Representantes de comunidades campesinas, indígenas, afrocolombianas, urbanas, barriales, juveniles, estudiantiles, de mujeres del campo y la ciudad, de trabajadores y obreros y en general de sectores populares del Valle del Cauca, Cauca, Risaralda y Nariño, en el que participaron intelectuales de Colombia, Chile, España, Francia y Estados Unidos, representantes de la Secretaría de Paz y […]
Representantes de comunidades campesinas, indígenas, afrocolombianas, urbanas, barriales, juveniles, estudiantiles, de mujeres del campo y la ciudad, de trabajadores y obreros y en general de sectores populares del Valle del Cauca, Cauca, Risaralda y Nariño, en el que participaron intelectuales de Colombia, Chile, España, Francia y Estados Unidos, representantes de la Secretaría de Paz y Convivencia Territorial de la Gobernación del Valle del Cauca, nos reunimos los días 5, 6 y 7 de agosto en las intrincadas y fértiles montañas de la vertiente occidental de la cordillera central, en el corregimiento Bolo Blanco, municipio de Pradera en el XII Encuentro de Sabores y Saberes Campesinos.
Por primera vez excombatientes de las FARC-EP participaron en un encuentro de sabores y saberes, fueron recibidos unánimemente con respeto, felicitaciones y alegría por el difícil pero importante paso que dieron de pactar un acuerdo de paz con el Estado Colombiano para dar fin a un cruento conflicto armado de 53 años de duración; por tanto, entendemos el XII Encuentro como un primer escenario de reconciliación hacia el logro de una Colombia amplia y pluralista respetuosa de la paz y de la vida.
Después de intercambiar sabores, saberes, semillas, palabras, ideas, sueños, alegrías, cantos, narrativas, experiencias de vida y lucha; después de deliberar colectivamente en el escenario de la constituyente campesina como el terreno fértil del poder popular, declaramos públicamente nuestro compromiso irrenunciable a continuar luchando por la implementación del Acuerdo final de Paz, suscrito entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.
La lucha por la paz es un campo de disputa reconocido por los participantes, por lo cual iniciamos la preparación hacia un proceso de movilización popular en defensa de lo pactado en La Habana y en respaldo a la mesa de diálogo de Quito – Ecuador con la insurgencia del ELN.
Nos pronunciamos en defensa de los territorios y el fortalecimiento de las organizaciones y la unidad campesina, agraria y popular; paz, organización, unidad y territorios se constituyen en garantía para edificar justicia social que permitirá la realización integral de las históricas aspiraciones del campesinado y de los sectores populares.
Los mandatos aprobados y declarados colectivamente en el ejercicio asambleario de todas las delegaciones, consensuaron en la urgencia de alcanzar la unidad entre los pueblos agrarios y urbanos y dirimir de la mejor manera los conflictos territoriales como expresión de la diversidad cultural, de soberanía popular y como mecanismo para frenar el asedio de las pretensiones extractivistas del capital transnacional.
Los mandatos señalaron la importancia de avanzar decididamente en la democracia directa y la participación efectiva y vinculante en la gestión pública municipal y territorial, espacio donde las decisiones de la comunidad se incorporen decididamente a las políticas públicas; de participar activamente en el proceso electoral de 2018 para presidencia y congreso con la bandera de la implementación del acuerdo, la lucha contra la corrupción, el fortalecimiento, ampliación y profundización de la democracia, por el empleo digno, por salud, educación e inversión para las comunidades, como también por la concreción del pacto político departamental y nacional que saque de una vez y para siempre las armas de la política.
Las mujeres manifestaron su papel fundamental en la edificación de la vida campesina y su concurso libertario de hilar creativamente los lazos territoriales. El fortalecimiento de la economía campesina y la construcción de relaciones reciprocas entre el campo y la ciudad se constituyeron en el centro de las tareas a emprender a mediano y largo plazo.
La asamblea formalizó y le confirió legitimidad y autoridad a la «Guardia Campesina» del Valle del Cauca que, siendo parte de las Juntas de Acción Comunal del municipio, apoyarán labores preventivas y de defensa de las comunidades, junto a otras organizaciones apoyarán la defensa y protección de los derechos humanos, serán mecanismo aportante en la resolución de conflictos en los territorios por la vía de la conciliación y el dialogo útil.
El mandato exhorta a todo el campesinado a considerar las Zonas de Reserva Campesina, como una figura territorial legitima que permite la realización integral de la vida campesina. El agua fue declarada bien común de las comunidades y se le dijo no a la minería, no a la corrupción y se rechazó la ley Zidres.
Con entusiasmo e imaginación los asistentes reivindicaron el ejercicio constituyente como la manera más efectiva y oportuna para que los pueblos, en sus diferentes formas de organización social y política, de manera autónoma planteen el rumbo de sus vidas; donde el poder constituyente trace el camino de la nueva patria a partir de sus experiencias, de sus saberes ancestrales, de sus diferentes cosmovisiones y plasme la ley de los y las comunes, de los verdaderos hacedores de riqueza y trabajo, de los que con su músculo han forjado la senda de un mundo nuevo. Se promulgó un amplio mandato que permita sellar la justicia social entre los pueblos y edificar la paz.
Las canciones del VI Festival de Música Campesina, convocaron a la unidad, al arraigo al territorio, a la lucha, a la organización, a la paz, a la reconciliación, pero sobre todo a un mayor compromiso estatal en torno al cumplimiento de lo acordado en La Habana.
La alegría de la niñez y la juventud, la sonrisa a flor de piel de las mujeres y hombres participantes, expresados en la lúdica, en el juego, en la música, en los alimentos compartidos, en los saberes intercambiados, en el afán de construir desde la palabra un mundo mejor, son la principal muestra de la felicidad, un joven pero vigoroso árbol de raíces profundas que año tras año crece, entre otras cosas, a través del Encuentro de Sabores y Saberes Campesinos.
¡Por la felicidad de la nación, a luchar por la implementación!
Corregimiento Bolo Blanco, municipio de Pradera, Valle del Cauca.