato de represión estatal en toda Latinoamérica»2.
Las feministas de Magallanes quienes además se coordinan con la organización No Más AFP, el Colegio de Profesores y el INDH, buscan apoyar en algo la reparación de estas jóvenes. Las acompañan proporcionándoles abogadas, trasladándolas a Fiscalía, a atenciones psicológicas y buscando denunciar estas vulneraciones. Sin embargo las instituciones del Estado dispuestas oficialmente para reparar no ayudan. «En el caso de J.D.R.V.G. por ejemplo, el CAVI Punta Arenas, Centro Atención Integral a Víctima de Delitos Violentos, hasta el lunes 25 de noviembre -al menos-, aún no le había tomado testimonio. En Punta Arenas hay una comisaría, una Escuela Militar y el Regimiento Pudeto, estamos al extremo del país y acá se vive en la idea de la ‘soberanía nacional’ y la relevancia a las FF.AA. por encima de la restante población, pero nosotras creemos que nada justifica la Violencia contra las Mujeres», concluye la activista feminista Andrea Lira.
1/ «ESTE LUNES PUNTA ARENAS DESPERTÓ CON MILITARES EN LAS CALLES», ITV Patagonia, https://www.itvpatagonia.com/noticias/este-lunes-punta-arenas-desperto-con-militares-en-las-calles/
2/ https://www.eldesconcierto.cl/2019/10/27/declaracion-feministas-autonomas/
Fuente: https://kaosenlared.net/chile-violaciones-militares-a-los-dd-hh-de-las-mujeres-en-punta-arenas/