Resulta inquietante que en la coincidencia entre los Gobiernos de Colombia y Venezuela en el hecho, se impuso la lógica de ilegalidad y violación de los Derechos Humanos que ha caracterizado los gobiernos colombianos, particularmente Uribe y Santos y que habían pretendido en vano imponer sobre otros países. Antecedentes similares recientes sólo se registran con la detención ilegal del profesor Miguel Ángel Beltrán en México sin que en su caso existiera un estatus de refugio reconocido. Inevitablemente vuelve a la memoria la sombra del Plan Cóndor
COMUNICADO:
Todo nuestro compromiso con la Patria Grande: no con las oligarquías criminales y el imperialismo
No es noticia nueva, y por desgracia, que los opositores políticos de la oligarquía colombiana seamos condenados extrajudicialmente a la muerte, a la prisión o al exilio. Cada pérdida dolorosa de un resistente (sea activista social o combatiente) ratifica sin embargo, la naturaleza excluyente, represiva y reaccionaria de un régimen cada vez más descompuesto. Sin otra alternativa histórica distinta a la persistencia, nos alegramos cuando la voz del pueblo rebrota y reclama, nos reconforta el sueño común de la Patria Grande y de la América Nuestra.
Difícil de aceptar resulta en cambio, el golpe que viene del que se considera amigo, esa soledad es más profunda y la estupefacción tarda más en disiparse. No podemos olvidar las posturas del Gobierno de Chávez por el reconocimiento de estatus de beligerancia a la insurgencia, por la búsqueda de la salida política al conflicto colombiano, la solidaridad y la dignidad con los pueblos hermanos agredidos por la oligarquía colombiana y el imperialismo. No podemos olvidar que las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales producidas en el pueblo venezolano son el resultado del actual proceso. Todo ello ha configurado el tamaño de nuestro compromiso, todo ello determina la dimensión de nuestra expectativa.
Asumiendo el pensamiento crítico, tratamos de entender la particularidad histórica de cada pueblo, de cada proceso. Sus formas, sus ritmos y sus retos. Tratamos de explicar, con malestar y con esfuerzo, que el discurso de la Patria Grande y la integración latinoamericana chocara contra las fronteras venezolanas que exigen visa a sus vecinos más cercanos. Tratamos de explicar por qué los espesos operativos de la Guardia Nacional abren casi siempre sus puertas al soborno, que pagan fácilmente paramilitares y narcos, y restringe, maltrata y saquea el migrante pobre. Tratamos de explicar la inviabilidad de invocar protección humanitaria en Venezuela para los miles que buscan refugio cruzando fronteras, la filtración de sus datos hasta las manos de sus victimarios. Es complejo el conflicto colombiano -nos dijimos- no puede el Gobierno de Chávez azuzar súbitamente tensiones con las fuerzas de seguridad, no es simple incorporar el discurso de Derechos Humanos que desvalorizó la oposición. Todas estas respuestas nunca nos resultaron suficientes… pero tratamos de entender.
La situación actual generada con la detención y extradición ilegal del periodista colombiano Joaquín Pérez rebasa todo intento de explicación desde la perspectiva ética y política que caracteriza al pensamiento bolivariano, representa una negación al principio de solidaridad, al derecho a disentir y al compromiso de lucha con la Patria Grande.
Desde el punto de vista del derecho resulta también insostenible. Si el proceso dice fundamentarse en pruebas halladas en el computador de Raúl Reyes, que se demostró fueron manipuladas, ¿proceder con la extradición significa que se consideran válidas las pruebas? ¿Habrá entonces que darle credibilidad a las acusaciones formuladas contra los gobiernos de Venezuela y Ecuador, construidas desde el mismo material probatorio?
Desde el punto de vista del Derecho internacional de los Derechos Humanos, ¿cómo se justifica la violación de convenios y protocolos que exigen respeto a los derechos de los perseguidos políticos cobijados bajo el estatus de refugiado?
Resulta inquietante que en la coincidencia entre los Gobiernos de Colombia y Venezuela en el hecho, se impuso la lógica de ilegalidad y violación de los Derechos Humanos que ha caracterizado los gobiernos colombianos, particularmente Uribe y Santos y que habían pretendido en vano imponer sobre otros países. Antecedentes similares recientes sólo se registran con la detención ilegal del profesor Miguel Ángel Beltrán en México sin que en su caso existiera un estatus de refugio reconocido. Inevitablemente vuelve a la memoria la sombra del Plan Cóndor.
Nos corresponde a los pueblos, a los bolivarianos, a los defensores de Derechos Humanos, a los partidarios de la Patria Grande, salir a la calle denunciar el hecho, exigir la liberta inmediata de Joaquín Pérez y la rectificación de las medidas tomadas. Todo nuestro compromiso con la Patria Grande, no con las oligarquías criminales y el imperialismo.
Exiliados Colombianos en el Cono sur
Traspasa Los Muros internacional
La Lucha social no es un delito, es un paso hacia la Libertad…
PRESXS POLÍTICXS A LA CALLE !!!
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