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Informe al Pleno del Comité Central del Partido Comunista

«Vivimos una ofensiva contra el modelo neoliberal»

Fuentes: El Siglo

Compañeras y compañeros: Este informe de la comisión política tiene como objetivo central evaluar nuestro trabajo y proyectar el quehacer del partido para este año. En esa dirección, queremos hacer un especial esfuerzo para que todos los comunistas y todas las instancias de dirección y organización partidaria, se involucren en los próximos días en un […]


Compañeras y compañeros:

Este informe de la comisión política tiene como objetivo central evaluar nuestro trabajo y proyectar el quehacer del partido para este año. En esa dirección, queremos hacer un especial esfuerzo para que todos los comunistas y todas las instancias de dirección y organización partidaria, se involucren en los próximos días en un proceso de reflexión que considere las evaluaciones y las proyecciones políticas que requerimos. Tanto para enriquecer el balance y las proyecciones generales, como para considerar las experiencias relevantes vividas por el partido en este periodo.

En este proceso, debe jugar un papel fundamental el conjunto del comité central.

El 2007 lo podemos caracterizar como un año de evidentes y significativos avances sobre la base de un diagnostico acertado, en lo general, y la aplicación de una política correcta, que muestra claras potencialidades en su desarrollo, e incluso y también cuando se le ha limitado en su propia realización.

Esto es muy importante para el conjunto del partido, especialmente cuando se requiere un colectivo mucho mas inserto en este proceso, elaborando y aplicando la línea, y abriendo paso a nuevas experiencias.

Es relevante considerar este balance sobre la base de nuestros propios objetivos y metas:

Vivimos un año de resuelta ofensiva, en la que nuestros esfuerzos principales se dirigieron a atacar dos de los pilares fundamentales del modelo neoliberal: las leyes laborales que sustentan la precarización del trabajo asalariado, base de la forma que adopta la relación de capital en el Chile actual y, a nivel de la superestructura institucional, el sistema electoral binominal, que determina la exclusión de las fuerzas políticas alternativas al actual bloque en el poder.

Para ello, nuestra acción se desplegó en cuatro direcciones fundamentales:

-Elevar el crecimiento de la conciencia, la organización y la movilización de los trabajadores, fortaleciendo su papel de fuerza principal y el de la CUT.

-Lucha contra la exclusión social y política.

-fuerte impulso para abrir paso a una convergencia social y política de amplios sectores, sobre la base de objetivos democráticos.

-Mayor inserción de chile en las luchas de los pueblos americanos por la emancipación.

I) En este sentido, el sujeto principal de la construcción de fuerza que impulsa los cambios democráticos y la construcción de la alternativa, esto es, los trabajadores, mostraron como fortaleza una creciente movilización y capacidad de lucha, y una proyección importante del rol decisivo que pueden y deben jugar en la unidad y la convergencia social y política en nuestro país.

Un «inventario» de hechos y acciones, aún incompleto, evidencia tal afirmación:

– La protesta nacional del 29 de agosto convocada por la central unitaria de trabajadores, CUT, presidida por Arturo Martínez;

– Las potentes luchas y tratativas impulsadas por los trabajadores del subcontrato del cobre, que irradian nacionalmente hacia toda el área económica del trabajo precario;

– Las batallas del sector forestal, de los temporeros, de agrosuper, impusieron un cuadro que significó asuntos no menores en la desigual relación capital-trabajo, provocando rupturas inéditas en las formas legales de negociación hasta ahora existentes. los sindicatos se agruparon, lucharon y negociaron en conjunto, lograron negociar con las empresas matrices, y provocaron mejores condiciones para seguir conquistando nuevas posiciones.

Los trabajadores del sector público y municipales generaron nuevas movilizaciones, fueron activos e incidentes en instalar la necesidad de un nuevo trato y salarios dignos.

– En el gremio de los profesores, se produce un vuelco que tiene historia y que será incidente en el cuadro que se forma para el nuevo año: asume la presidencia nacional el dirigente comunista Jaime Gajardo, con una lista de representación plural, la cual recibe el apoyo del voto docente de la izquierda, de sectores no menores de partidos de la concertación y también de expresiones de la llamada fuerza social. Una Nueva Mayoría se conforma en el Colegio, fundada en un descontento creciente del magisterio en sus bases, y producto también del avance de posiciones que logran representar aspiraciones fundantes que no han tenido una solución para los profesores.

