Constantemente hemos visto incidentes en la provincia de Arauco relacionados con el conflicto mapuche. Unos mas significativos que otros, pero sea como sea el suceso, vemos en el cuarto poder (prensa, televisión, radios, periódicos) la constante retórica que nos lleva a enjuiciar el suceso como «malo». Pero ¿de que manera? No vemos al policía como […]
Constantemente hemos visto incidentes en la provincia de Arauco relacionados con el conflicto mapuche. Unos mas significativos que otros, pero sea como sea el suceso, vemos en el cuarto poder (prensa, televisión, radios, periódicos) la constante retórica que nos lleva a enjuiciar el suceso como «malo». Pero ¿de que manera? No vemos al policía como un sujeto que participó de la violencia ejercida en un enfrentamiento sino, por el contrario, nos hacen caer en la visión negativa presentando al indígena como un sujeto perverso, flojo o «incivilizado». Esto se puede explicar porque estamos acostumbrados a ver a la institución policíaca como una institución «buena», pues siempre se nos muestra, en los medios de comunicación «tradicionales» como una institución que nos «ayuda». Es por lo mismo que no nos enteramos de la otra visión de los hechos.
Quiero mencionar que dentro de la sociedad mapuche no todos los Mapuche están a favor de una Nación mapuche, pues hay varios que por un proceso que abarca 500 años aproximadamente, se han ido «chilenizando», demostrando con esto que el Estado ha intentado separar aquel pueblo. De hecho, el mismo periodo erróneamente denominado «Pacificación de la Araucanía» tuvo ese fin, «chilenizar» a los mapuches y obtener su territorio. Si hacemos una lectura más antigua de la historia llegaremos al periodo independentista en que los criollos chilenos que venían con todas estas ideas de independencia no respetaron los acuerdos emanados en el período colonial.
Por lo mismo deben existir personas que no estén de acuerdo dentro del movimiento de reivindicación mapuche. Tras 500 años de lucha en el cual han tratado constantemente de dividirlos, existen varios que se han «chilenizado», pues el Estado chileno y por sobre todo la prensa masiva y tradicional (El Mercurio, La Tercera, Megavisión, etc.) difunden a través de diversas formas la idea de que el Mapuche que vive en sus tierras en las zonas rurales de la VIII, IX y X regiones es conflictivo, flojo, borracho y que su pelea es innecesaria, y por el contrario, nos inculcan que el Mapuche que vive en la ciudad, que se ha «chilenizado», es el «buen Mapuche».
Por otra parte existen dentro del pueblo mapuche sectores que están a favor de la reivindicación de su identidad como «pueblo», de poder tener el mentado derecho a la autodeterminación. Muchos hablaran de «independencia», y ¿por qué no?, es su tierra, es su decisión. Pienso que debe ser así. Tal como se dice «Chile para los Chilenos», puede ser «Tierra mapuche para los Mapuche».
La violencia sucedida en la zona no es un tema que todos compartan, muchos no están de acuerdo en que la violencia sea un buen camino, pero cualquiera con un mínimo de conocimientos básicos de historia puede darse cuenta que los cambios que se logran en el mundo son luego de un periodo de crisis profunda.
Esta crisis general tiene varias victimas pues ni siquiera es una pelea equiparada; no es comparable una piedra y una voleadora, o un palo frente a un chaleco antibalas y a un arma de fuego. Ha sido constantemente nombrado el caso de Alex Lemün en medios contra-informativos, sin embargo jamás se ha vuelto a hablar sobre este caso en medios más tradicionales, por eso siempre es bueno recordar: el 7 de noviembre del 2002 el comunero mapuche Alex Lemün de tan solo 17 años recibía un perdigón de plomo en la cabeza disparado desde una escopeta calibre 12 por Marcos Treurer, Mayor de carabineros a cargo del operativo. Treurer fue sometido a proceso en el juzgado de Angol donde el fallo determinó que era culpable pero la Corte Marcial revocó el caso y le dio la impunidad máxima al Mayor de carabineros acusando que el arma fue usada en defensa propia, cuestión negada al principio del caso.
