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Una senda hacia la Soberanía Alimentaria en Andalucía

10 planteamientos de cultura alimentaria para el buen gobierno

Fuentes: La Carta Malacitana

Una nueva cultura alimentaria preñada de valores éticos, sociales y ambientales se abre paso en todo el mundo, entre las crisis sistémicas que ahora nos angustian, al incierto pero esperanzador siglo XXI. Los últimos años han sido testigos de un sereno y creciente proceso de reconocimiento de la trascendencia cultural de las manifestaciones alimentarias singulares […]

Una nueva cultura alimentaria preñada de valores éticos, sociales y ambientales se abre paso en todo el mundo, entre las crisis sistémicas que ahora nos angustian, al incierto pero esperanzador siglo XXI.

Los últimos años han sido testigos de un sereno y creciente proceso de reconocimiento de la trascendencia cultural de las manifestaciones alimentarias singulares de los pueblos del mundo. Desde la UNESCO a pequeñas y grandes localidades de Andalucía, pasando por  la Comisión Europea, las Cortes Españolas, la Junta General del Principado de Asturias o la Diputación de Málaga, en todos los niveles de representación política, académica y cultural, se han producido declaraciones institucionales reconociendo el indiscutible valor patrimonial de sus culturas alimentarias y la necesidad de su salvaguardia y promoción.

Por su parte en Andalucía, con epicentro en Málaga, se está consolidando un singular movimiento ciudadano de reivindicación del valor patrimonial, socioeconómico y ambiental, de la cultura alimentaria de Andalucía y de Málaga en particular. Liderado por la asociación La Carta Malacitana, tal movimiento ha conseguido establecer objetivos comunes a las principales instituciones y fuerzas políticas del ámbito provincial alrededor de la defensa y promoción del patrimonio alimentario común, como atestiguan  las Declaraciones Institucionales efectuadas recientemente por la Diputación Provincial de Málaga; los ayuntamientos de Málaga, Vélez-Málaga, Casabermeja y Almáchar; y también la Universidad y el Ateneo de Málaga, en relación a la defensa y promoción de la cultura alimentaria propia como parte esencial del patrimonio cultural de Málaga.

El proceso de politización e institucionalización de «lo alimentario» como cuestión básica pero fundamental para la sociedad malagueña y andaluza, pretende apostar, desde hoy, con una mirada estratégica,  hacia un futuro socialmente ambicioso para  Andalucía y evidenciar la necesidad de un mayor protagonismo de la ciudadanía en la defensa de sus intereses alimentarios y también de un liderazgo más firme, ejemplar y comprometido de los poderes públicos andaluces con este fundamental objetivo.

Con ese fin, La Carta Malacitana, ha hecho público un «Decálogo sobre la cultura alimentaria de Andalucía» cuya intención última es movilizar a la ciudadanía y a los poderes públicos en la defensa y difusión de la cultura alimentaria de Andalucía, entendida ésta como un patrimonio común y un recurso que contribuirá al aumento del bienestar, mejorará los niveles de empleo local y de riqueza material y cultural. 

Reproduzco un breve resumen de los 10 planteamientos programáticos de la carta malacitana sobre la cultura alimentaria de Andalucía, cuyo contenido integro es accesible en la web de la Asociación La Carta Malacitana:
 
1. Nuestra ancestral gastronomía mediterránea, parte esencial del patrimonio cultural andaluz.

Andalucía debe proclamar su ancestral gastronomía mediterránea parte esencial del patrimonio cultural de la Comunidad. Así se garantizará su preservación y difusión corresponsable por los poderes públicos y la ciudadanía andaluza.

2. Ejercicio del principio de ejemplaridad pública en los asuntos alimentarios y gastronómicos.

Los poderes públicos y las instituciones andaluzas deberán cumplir rigurosamente con el principio de ejemplaridad pública en el ejercicio de sus actividades de carácter gastronómico. Debe ser imperativo  el uso de los productos y las fórmulas culinarias locales en los actos protocolarios relacionados con la hospitalidad institucional

3. El  principio de corresponsabilidad, la cultura alimentaria y la ciudadanía andaluza.

En cumplimiento del principio de corresponsabilidad, la ciudadanía andaluza deberá velar por la salvaguarda de su patrimonio cultural alimentario, como queda recogido en el Estatuto de Andalucía.

4. La cultura alimentaria mediterránea de Andalucía en el sistema educativo.

La forma más segura y eficaz de garantizar la preservación y la transmisión de nuestro patrimonio gastronómico a las futuras generaciones es la incorporación de la cultura alimentaria mediterránea de Andalucía a todos los niveles del sistema educativo para proporcionar al alumnado formación sensorial, alimentaria y culinaria básicas y fundamentales.

5. Salud pública y cultura alimentaria en Andalucía.

La salud pública de los andaluces, en su dimensión sociocultural, mejorará ostensiblemente en la medida en que se integre a la ciudadanía en la defensa y promoción de los principios alimentarios y modos de vida de la Dieta Mediterránea.

6. Apoyo decidido a las producciones locales, ecológicas y artesanas.

El desarrollo de las producciones locales, ecológicas y artesanales, junto a la internacionalización del sector agroalimentario andaluz, debe ser un objetivo estratégico prioritario de las políticas económicas de Andalucía

7. Cultura alimentaria y sostenibilidad global y local.

La cultura alimentaria andaluza del siglo XXI debe levantarse sobre los valores de la sostenibilidad ambiental, económica y social; de la mediterraneidad, la protección de la salud pública y la diversidad alimentaria.

8. Aplicación rigurosa de los principios de precaución y transparencia en la biotecnología y la nanotecnología alimentaria

Los poderes públicos velarán por la aplicación rigurosa de los principios de precaución y transparencia en los avances de la biotecnología y la nanotecnología alimentarias para garantizar el desarrollo en Andalucía de modos de producir y distribuir alimentos ejemplarmente verdes y limpios.

9. Amparo y protección de productores y consumidores ante los abusos especulativos en el mercado alimentario.

Los poderes públicos establecerán un marco regulatorio adecuado para encauzar relaciones justas entre los agentes de la cadena alimentaria. Las leyes andaluzas deben amparar y proteger a los pequeños productores y a los consumidores de los abusos especulativos presentes en el sistema alimentario.

10. Consenso y coordinación de las políticas alimentarias en Andalucía

El desarrollo de los principios recogidos en este decálogo sólo será posible fraguando un gran pacto por la defensa de la cultura alimentaria andaluza. Será necesaria la puesta en marcha de un ente específico, vertebrado en toda la geografía regional, que materialice los valores de consenso y coordinación política y garantice la diversidad de nuestra ancestral cultura gastronómica mediterránea.

Estoy convencido que la aplicación de estos planteamientos  propiciará el desarrollo de modos de vida y alimentación más sanos, más justos y más sostenibles que los actuales e iniciará, que debe ser irreversible, hacia la soberanía alimentaria en la tierras de Andalucía.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.