– Tal cambio, debería implicar también un fortalecimiento de la CUT. Jaime Gajardo es el Secretario General de la Central y representa una política (la comunista) que busca precisamente hacer avanzar una CUT a la altura de los nuevos desafíos sociales y políticos.

Es este avance, es esta irrupción y es este fundamento, lo que hace emerger un nuevo concepto en Chile:

– El salario ético para todas y todos los trabajadores, planteado por el Presidente de la Conferencia Episcopal. si bien es cierto, como casi todo, este nuevo concepto tiene su historia y su pasado, lo relevante es que en el 2007, producto de las luchas y planteamientos de los trabajadores, emerge desde la voz del Obispo Goic, su instalación visible y necesaria. Antes del presidente de los obispos católicos chilenos, ya había intervenido en un conflicto laboral monseñor Ezatti. El Obispo Goic lanza la demanda del salario ético, cuando interviene para mediar en el conflicto legítimo y democrático que llevaron y llevan adelante los miles de subcontratados del sector del cobre estatal. La intervención de la iglesia católica se extiende, otros obispos también opinan en esa misma dirección; el Cardenal Errázuriz se refiere a la necesidad de enfrentar las agudas desigualdades sociales, mientras las movilizaciones y tratativas que impulsan los trabajadores «cruzaron» el escenario nacional del 2007.

A este torrente se suman numerosas acciones de los trabajadores en todo el territorio nacional, partiendo a comienzos de año con las movilizaciones en la región metropolitana, que dieron cauce al legítimo descontento con la imposición del transantiago.

– En años pasados, también hubieron luchas sindicales y movilizaciones nacionales. lo nuevo, es que durante el 2007 se expresa una tendencia que se mantiene en el tiempo, se fortalece, se incrementa y se proyecta: el descontento social que impulsan los trabajadores, y en su centro la CUT, alertan a la derecha económica, a los clanes financieros, a las transnacionales, y por cierto a su vocero el mercurio, el cual durante todo el año dedica páginas y editoriales para advertir del peligro que significa esta irrupción, en la gobernabilidad y estabilidad del sistema en su conjunto.

– En el 2007 es la lucha de los trabajadores la que provoca la reacción de la derecha y del gran empresariado, y una reacción obsesiva de las fuerzas del sistema que intentan frenar esta tendencia, que incluso en los primeros días del 2008, muestra su potencialidad y sus grandes perspectivas.

– Otros sectores sociales y movimientos mantienen intensas batallas y logran instalar sus demandas en la cerrada sociedad mediática chilena impuesta desde arriba:

– El pueblo mapuche,

– Los deudores habitacionales,

– Los trabajadores del sector salmonero,

– Los luchadores por un ecosistema autosustentable, los defensores de los derechos humanos y quienes demandan verdad y justicia plena.

– Esta tendencia encabezada por los trabajadores se afirma y crece notablemente el año pasado. adquiere una nueva dimensión, puesto que ella refleja al sujeto principal de la construcción de una fuerza socio-política de nuevo tipo, popular, amplia y nacional.

II) Respecto de LA BATALLA CONTRA LA EXCLUSIÓN, la principal fortaleza en este sentido, fue la intensa actividad política que desplegamos y que logro instalar, claramente, y por primera vez en el llamado periodo de la transición, la necesidad de un cambio al sistema binominal.

Se produjeron una cantidad importante de acciones en esa dirección, sin embargo, respecto de esta tarea, específicamente, se evidenciaron desniveles en el partido. no todos se jugaron a fondo en esta tarea. En la llamada izquierda, y en el propio partido, surgieron expresiones de principismo que retrasaron y frenaron este accionar. ello se reflejo en poner por delante la asamblea constituyente, sin vinculación alguna a la necesidad de cambios al binominal y de termino de la exclusión política.

En el 2007, pusimos más al descubierto la exclusión, en un asunto que es determinante respecto de abrirle paso a la lucha por representaciones democráticas y participativas en la sociedad chilena. no es menor haber puesto en el centro de la critica política al sistema binominal heredado de la dictadura de Pinochet.

Si bien esta bandera de lucha tiene su historia (hay que recordar que ya el año 1996 el partido comunista planteó a la concertación su propuesta de un acuerdo nacional por cambios democráticos, cuando Gladys Marín era su Secretaria General), es en el 2007 cuando tal demanda se hace más visible y cuando políticamente genera amplios acuerdos y convergencias.

