A sus 30 años, Ignacio Astete Nahuelcoy preside el partido político llamado junto a otras fuerzas, a conquistar el estatuto autonómico de todos los habitantes del territorio mapuche en el país chileno. Nació en la comuna de Saavedra de la región de la Araucanía, territorio Lafquenche y es licenciado de Contabilidad y Finanzas de la […]
A sus 30 años, Ignacio Astete Nahuelcoy preside el partido político llamado junto a otras fuerzas, a conquistar el estatuto autonómico de todos los habitantes del territorio mapuche en el país chileno. Nació en la comuna de Saavedra de la región de la Araucanía, territorio Lafquenche y es licenciado de Contabilidad y Finanzas de la Universidad de La Habana, Cuba. Relata su dirigencia estudiantil en la Universidad de La Frontera de Chile y explica que «Wallmapuwen (‘ciudadano del país mapuche’, de todos los que habitan en él) es un movimiento autonomista que está ubicado en el territorio del Wallmapu (‘país mapuche’) que se encuentra bajo la dominación del Estado de Chile desde alrededor de 1885 durante la llamada «Pacificación de la Araucanía». Ella no fue más que la ocupación y usurpación de un territorio que hasta ese momento pertenecía a la soberanía del pueblo Mapuche», y añade que «Wallmapuwen nació hace una década (2005) y tiene como misión hacer ejercicio del derecho a la autodeterminación y del derecho a la autonomía que nos asisten como pueblo. El objetivo es lograr la administración mapuche de su lugar en el mundo, con todas las características que el territorio tiene hoy. Su funcionalmente interno es simple, efectivo y democrático. Cuenta con una mesa directiva horizontal elegida en la Asamblea General de sus miembros, como así también se resuelven de esa manera sus políticas principales y públicas. La asamblea manda. Existen comités comunales descentralizados con plena capacidad decisional.»
-¿Ustedes arrancan de un análisis concreto de la situación real del territorio?
«En efecto. Por eso también nuestro movimiento da cuenta de que el territorio está ocupado no sólo por mapuche, sino además por otros pueblos, como el chileno. De tal manera, consideramos que los derechos colectivos de ambos pueblos deben estar en igualdad de condiciones.»
«Somos una fuerza anticapitalista»
-¿Cuál es la diferencia del instrumento Wallmapuwen respecto de otras iniciativas políticas existentes en el territorio mapuche en resistencia?
«No existe otro movimiento que participe en la elecciones y que se asiente en el territorio mapuche. Somos la única organización política que reclama desde el campo electoral un territorio autonómico de administración propia. Otra diferencia, es que nosotros reivindicamos un territorio para todos aquellos que lo habitan, tanto para mapuche como para chilenos. Para el resto de los partidos del sistema político, los mapuche sólo somos el factor indígena. Wallmapuwen es un instrumento que se aleja de los guetos políticos y que persigue que ambos pueblos, mapuche y chileno, que han vivido separados por la confrontación, puedan mirarse como habitantes de un mismo lugar y capaces de convivir respetuosamente.»
-¿Qué ocurre con las versiones políticas provenientes del solo nacionalismo que, por razones históricas devenidas de la opresión de un Estado en cualquier parte del planeta, se enarbola como fundamento exclusivo para la liberación?
«La identidad de nación existe, por cierto. Sin embargo, nuestra mirada de la nación es democrática. Nuestro horizonte de sentido es la profundización y radicalización de la democracia. No podemos ni queremos negar al otro. Por el contrario. No hablamos del no-mapuche, hablamos del chileno. No partimos desde la exclusión. En nuestro territorio hay mapuche y chilenos en todos los ámbitos de la vida, y compartimos la vida. Desde esa realidad insoslayable, nosotros expresamos el principio de la autonomía. Evidentemente hay conflictos con determinadas personas y sujetos chilenos, pero la inmensa mayoría de la población no tiene ese conflicto. Constatamos en nuestro quehacer real que existe un Wallmapu que ha cambiado.»
-Pero el acento está puesto en el pueblo Mapuche obviamente…
«Hemos sido objeto de racismo, criminalización y empobrecimiento por el Estado chileno. Somos los más castigados entre los castigados en nuestro propio territorio. Estamos sometidos económica, cultural, política y militarmente. Es en ese marco básico que reconocemos la cohabitación e inclusión de dos pueblos, pero bajo los mismos derechos. Y somos respetuosos de los derechos humanos y de los derechos ciudadanos de todos. Por ello no podemos elevar una propuesta que aplaste al chileno que vive con nosotros. Sería un contrasentido. Sobre todo, porque la mayoría de los chilenos que habita el territorio, sufre nuestros mismos problemas: pobreza, insalubridad y discriminación.»
