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Marta Matamala, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago

«Ya está claro hasta dónde quiere llegar este gobierno»

Fuentes: Punto Final

Según la nueva presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (Feusach), Marta Matamala, el primer año ha sido clarificador de las verdaderas intenciones del gobierno. Todas las reformas planteadas dan luces de que no tiene interés en construir un proyecto junto con los actores sociales. La dirigente estudiantil dice que 2014 […]

Según la nueva presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (Feusach), Marta Matamala, el primer año ha sido clarificador de las verdaderas intenciones del gobierno. Todas las reformas planteadas dan luces de que no tiene interés en construir un proyecto junto con los actores sociales. La dirigente estudiantil dice que 2014 fue un año útil, porque permitió saber que ni la Nueva Mayoría ni la Alianza por Chile recogen las demandas de la ciudadanía. Matamala invita a las fuerzas políticas que están fuera del bloque en el poder a unirse tras un programa de transformaciones profundas.

Marta Matamala Mejía (24) egresó de pedagogía en historia y está elaborando su tesis. Vive en la comuna de Pudahuel. Sus padres llegaron desde el sur y mantienen lazos con su familia extendida en el Bío Bío y Maule. Su afinidad con el estudio de la historia surgió en el Liceo 1 de Niñas de Santiago, y se relaciona con su vocación humanista. Quiere impartir clases a niñas y niños. También le interesa la investigación. «Cuando una viene de una familia política, es más fácil vincularse. En mi entorno familiar sólo se dan conversaciones sobre temas como el mal estado del Transantiago. Pero no se buscan los por qué, quién es responsable ni cómo arreglarlo».

Matamala milita en el Colectivo Somos Usach, al que pertenecía también su antecesor, Takuri Tapia. Este grupo político intenta ahora proyectarse más allá del espacio universitario.

¿Por qué es importante la historia?

«Así como los niños no deben responder mecánicamente un ejercicio matemático, tampoco deben leer un texto sin comprenderlo. Todo conocimiento debe cumplir un objetivo y la historia es la asignatura más política en el currículo escolar. Desde esa perspectiva, es indispensable que entendamos lo que pasó, no solo desde una visión oficial, sino desde una perspectiva crítica. En mi práctica descubrí que hoy la asignatura de historia es funcional a las necesidades de la PSU y no deja margen para reflexionar sobre el significado de los hechos históricos y sus consecuencias».

 

LECCIONES DE LA HISTORIA

¿Cómo se vinculó a la política universitaria?

«En 2010 los comuneros mapuches estuvieron en huelga de hambre por casi noventa días. En ese contexto fui vocera de mi carrera y después de la Facultad de Humanidades.

Vivimos en una sociedad en que el modelo educativo sirve para generar trabajadores irreflexivos para un mercado laboral orientado a satisfacer intereses privados. Estas lógicas sociales se reproducen también en la universidad, donde el estudio es visto como un producto de mercado.

Algunos nos damos cuenta que tenemos que superar el sistema de dominación existente. No solo hablo de la explotación capitalista, sino también de la opresión patriarcal, de la depredación del entorno natural y de formas de vida poco saludables. Es una propuesta todavía en construcción. Estamos comenzando a pensar en otras relaciones sociales, incluyendo las productivas, que no sean como las conocidas hasta ahora. Si bien muchos de nosotros nos sentimos cercanos al marxismo, tenemos críticas de fondo a su materialización a través de los llamados ‘socialismos reales’.

Junto a otros compañeros nos dimos cuenta de que nuestras profesiones tienen que estar al servicio de las comunidades, para pensar en conjunto los problemas. Ha sido un proceso de maduración política que nos lleva a pensar cómo insertarnos en el mundo del trabajo en un plazo más largo, porque nuestra actividad política debe continuar cuando salgamos de la universidad».

¿Siente su condición de mujer como una traba para participar en política?

«Si dos hombres conversan de política es aceptado, pero si una mujer discute de política con un hombre, se interpreta como un coqueteo. Esa visión considera a las mujeres solo desde su sexualidad. Esos prejuicios existen porque la mayor parte de las personas que participan en política son hombres, que se limitan a resolver el problema con una ley de cuotas.