El punto de referencia más inmediato respecto de este escenario que hemos construido, es cuando el PC planteó a la entonces candidata presidencial Michelle Bachelet, antes de la segunda vuelta, la necesidad de cambios sociales y políticos democráticos, entre los cuales, modificar el excluyente sistema político-electoral heredado de la dictadura de Pinochet.

Es en el 2007 que el PC se tensiona más para levantar esta propuesta que también incluye cambios sociales sustantivos.

La CUT se involucró en esta campaña; se conformó el parlamento social y político y se generaron amplias convergencias que asumen la demanda de poner fin a la exclusión. es en este contexto que se producen conversaciones con los partidos políticos de la alianza y la exigencia se hace más visible y explícita.

Nunca antes, desde que se inició la llamada «transición» se había logrado este grado de instalación social, política y comunicacional respecto de la necesidad de un cambio a la institucionalidad política.

Sin embargo, un sector de la izquierda rechazó este proceso, sobre la base de que consideró que cambios al sistema binominal, sólo reafirmarían al modelo en su conjunto.

Las convergencias aumentaron, se generaron experiencias relevantes en diversos puntos del país, hay encuestas en el 2007 que muestran que la mayoría ciudadana considera injusto excluir al PC, a la izquierda, a los trabajadores del parlamento chileno. a los sondeos nacionales se suman los realizados en varias comunas, entre ellas Estación Central.

En medio de este proceso, el gobierno, a través de la presidenta Bachelet da a conocer un proyecto de reformas parciales al sistema binominal, aceptado por nosotros como un paso positivo. Se logra que el parlamento social y político respalde este camino. También la Concertación. Con todo, la derecha bloquea este proceso, y logra congelarlo, hasta hoy.

Aunque no se alcanza a lograr una significativa expresión de esta batalla en el plano de masas, quedan claras señales de que la exigencia de término de la exclusión también llegó para quedarse en el itinerario de las grandes batallas populares.

Hay un asunto que debemos prestarle mucho mayor atención. Es esta lucha política contra la exclusión y por cambios al sistema binominal, la que genera otras dinámicas: ayuda a profundiza la crítica al modelo en general, se generan mejores condiciones para convergencias transversales, y ello se reflejó en las solidaridades y apoyos que diversos sectores políticos otorgaron a las luchas y negociaciones de los trabajadores, especialmente.

Es la protesta nacional del 29 de agosto una de las expresiones más claras en este sentido. Pero ese fenómeno se volverá a producir y a repetir en el marco de la cumbre por la amistad e integración de los pueblos iberoamericanos, en el congreso nacional de los derechos humanos, en el Centenario de la masacre de Santa maría de Iquique, y en la fiesta de los abrazos que recién pasó.

Así, las convergencias socio-políticas se expresaron en la dirección de un más generalizado cuestionamiento al modelo y las fuerzas que lo sustentan.

Eso es también parte de la batalla contra la exclusión y un saldo positivo de su instalación en el escenario político nacional.

Este proceso de lucha social y política, de convergencias y batallas de masas, es lo que provocó una reacción de la derecha, un reordenamiento en el gobierno y acentuó la crisis latente del bloque político en el gobierno: la Concertación. es sintomático como el mercurio le dio seguimiento a este proceso, y monitoreo cada vez mas con mayor preocupación el riesgo del surgimiento en chile de lo que llamo populismo…es decir, la izquierda o una alternativa popular de carácter nacional.

Evidenciando estas contradicciones, el año termina con una valoración política positiva del PC en la batalla contra la exclusión social y política.

Pero también con una valoración positiva que hace Bachelet respecto de los consensos con la derecha, y un claro fortalecimiento del laguismo-expansiva, lo cual se refleja en el último cambio de gabinete, pese a la salida de Ferreiro y Poniachic, especialmente luego de las primeras declaraciones de Pérez Yoma.

Es en este cuadro que se acrecienta la crisis mas profunda que ha vivido desde su fundación, la concertación. Diversas y múltiples causas explican la situación de alta tensión que vive el bloque gubernamental. se trata de una crisis latente, que viene ya de un cierto tiempo, y que ahora se expresa de una forma mucho más intensa y manifiesta.

