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Yak-42: Y querían ganar una guerra

Fuentes: Rebelión

Los análisis de ADN han demostrado que 22 de los 39 cuerpos de los fallecidos en el accidente del Yak-42 que se sometieron a las pruebas no estaban adecuadamente identificados. El Instituto de Toxicología de Estambul ha confirmado que los cuerpos, enteros o a trozos, se metieron en cajas al azar, se sortearon los nombres […]

Los análisis de ADN han demostrado que 22 de los 39 cuerpos de los fallecidos en el accidente del Yak-42 que se sometieron a las pruebas no estaban adecuadamente identificados. El Instituto de Toxicología de Estambul ha confirmado que los cuerpos, enteros o a trozos, se metieron en cajas al azar, se sortearon los nombres y en algunos féretros hay hasta restos de más de un cadáver, incluidos los de alguna azafata ucraniana. Mientras se hacía esto, una cúpula militar y altos cargos de Defensa, ministro incluido, juraban y firmaban documentos oficiales acreditando identidades que eran falsas. Los responsables de ese desaguisado son los mismos que hace unos meses querían ganar una guerra en Iraq para gloria de España.

Ahora sabemos que no supieron organizar la identificación y repatriación de unos soldados fallecidos en tierra turca. O no quisieron, en cuyo caso en lugar de unos incompetentes son unos sinvergüenzas y unos delincuentes. Lo que quizás explique que se sintieran a gusto en esa guerra.

Y es que hace ya mucho que las cúpulas militares de nuestro país sólo ganan las batallas y las guerras contra nuestro propio pueblo o contra la soldadesca que paga en carne sus negligencias y rancios «valores».

El gobierno considerará a los fallecidos como víctimas del terrorismo y así podrá indemnizar a los herederos con 140.000 euros. Y es que esto del terrorismo da mucho juego, sirve desde para invadir países a indemnizar a las víctimas de un accidente de avión.

Por su parte, el nuevo ministro José Bono, cuya afortunada decisión de atender a los familiares ha podido ayudar a conocer la verdad, en lugar de empezar a definir las responsabilidades de los diferentes cargos militares sobre lo sucedido decide relevar a la cúpula militar sin «establecer ninguna relación directa ente el accidente y el relevo» para aliviar la tensión y preservar a las Fuerzas Armadas. ¿Preservar a las Fuerzas Armadas de qué? ¿de sus responsabilidades? ¿del escándalo de haber despreciado la vida y la memoria de sus hombres?

Publican los periódicos las fotos y biografía de los altos cargos militares recién nombrados. Pero quiénes son noticia y lo que queremos saber con detalle los españoles es la de quienes mintieron y engañaron.

Cuando un médico comete una imprudencia sanitaria se le condena judicialmente y si a un arquitecto se le hunde un edificio también se le sanciona. Pero si es un militar quien firma veintidós certificados de identificación de cadáveres falsos se le manda a casa discretamente con el sueldo para aliviar la tensión y preservar a las Fuerzas Armadas. Preservarlas del cumplimiento de la ley, diría yo.

Los familiares de las víctimas también han pedido que quien fuera ministro de Defensa, Federico Trillo, entregue su actual acta de diputado. La posibilidad de que un cargo electo pierda su nombramiento antes del final de la legislatura ante la petición clamorosa de los electores no existe en la democracia española. Eso se llama revocación ciudadana del mandato y sólo existe en dos países: Cuba y Venezuela. Al primero nuestros gobernantes no cesan de exigirle que transite hacia nuestra democracia. Y en el segundo, al actual presidente que instauró esa figura lo acusan de dictador y déspota.

Cuántas vergüenzas se descubren con las tragedias.
www.pascualserrano.net