La invasión del imperio, apuntalada por los mal llamados medios de comunicación, cuyos mensajes han permitido que importantes sectores de la población justifiquen las acciones criminales y operaciones bélicas en contra de pueblos enteros, es una evidente manifestación de la injerencia en América Latina. Sin embargo, no es la única. El imperio y su aliado, […]
La invasión del imperio, apuntalada por los mal llamados medios de comunicación, cuyos mensajes han permitido que importantes sectores de la población justifiquen las acciones criminales y operaciones bélicas en contra de pueblos enteros, es una evidente manifestación de la injerencia en América Latina. Sin embargo, no es la única. El imperio y su aliado, socio, brazo armado o igual, Israel, ha incursionado en nuestros territorios sistemáticamente utilizando las armas. Para ello ha penetrado en los cuerpos de seguridad, los ejércitos y además organizado a los grupos paramilitares.
Hemos venido denunciando reiteradamente que el imperio quiere instalar en el hemisferio un Israel, convertir a gran parte del territorio colombiano en la Palestina de América.
Una prueba adicional a todas las que hemos recibido a lo largo de los últimos 60 años, es la violación a la soberanía de Ecuador por parte del Ejército colombiano.
Coincide esta incursión -para masacrar a un grupo de guerrilleros de las FARC- con la reciente visita del ministro de la Defensa colombiano, Juan Manuel Santos a Israel, donde se reunió con todo el alto mando militar de esa fuerza de ocupación en tierra Palestina; con el primer ministro Ehud Olmert, el ministro de la defensa, Ehud Barak y con el propio presidente, Simón Peres. Visita que sirvió para realizar una manifestación en Israel en contra de las FARC. ¡Vaya qué casualidad!
En dicha visita, Santos se reunió en privado con el gobierno israelí. Convino con los altos funcionarios «asuntos de importancia para la defensa de su país». Es decir, Israel, el asesor por excelencia de los grupos de exterminio, aconseja en materia de seguridad al gobierno colombiano. Le asesoró seguramente para que invadiera Ecuador y asesinara cobardemente al Comandante Raúl Reyes y a otros 16 guerrilleros de las FARC.
Las Farc, como los grupos de resistencia palestinos, han sido calificadas por el imperio y sus aliados como «terroristas». Y la supuesta guerra contra el terrorismo que encabeza Estados Unidos e Israel les permite cometer todos los crímenes que quieran con la complicidad y el silencio de la comunidad internacional.
Otra coincidencia en los métodos es la política de aniquilación selectiva de líderes políticos o luchadores sociales, aplicada por los gobiernos colombianos que ha sido práctica cotidiana de Israel desde hace 60 años en Palestina.
Sí fue una agresión a Venezuela
Israel y Estados Unidos pretenden generar la división entre los pueblos de la región y violentar cada vez que quieren la soberanía de dichos pueblos. La medida del presidente Hugo Chávez de movilizar 10 batallones de tanques a la frontera con Colombia; el despliegue de la aviación y el cierre de la embajada en Colombia es una decisión acertada y coherente con la situación de riesgo actual a raíz de la incursión militar en Ecuador.
Colombia no actuó sola. ¡Por supuesto! Estados Unidos le tomó de la mano; le acompañó y le ayudó a hacer la tarea. Las gestiones para el Acuerdo Humanitario permitieron el monitoreo con satélite de llamadas para ubicar el campamento provisional de la guerrilla, lo cual evidencia con claridad que ni a Colombia ni a Estados Unidos, ni a Israel conviene la paz en el vecino país. Lo demostraron además poniendo en riesgo la vida de las personas aún en manos de las FARC.
Ahora el estratagema de Colombia, obedeciendo líneas de Estados Unidos, quien por cierto cometió el error de dejar sobrevivientes de la masacre de Putumayo, es desprestigiar el gobierno de Hugo Chávez y comprometer el gobierno de Rafael Correa, creando relaciones ficticias con las FARC.
Nos extraña mucho por ejemplo que la computadora en la cual localizaron supuestos archivos que comprueban relaciones de las FARC con el gobierno ecuatoriano se haya salvado del bombardeo. ¡Que casualidad!
Estados Unidos e Israel pretenden generar un conflicto en la región y aplicar el llamado «Plan Balboa». El imperio quiere darle carácter regional al conflicto porque ello le permite seguir su carrera armamentista, mantener una zona en permanente conflicto para maniobrar e irse progresivamente apropiando de los recursos de nuestros países. Después del petróleo y el gas, el imperio viene por el gran reservorio de agua del Amazonia.
* Periodista y coordinadora del Foro Itinerante de Participación Popular