Tal crisis no esta separada del creciente deterioro del sistema de representación política e institucional que opera en chile heredado de la dictadura de Pinochet. Sólo que ahora golpea con fuerza a la propia concertación.

Sin embargo, tampoco estas tensiones pueden verse sólo como expresiones del ejercicio del poder, en un marco no democrático y presidencialista extremo.

Es que las demandas y expectativas sociales, de las mayorías, se incrementan

mientras el modelo simplemente genera más fisuras y desigualdades. Se trata de un dato de la realidad objetiva: a los millones de excluidos,

Prácticamente en todos los aspectos de la vida social y material, se unen los millones de descontentos que rechazan seguir viviendo con una tan mala calidad de vida.

Una economía depredadora, mercantilista y con un discurso violento y radical, se impone a la posibilidad de una economía a escala humana…entonces el salario ético, el transantiago, el lucro en la educación, el nefasto consenso para una nefasta reforma al sistema previsional, son explicados desde la fría mentalidad de la acumulación de capital.

Desaparece prematuramente la idea de un «gobierno ciudadano», y se impone en toda la línea la dupla expansiva-laguismo, esa fuerza transversal que sigue absolutamente convencida de que la subordinación a la economía norteamericana; la «excepción» de américa latina; el ajuste permanente en las condiciones de vida, el acuerdo estratégico con la derecha, son la receta para seguir con el modelo adelante.

La derecha endurece su presión relativa, y logra reponer el consenso sobre la base de sus condiciones políticas, esto es, restituir el orden y la gobernabilidad sobre los de abajo. el desalojo, en el 2007, también parece ser que llegó para quedarse.

Sin embargo, en el 2007 se abren dos procesos con mayor intensidad que en años pasados:

Las tensiones al interior de la concertación muestran, por primera vez, la posibilidad de caminos políticos que podrían concluir en salidas y divisiones del propio bloque. Tanto hacia nuevas alianzas con la derecha, o hacia nuevas alianzas con la izquierda. Como resultado, nuevos actores comienzan a definir posiciones en la escena política: asistimos al intento de convertir a chile primero en referente político legal y a la actuación de la disidencia «colorina» que siguió a Adolfo Zaldívar en su pugna con la ahora debilitada dirección democristiana.

Es el llamado centro político el que entra en la disputa, pero no está dicha la última palabra, básicamente porque la propia concertación ha tenido ya antes la capacidad de autoregular sus propias fisuras y diferencias, incluso para proyectar su ya histórica «vocación de poder».

Pero, en la base social y ciudadana, aparece con mayor claridad aquel sector que sí creyó y votó por una concertación que planteaba cambios sociales y políticos, que ahora observa con desencanto y desesperanza el sentido que adoptan los acontecimientos al interior y al exterior del gobierno y de la coalición.

Debemos mirar con atención este cuadro, especialmente cómo se expresa en las bases sociales. viene el congreso nacional del partido socialista, y todo indica que las fuerzas políticas de la concertación vivirán nuevos procesos en el marco de las elecciones municipales y hacia las parlamentarias y presidenciales. el 2007 muestra que las luchas sociales dinamizan el movimiento de las fuerzas políticas.

III) Los avances de los pueblos y la contraofensiva norteamericana

las tensiones que se viven hoy en el continente, básicamente causadas por la contraofensiva norteamericana, muestran con mayor relevancia los inmensos avances logrados por los pueblos y por los gobiernos que representan proyectos emancipatorios.

Esas voluntades políticas fueron las que se expresaron en Chile, con intensidad, durante la cumbre oficial de presidentes y jefes de estado y la cumbre por la unidad y la integración de los pueblos iberoamericanos.

El país, sometido a un aislamiento político y mediático severamente controlado, bajo la sostenida descarga de una campaña por momentos histérica contra «todo tipo de populismo», pudo ver con cierta cercanía las reales tensiones que cursan en América.

Por un lado, una crisis económica en Estados Unidos que empieza a golpear con mayor fuerza a las economías regionales (incluida la chilena), y por otro lado, un avance de procesos de integración y entendimientos que dan mucho mayor razón a esas estrategias, como lo demuestra y representa el Banco del Sur.

Es claro que, en ese contexto, el gobierno de Bush ha optado por la radicalidad, la intervención y el divisionismo territorial. Pero esa misma política es la que no deja espacio a una «tercera vía» o a la exepcionalidad que impulsa como gran bandera nacional el Canciller Foxley.

