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Viva Patricia Troncoso: El Gobierno cedió y ella bajó la huelga de hambre

Fuentes: www.periodismosanador.blogspot.com

A los 109 días de huelga de hambre, Patricia Troncoso logró que el hasta ahora insensible gobierno de la Presidenta Bachelet – iglesia y campaña de solidaridad mediante- accediera a permitirle la salida de fin de semana y cumplimiento de su pena de reclusión en un centro de trabajo y estudio, así como beneficios similares […]


A los 109 días de huelga de hambre, Patricia Troncoso logró que el hasta ahora insensible gobierno de la Presidenta Bachelet – iglesia y campaña de solidaridad mediante- accediera a permitirle la salida de fin de semana y cumplimiento de su pena de reclusión en un centro de trabajo y estudio, así como beneficios similares para Jaime Marileo Saravia y Juan Millalen Milla. La noticia la dio el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Alejandro Goic, a quien se dirigió el gobierno en un breve comunicado que señalaba: «los beneficios solicitados por Patricia Troncoso Robles para ella y para los internos Juan Bautista Millalen y Florencio Jaime Marileo serán concedidos en la forma y oportunidad que señala la solicitud escrita que ella hiciera llegar a usted el día de hoy». El obispo precisó que el domingo por la mañana Patricia Troncoso escribió una carta de su puño y letra solicitando que su recuperación se realice en el hospital de Temuco; la llegada a Angol con sus compañeros y el otorgamiento de beneficios carcelarios y dominical para Juan Millalen, y el fin de semana para ella y Jaime Marileo a partir de comienzos de marzo. Finalmente, todas las peticiones que la huelguista hizo desde el 1º de enero en adelante fueron concedidas, y ella aclaró que las demandas centrales con que habían dado inicio a la huelga ella y otros presos políticos mapuche seguían en pie: la libertad a todos los presos políticos mapuches; la desmilitarización de las comunidades y revisión del caso Poluco-Pidenco, que la sentenció a ella y otros comuneros a 10 años y un día de prisión. En forma realista sostuvo en un comunicado publicado por el diario «La Discusión» de Chillán ayer domingo: «Vemos que en Chile no existen las garantías para tratar estos temas, por lo que serán revisados en marzo por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.» En la oportunidad había señalado Patricia además: «Esperamos una pronta respuesta y no como un acto de buena voluntad, sino como un acto de justicia, pues nuestros hermanos que han cumplido cinco años de cárcel inocentemente, siendo juzgados por la ley antiterrorista y teniendo como única prueba para su condena a testigos sin rostro y pagados maliciosamente por el ministerio público. Finalmente quiero decir que nosotros cumplimos con todos los requisitos para acceder a estos beneficios intrapenitenciarios.» Bachelet primero ofreció cumplir las demandas en seis meses más, lo que fue rechazado por Patricia.

Finaliza así la huelga de hambre más larga de la historia de Chile y se abre un nuevo capítulo en la lucha del pueblo mapuche. Patricia Troncoso, la Chepa, mapuche por ancestros y convicción, con su poderosa acción de resistencia pacífica logró movilizar a sectores muy diversos del pueblo mapuche. Aunque inicialmente la huelga de hambre no impactó más allá de esos sectores, con el correr de los días se generó un poderoso movimiento de solidaridad en Chile y el extranjero, que el gobierno bacheletista vio crecer mientras esperaba derrotar por cansancio a la luchadora social mapuche. Como eso no ocurrió, utilizaron la otra táctica: la «persuasión» a través del orden, la fuerza contra la no violencia activa, la re-presión con distintos artilugios. Siempre chocaron Bachelet (la palabra rima con Pinochet) y sus funcionarios con la fuerza mapuche, con la integridad moral y la valentía de la lamnen que comenzó a recibir además ¡el respaldo de género! En medio del silencio oficial, la única respuesta estaba dada siempre por la feroz represión callejera a las manifestaciones de solidaridad. La barbarie, una vez más. El mundo de los derechos humanos, los historiadores, los antropólogos, los médicos, los artistas e intelectuales, la CUT, las organizaciones ambientales y sociales del país, se sumaron a las exigencias mapuche. Tardíamente, pero en forma efectiva, como corresponde a su peso real en la sociedad chilena, entraron los obispos. El más digno, el obispo de Chillán, Carlos Pellegrin con sus sabias palabras sobre el tema de fondo: «Mientras estas injusticias persistan, el pueblo mapuche va a estar herido, por lo tanto, es una deuda que hay que saldar, y éste es el momento adecuado para hacerlo, ahora que estamos en democracia». Hoy es un día de alegría para muchos, para los que estamos por la vida y por la justicia, para los mapuche y para los que nos reconocemos mestizos. Para los que no queremos más muerte ni más héroes, pero seguimos de una manera u otra luchando por una verdadera democracia. Para los que asistíamos casi impotentes al cerco comunicacional en los medios y buscábamos llegar al corazón de los indiferentes para abrirle los ojos ante este otro Chile, el que limita al centro de la injusticia.

Nos estuvo hablando a todos esta mujer, cristiana por origen, mapuche por ancestros y decisión, guerrera por necesidad; Patricia de nacimiento, Chepa por elección. Gracias Patricia por tu fuerza, gracias por vivir, por estar enraizada en la tierra, por ser la mujer más libre de todas las que conozco.