La mujer es víctima de un conjunto de prejuicios y relaciones de dominación que la marginan de la participación en la sociedad. Les sucede lo mismo a quienes actúan en política desde la diversidad o la disidencia sexual. Creo que estos temas deben ser asumidos prontamente por la Izquierda si queremos abordar integralmente la exclusión. Pero hay más problemas».

¿Cómo cuáles?

«Las dos coaliciones que predominan en la política no tienen intención de resolver la crisis medioambiental. Es urgente dar un giro en los procesos industriales hacia una producción limpia, incorporando nuevas tecnologías y energías no contaminantes, que tengan como objetivo proveer a la sociedad de lo que necesita realmente para su bienestar. Claramente el planeta no da para producir y consumir en la forma en que lo estamos haciendo con este modo de producción depredador.

En los países atrasados debemos pensar en una industrialización basada más en las necesidades que en el consumo y nuestra prioridad debe estar puesta en pensar en cómo producir lo que necesitamos sin arrasar con el entorno natural».

 

BALANCE DEL GOBIERNO

¿Cuál es su balance del primer año de gobierno?

«Ha sido clarificador de la voluntad política del gobierno y de su orientación. Todas las reformas que ha planteado dan luces de lo que efectivamente quiere hacer, hasta dónde quiere avanzar y con quiénes desea trabajar.

En 2014 los dejamos hacer, vimos su disposición, calibramos cuánto pesan la DC y el PC dentro de la Nueva Mayoría, observamos cómo se reagrupa la derecha. En nuestro balance, podemos decir que los dos bloques hegemónicos no nos representan. El gobierno solo ha tomado los titulares de las demandas que los estudiantes hemos enarbolado en estos años, sin asumir el espíritu ni el alcance de lo que estamos pidiendo.

La presidenta Bachelet no ha reorientado las políticas públicas ni está generando cambios sustanciales en educación, vivienda, salud o en otras materias que son importantes para quienes habitamos el territorio».

¿Cuáles son las mayores debilidades que percibe?

«Hablan de tener al movimiento social trabajando con ellos, pero en la práctica se privilegia la relación con el empresariado, asegurándole que las reformas no tocarán sus intereses. Existe una ambigüedad premeditada, con el ánimo de confundir al movimiento social mientras se llega a acuerdos con los sectores poderosos de la sociedad. Ellos están amarrados con quienes les pagan las campañas electorales y por lazos familiares. La NM quizá no tenga los apellidos aristocráticos de la UDI o RN, pero la relación con personajes como Luksic es estrecha.

Dentro de la Nueva Mayoría, la DC representa a un sector de clase acomodada y está lejos de los intereses de los pobres. El PC se ha venido alejando también de su línea anterior, en el ánimo de no tensionar a la coalición. Alude permanentemente al cumplimiento del programa, pero se le ve cediendo en posiciones que hasta hace dos años eran fundamentales para ellos. Cuando la orientación del gobierno es no penalizar el lucro, no se está cumpliendo el programa. La NM actúa como la vieja Concertación».

 

NUEVA MAYORIA Y

ALIANZA DERECHISTA

¿Cuáles son entonces las diferencias entre NM y la Alianza?

«La Nueva Mayoría tiene una mayor vinculación con el movimiento social, con capacidad de cooptarlo en algunos momentos. Pero no difiere mayormente de la derecha en la manera como ha llevado la política educacional o internacional.

Miramos con lejanía a Latinoamérica, sin entender que nuestros vecinos debieran ser nuestros aliados para un desarrollo económico, político, social y cultural integrado. Bolivia y Ecuador están años luz más avanzados que nosotros en la defensa del medioambiente. Argentina tiene una legislación del trabajo mucho más justa que la nuestra. Bachelet siguió el mismo camino que Piñera en el diferendo con Perú en la Corte de La Haya. También me pregunto, ¿qué pierde la población si se propone una salida al mar para Bolivia? La gente no percibe diferencia y por eso más del 60% de la población electoral no vota.

2014 ha sido un año de expectativas para ver si se hacían realidad las promesas de campaña. También hay un desgaste del movimiento estudiantil. Sin embargo ha sido para nosotros un periodo de intensa construcción hacia adentro. No convocamos tanta gente en la calle pero continuamos marchando 50 mil personas y seguimos siendo agentes de cambio. Sabíamos que se iba a restar gente, porque una parte de los que participaron del movimiento estudiantil del 2011 está ahora en el gobierno y mucha gente depositó su confianza en la presidenta.