Tanto el Banco del Sur; el corredor bioceánico impulsado por Bolivia, Brasil y Chile; el diálogo Morales-Bachelet; los avances en el proyecto de integración alba y los desarrollos del MERCOSUR, son hechos contundentes que no dejan espacio a la «tercera vía» en las relaciones exteriores de Chile.

Esto quedó de manifiesto durante la transmisión del mando en Argentina, en que emerge con fuerza un bloque político que porta las nuevas tendencias.

La administración Bush, como lo hace en todo el mundo, optó también en el 2007 por agudizar su intervención en América y el Caribe, y eso hace prever que las tensiones y agresiones antidemocráticas se profundizarán en el 2008.

Sin embargo, la voluntad política emancipatoria, tiende a mantenerse y a consolidar una nueva correlación de fuerzas en el continente.

La reciente liberación de prisioneros en Colombia, ha provocado un gran triunfo político y ético del presidente Chávez, de los gobiernos que respaldaron y apoyan el camino del canje humanitario, y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, lo que ha generado mayores esperanzas para el inicio de un diálogo y de un intercambio de prisioneros.

Este es el camino que ha intentado hacer fracasar el imperialismo norteamericano, y en cuya política el gobierno de Chile se siente totalmente representado. El gobierno de Bush intenta provocar la división territorial de Bolivia, e interviene en los asuntos internos de Argentina, acción que le ha provocado contundentes respuestas de la Presidenta Cristina Fernández y del Presidente Evo Morales.

La apuesta al divisionismo y a las pugnas entre estados, es seguida por gobiernos pro norteamericanos del cono sur. Hay que tener una mirada política estratégica para enfrentar tales situaciones. En relación a la demanda planteada por Perú y a las posturas políticas que tanto el gobierno de Lima como el de Santiago exponen en esta coyuntura, creemos necesario considerar que, para enfrentar este tipo de situaciones se debe privilegiar el diálogo bilateral; en el marco del respeto al derecho internacional. Pero ello solo tiene sentido si esos diálogos apuntan a fortalecer la integración bilateral y regional, en el marco de una cooperación económica y política, en este caso específico, considerando también como hecho fundamental el abrir paso a una salida al mar para Bolivia. Sólo de esta forma, diferendos que se arrastran por décadas pueden abrir paso a oportunidades de integración y unidad entre los estados nacionales. En Venezuela, tras el referendo, el gobierno del presidente Chávez ha retomado la iniciativa política, en el marco de una profunda evaluación autocrítica, y tal vez lo más relevante es lo que ha señalado en estos días el propio conductor del proceso bolivariano. Citamos textualmente:

«hay que incrementar la estrategia de nuestras alianzas. No podemos dejarnos arrastrar por las corrientes extremistas. Nosotros no somos extremistas ni podemos serlo. Tenemos que buscar alianzas con las clases medias, incluso con la burguesía nacional. No debemos dejarnos chantajear por voces del extremismo, de tesis pasadas de moda que en ninguna parte del mundo las van a conseguir. Hay que buscar, más allá de eso, las alianzas para fortalecer el nuevo bloque histórico, como lo llamaba Antonio Gramsci. Hace apenas un año ganamos una elecciones con el 63 por ciento de los votos, 7 millones y tanto de votantes. Allí hay una base muy sólida.»

«yo estoy obligado a reducir la velocidad de marcha. He venido imprimiéndole una velocidad a la marcha más allá de las capacidades o posibilidades del colectivo. Lo acepto, y he allí uno de mis errores. Las vanguardias no pueden desprenderse de la masa. Tienen que estar con la masa. Yo estaré con ustedes y por eso tengo que reducir mi velocidad.»

IV) La necesidad de un gobierno democrático: Más cerca ahora

Una mirada de balance muestra que la política impulsada por el Partido Comunista y otros sectores de izquierda y progresistas, aún no siendo un bloque o referente consolidado, ha ayudado en términos muy significativos a construir un nuevo escenario y nuevas tendencias para el 2008.

El proceso de acumulación de fuerzas ha crecido favorablemente.

Vienen nuevos desafíos, como las elecciones municipales y batallas nacionales de los trabajadores.