-Es decir, ustedes sostienen una perspectiva analítica que revela las formas de dominación global y no sólo del pueblo Mapuche…
«No estamos ajenos al movimiento del capitalismo mundial y a sus efectos nefastos en Chile. No estamos ajenos a los golpes sistemáticos recibidos por el pueblo trabajador en general. El Wallmapu es víctima del capitalismo promotor de la miseria, la dispersión de nuestro pueblo y la muerte. Estamos contra el avasallamiento de la industria forestal y el conjunto de proyectos hidroeléctricos y termoeléctricos que sólo deterioran todavía más nuestras pésimas condiciones de vida de mapuche y chilenos. Somos parte de las relaciones sociales impuestas por la totalidad del capitalismo. Por eso también somos una fuerza anticapitalista.»
El combate cultural
-¿Cuál es el programa de Wallmapuwen?
«Transformar el paisaje del Wallmapu desde las bases. En la actualidad estamos empeñados en enfrentar las elecciones municipales de fines de 2016 como partido político legalizado, sin necesidad se armar alianzas que nos obliguen a bajar aspectos fundamentales de nuestro proyecto. La idea de ganar comunas tiene que ver con la promoción de derechos desde todos los espacios posibles. Ya hemos obtenido experiencias, por ejemplo, en la comuna de Galvarino de la Provincia de Cautín, 9ª región, que la consagramos como el primer municipio bilingüe del Wallmapu y de Chile (impartición formativa de la lengua mapudungun, ‘el hablar de la tierra’). Hemos realizado campañas con el fin de que el intendente declare a toda la región de la Araucanía como bilingüe. Lo anterior tiene como contexto general de nuestras luchas que el Estado chileno entienda de una vez que no somos un eslabón económico más de su estrategia y hegemonía. Es irrisorio que el núcleo central del Wallmapu sea uno de los territorios más empobrecidos de Chile y al mismo tiempo, allí esté enclavada la industria forestal, una de las formas de saqueo que más dividendos reporta al Producto Interno Bruto del país luego del extractivismo minero. Eso debe terminar.»
-¿Y políticamente?
«El Wallmapu debe convertirse en un territorio de decisión. A través de un proceso constituyente, luchamos para que la Constitución dé cuenta de un país que en la realidad es plurinacional y plurilingüístico. En nuestro instrumento político no tenemos recetas ni modelos, pero sí sabemos que el conjunto de la población del Wallmapu tiene que definir cuál será su Carta Fundamental que rija democrática y participativamente al territorio. Asimismo, estimamos que en el Wallmapu debe realizarse una reforma agraria general que nos retorne todos los territorios usurpados, tanto los arrebatados durante la invasión española, como la tierra de las comunidades campesinas que actualmente sufren una situación de marginación. Apuntamos hacia la soberanía alimentaria para que también los pequeños productores chilenos sean beneficiados.»
-¿Por qué institucionalizar la lucha autonómica política mediante la constitución de un partido legal?
«Porque a través de una herramienta política pretendemos potenciar las demandas sociales y autonómicas. El partido nunca puede ser un fin en sí mismo. Su objetivo está ligado a la colaboración con la liberación de las fuerzas sociales para las reivindicaciones planteadas, no para cooptarlas. El Wallmapuwen se plantea como un dinamizador más del movimiento popular territorial. De hecho, Wallmapuwen se pone al servicio del movimiento popular. De esa matriz salen las posibles alianzas con todos y todas quienes creen en un Wallmapu libre, autónomo y soberano. Así ha sido hasta ahora y así será en el futuro.»
-¿En qué logros concretos para el territorio ha colaborado sustantivamente Wallmapuwen?
«Hemos colaborado en las conquistas asociadas a la determinación de la comisión de descentralización presidencial de Chile de que el Wallmapu se transforme, como posibilidad, en un territorio autonómico distinto al resto del territorio chileno. Nosotros fuimos parte de esa discusión y de ese logro, incluso más allá de que se convierta en una realidad o no mañana. Asimismo, hemos sido parte de un movimiento amplio que busca la oficialización de la lengua mapuche, de la oficialización del mapudungun. Debemos destruir el apartheid y la exclusión de la cultura e identidad propias mediante la enseñanza y difusión de la lengua nuestra. Eso es lo que está ocurriendo en la comuna de Galvarino precisamente. Por otra parte, el 20 de febrero de 2015, en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, realizamos una marcha de dos mil personas para reivindicar al intendente regional la oficialización del mapudungun. Nuestro mensaje está dirigido al Ejecutivo para que prime su entendimiento.»
La solidaridad internacionalista
-¿Y el internacionalismo del Wallmapuwen?
«Siempre miramos y abrevamos de las luchas de otros pueblos del mundo que son referentes obligados de las resistencias autonómicas, como el País Vasco, Cataluña, Palestina, Kurdistán, el pueblo del Sahara Occidental. Sus derroteros nos inspiran porque sabemos que nosotros no estamos inventando la rueda. De esos pueblos hacemos nuestro lo mejor de sus resistencias. En particular en materia del combate por la oficialización de nuestra lengua, con el País Vasco siempre hemos tenido una cercanía fraterna y solidaria.»
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