Encuestas y otras señales revelan una creciente disconformidad con el gobierno. Se expresa en críticas al ministro Nicolás Eyzaguirre y a la manera como se ha planeado la reforma educacional. Sentimos que la paciencia se agota, porque las personas no ven reflejada la solución de sus problemas en los cambios planteados. Aumenta el desempleo y el pan sigue subiendo de precio. El año 2015 puede ser el momento en que la paciencia se agote».

¿Cómo visualiza 2015?

«2014 fue un año de preparación y aprendizaje. Ahora están claros los alcances de las reformas. Eso nos permite avanzar en la materialización de nuestras propuestas. Este año estaremos mejor preparados, más unidos.

También vemos cómo los trabajadores se organizan y comienzan a ser un actor importante para ampliar el horizonte de los movimientos sociales. Proyectamos un 2015 con movilizaciones, que irán más allá de gente en la calle. Será un año de propuestas. Es significativo que una cadena transnacional de supermercados, como Walmart (Líder), tuviera que cerrar sus establecimientos por una huelga de los trabajadores, que no estaban dispuestos a seguirle cuidando el negocio. Es un cambio en la conciencia sindical.

Nuevas generaciones comienzan a participar en el mundo laboral. Existen centros de estudios, académicos e intelectuales que nos permiten tener propuestas. También contamos con una población más educada, que comienza a comprender que si algo no funciona, hay que organizarse para hacerlo funcionar».

 

UNA ALTERNATIVA POPULAR

¿Porqué no han fructificado intentos del movimiento estudiantil para vincularse con el conjunto de la sociedad?

«Para movilizarse, hay que comprender por qué se hace. La demanda de educación gratuita, que fue la más importante en 2011, tuvo sentido para la gente, porque no existe capacidad económica en una familia de cinco personas para pagar la educación de dos de sus integrantes. Desde esa posición se generó la empatía con el movimiento estudiantil.

En los años siguientes fuimos perdiendo esa perspectiva. Nuestras demandas fueron cada vez más politizadas y alejadas de las familias. Este año los proyectos en discusión tendrán mayores consecuencias prácticas para la población. Debatiremos sobre carrera docente y desmunicipalización. Estos temas no los abordaremos desde el discurso de que a los profesores no se les paga la deuda histórica, sino desde la calidad de la enseñanza. Nuestra principal tarea es hacer comprensibles los problemas de la reforma a las personas afectadas por ella. Solo me voy a sentir tranquila cuando llegue a mi casa y mi mamá me diga, ‘hija entendí lo que dijiste en la tele y estoy de acuerdo contigo'».

¿El gobierno ha cometido errores comunicacionales?

«El ministro Eyzaguirre formula un planteamiento y al día siguiente su colega Elizalde dice lo contrario y al subsiguiente, Eyzaguirre apoya a Elizalde. Los errores comunicacionales del gobierno son el resultado de la falta de sintonía política entre los partidos de la Nueva Mayoría. El programa de gobierno tiene líneas tan gruesas que cada partido las interpreta de distinta manera. Pónganse de acuerdo primero y después nos comentan lo que van a hacer. El error comunicacional es fruto de problemas políticos. Hasta el día de hoy están pactando entre ellos lo que harán y todavía no saben cómo votará la DC. Se intenta pegar con chicle una coalición que está desarmada».

¿Puede existir una alternativa?

«La solución se establece a través de un proyecto político común de quienes pensamos distinto, dejando en segundo plano diferencias tácticas que se refieren, por ejemplo, a si adoptamos o no ahora un camino electoral. Lo que sucede finalmente es que se pone el mecanismo por sobre el objetivo político. Debemos sentarnos a debatir sobre un proyecto, sobre cómo generar una sociedad más inclusiva. Una vez que se aclare el objetivo, recién podremos definir la estrategia más adecuada para lograrlo.

Dependemos mucho de la maduración de las organizaciones políticas en la lucha común. Cuando nos encontramos en la calle una y otra vez las mismas personas u organizaciones, esa es la mejor indicación de que estamos tras los mismos propósitos. Los problemas no dan para cien años más de pleitos entre nosotros».

 

 

 

Publicado en «Punto Final», edición Nº 821, 9 de enero, 2015

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