El centenario de Salvador Allende será un hito nacional y mundial de gran intensidad. Allende es un constructor de futuro, un referente, pero sobre todo, quien expuso con claridad la contradicción fundamental de esta época, cuando en su discurso en las Naciones Unidas, predijo lo que los pueblos y la humanidad enfrentarían ahora.

Todo el cuadro tiende a mostrar, con mayor nitidez histórica, la necesidad de una correlación de fuerzas que se plantee de verdad la conquista de un gobierno democrático de nuevo tipo.

Al agotamiento del modelo, se requiere construir una nueva fuerza capaz de hacer de ese gobierno el pilar fundante del nuevo estado nacional. Los tiempos políticos e históricos son más breves para esa tarea.

Pero ello también requiere de alianzas amplias y convergencias sólidas; de luchas unitarias y nacionales, en la perspectiva de visualizar en el horizonte el objetivo grueso del período: una fuerza y una plataforma para ese futuro gobierno con la capacidad y la legitimidad de llevar adelante la tarea de una nueva Constitución Política y una Asamblea Constituyente que fundamente tal proceso democrático y revolucionario.

En estas condiciones, ¿cómo se da continuidad a nuestra lucha y cómo se consideran los nuevos escenarios que se generan este año 2008?, brevemente, nos queremos detener en cuatro líneas principales de acción, que dan cuenta de los desafíos y tareas principales.

V) Los desafíos y las tareas principales del 2008:

1) Elevar la lucha social y política, por cambios democráticos, en un proceso ascendente de convergencia y unidad.

En este proceso se deben expresar el papel principal de la CUT y los trabajadores así como el rol del Parlamento Social y Político (por la base y en los frentes sociales, en donde se puede expresar mejor nuestra influencia como polo de atracción en sectores descontentos de la Concertación y en la unidad amplia de la izquierda y los críticos al sistema).

Es en este contexto en el que debemos entender el proceso hacia una mayor acumulación de fuerzas con amplias alianzas, considerando consolidar la unidad de los sectores de izquierda, alcanzar una mayor influencia en el centro político y en los sectores descontentos de la Concertación (el bacheletismo, entre otros);

En un proceso de movimientos tácticos flexibles y dinámicos, en el cual la lucha y movilización social jueguen un papel clave.

Expresiones de este esfuerzo deben ser:

– El paro nacional que ya anunció Arturo Martínez, el cual debe tener una plataforma de reivindicaciones sindicales y sociales muy amplia, y considerar las demandas socio-políticas insertas en la plataforma del Parlamento Social y Político.

– El fortalecimiento de la CUT pasa también por el congreso que realiza año y por las elecciones internas, en donde requerimos un plan de trabajo nacional desde ahora. Debemos orientar nuestros esfuerzos para que la CUT amplíe su papel de referente convocante al amplio mundo social y político democrático que se plantea transformaciones.

2) El Centenario de Salvador Allende:

Implica rescatar su legado, pero proyectarlo en la perspectiva de la conquista de un nuevo gobierno democrático y de justicia social, que sea expresión de la soberanía nacional, y que tenga la fuerza y la voluntad política para convocar a una asamblea constituyente y una nueva constitución política.

El Centenario de allende debe tener en el centro la idea del término de la exclusión, del cambio del binominal para abrir las puertas del parlamento a los excluidos.

Se debe instalar la idea de la unidad de los trabajadores y el pueblo y la unidad de la izquierda, tal como la concibió allende, el presidente más democrático que ha tenido Chile.

– El Centenario de allende debe ser la principal tarea inserta en la lucha de solidaridad y el internacionalismo en América: papel principal jugarán China, Vietnam y Cuba, y requerimos posicionarnos con todo en esta perspectiva.

Allende como integración;

Allende como solidaridad;

Allende como antiimperialismo;

Allende como soberanía nacional y patria.

Las experiencias de la cumbre y el Centenario Santa Maria demuestran que es posible trabajar en el terreno de masas con criterios amplios y considerando relaciones con el gobierno que nos permiten avanzar y nos facilitan nuestro trabajo. Esto hay que valorarlo positivamente, y no como un problema.

3) Fuerte ofensiva para reponer las reformas al sistema binominal

Es preciso volver a colocar en primer plano la lucha por esta exigencia democrática, superando incomprensiones y debilidades que han impedido una acción más consistente de todo el partido tras este objetivo principal de nuestra lucha en el período.