Este caso llegó mas allá de nuestras fronteras, ya que, la familia Lemün Saavedra, al no encontrar soluciones dentro del territorio nacional recurrió a organismos internacionales como Amnistía Internacional quienes enviaron una carta al ministro de justicia de ese entonces Sr. José Antonio Gómez Urrutia, durante la presidencia de Ricardo Lagos, señalando que querían un informe del caso y esperaban que se retomara. La familia también informó del suceso a la 60° sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, por medio de una carta informando de los hechos ocurridos y de su interés de conversar con el Presidente de la Republica de esa época, Ricardo Lagos Escobar:
«…Mi comunidad y mi familia ha tenido interés en trasmitir al gobierno y a los tribunales nuestro deseo de percibir un camino de justicia. Con este afán hemos pedido en reiteradas oportunidades audiencia con el presidente de la republica señor Ricardo Lagos, porque hemos visto que con otras familias chilenas que viven situaciones similares de dolor, ha tenido una abierta disposición y atención con ellos, sin embargo, con nosotros, no se ha visto la misma voluntad…»
El caso de Alex Lemün no a tenido avances notorios y la toma de terrenos ha continuado, como también ha continuado la represión policial en las zonas en las que se encuentran las comunidades, como es el caso del lago Lleu Lleu, extremadamente militarizada; tras cada gran conflicto el número de prisioneros políticos crece, enjuiciados bajo el concepto de «ley antiterrorista», ley propia de Estados represivos. Estos luchadores de su Pueblo son metidos en prisiones por exigir un terreno que es de ellos, recordemos que la semana recién pasada casi aumenta el numero si no es por que la fiscalía de Cañete no pudo probar la participación del Lonco Ivan Llanquileo de Rucañanco en los cargos que se le imputaban. Sin embargo es muy poco recurrente que este suceso salga en televisión o en algún otro medio; de hecho, las huelgas de hambre realizadas por prisioneros políticos no son recurrentes en los medios masivos.
El año 1974 es el año clave de esta travesía, es el año que la dictadura militar de Augusto Pinochet, a través del Decreto Ley 701 subsidia con recursos y tierras el arribo de la industria forestal al territorio mapuche.
Muchos dicen que con esto hubo un gran avance de la economía nacional, una estabilidad lograda con el despojo mapuche de sus tierras, lo cual por supuesto no comparto. Esta «estabilidad» continúa hoy con los distintos gobiernos «democráticos» que desfilan en La Moneda. De hecho aun están los mismos grupos económicos en esas zonas, uno de ellos calificados por la revista Forbes como unas de las personas más ricas del mundo, el ya fallecido italiano Anacleto Angelini Fabbri, quien controlaba Forestal Bosques Arauco y Eliodoro Matte quien encabeza la Forestal Mininco.
Como podemos ver, ambos grupos poseen las mayores riquezas de Chile y poseen empresas forestales en el territorio mapuche.
Entendiendo que el sector forestal es uno de los principales generadores de riquezas dentro de Chile, para si mismo claro está; se vuelve obvia la presencia de empresas chilenas en sectores mapuche. Y es el mismo interés de siempre, según el Estado, perpetuar el progreso, acrecentar el PIB a costa de la explotación de territorios indígenas. Pero el Estado olvida algo: no importa el progreso que tenga, sino la calidad de ese progreso. La asquerosa distribución de la riqueza, los indecentes niveles de pobreza (por que nadie con dos dedos de frente puede creer los indicadores que entrega el gobierno) y los altos niveles de cesantía lo confirman.
Concluyendo, solo puedo decir que el conflicto continuará mientras esto no se hable, mientras existan debates racistas e intolerantes y donde se siga preguntando ¿Qué mierda quieren los mapuches?
El Estado chileno tiende a anexar «por la razón o la fuerza» a distintos grupos étnicos con el fin de perpetuarse. Lo mejor es estar informado, debatir con alturas de mira, sin racismo. Insisto: es por la vía del etnocidio que se renuncia a la fortaleza de la diversidad de las raíces nacionales. El trato que reciban los Mapuche será el que recibirán todos los chilenos.
Blog del autor: http://gritosdelatierra.blogspot.com