Se plantea convenir con el gobierno que el actual proyecto de reforma constitucional y el de cambio de la ley orgánica constitucional de elecciones sean puestos en votación en el parlamento en marzo próximo.

Es claro que este desafío implica para nosotros llegar a ese escenario «en caliente», en el marco de intensas movilizaciones, que pongan de manifiesto que una mayoría nacional comparte ese objetivo democrático.

Paralelamente, en el tiempo que resta hasta la votación, deberemos sostener nuevas conversaciones con todas las fuerzas políticas, buscando asegurar el máximo de apoyo para las iniciativas.

Por cierto, se trata de que estos contactos políticos no se reduzcan a los órganos centrales de dirección de los partidos. Durante el año, las direcciones regionales y comunales del partido hicieron múltiples experiencias, algunos extraordinariamente positivas, de iniciativas políticas que permiten comprometer, frente a las masas, a representaciones de las fuerzas políticas del sistema.

Mirando las cosas con realismo, en las actuales condiciones es poco probable que los proyectos sean votados favorablemente, con las mayorías calificadas que se requieren para ello (2/3 para Ref. Const; 4/7 para LOC).

En esta situación, cobra mayor relevancia la eventual materialización de lo que hemos llamado el acuerdo (con la Concertación) de omisiones para las elecciones de al menos 15 alcaldes, en octubre de 2008, mediante lo cual podría alcanzarse un importante cambio del escenario político territorial, en el cual la alianza perdiera el control de parte significativa de su poder local, en tanto nosotros podríamos elevar sustancialmente nuestra influencia en comunas de gran proyección e importancia para el desarrollo de nuestra política.

También conversaremos con el Partido Humanista, como ya lo hemos hecho. En el marco de nuestros esfuerzos unitarios, consideramos necesario exponer claramente lo que nosotros creemos fortalece la unidad de la izquierda. En primer lugar, nuestras relaciones con el PH no involucran a otras fuerzas políticas que han sido parte de un accionar fuertemente descalificador del Partido y de su línea política.

No cerramos la puerta a nadie, pero en estas relaciones creemos imprescindible explicitar propósitos. No hay un candidato presidencial ya pre-establecido que se transforme en condición de los acuerdos, puesto que nosotros creemos fundamental avanzar hacia un candidato presidencial que efectivamente refleje y represente la amplitud y la fuerza de la alternativa, su plataforma y sus objetivos nacionales, y no la reduzca o la limite a los vértices. Del mismo modo, que no puede haber veto o descalificación a las políticas que implementamos. Nos disponemos a realizar intensos esfuerzos por acuerdos amplios en el terreno electoral. En este marco debemos analizar las posibilidades de un acuerdo instrumental con el Partido Humanista.

-Un asunto final si requiere una mención en este informe: La necesidad de la instalación de nuestro pre candidato presidencial implica orientar nuestro esfuerzo hacia una plataforma de gobierno unitaria, en la perspectiva de una lista municipal también amplia y unitaria en un proceso que ojalá abra paso a una candidatura que represente la amplitud de alianzas y contenidos que requerimos para este período, en la idea de avanzar en la conquista de un gobierno democrático de nuevo tipo, nacional y de justicia social. Esto también implica cerrar el paso a movimientos divisionistas, y a ordenar las fuerzas de izquierda y democráticas que se ubican en esta perspectiva. Es muy conveniente que este pleno se pronuncie respecto del perfil concreto que debiera tener nuestro precandidato presidencial.

Camaradas, nuestra apreciación general es que el año 2007 fue un año de grandes avances en la elaboración colectiva de nuestra política y en su enriquecimiento práctico en cada estructura del Partido, su validez general se comprobó en múltiples actividades y logros, muchos de los cuales no son, por desgracia, conocidos por el conjunto del Partido, debemos hacer esfuerzos para mejorar esta situación, que a veces nos impide conocer los éxitos y valorar los esfuerzos que hacen las células y las estructuras.

De la síntesis que hemos intentado desarrollar queda de manifiesto el enorme esfuerzo que deberemos hacer para alcanzar nuestros objetivos y cumplir nuestras metas en este año que se inicia. Tenemos más experiencias, nuestro Partido ha crecido, los chilenos, en especial los trabajadores y el pueblo esperan nuestra palabra pero, sobre todo, nuestra acción.

Estamos seguros que, con el legado de Gladys y de Allende como guía,

¡MIL VECES VENCEREMOS!