«Orgullosos de ser españoles». Fue el lema escogido para el desfile militar del Día de la Hispanidad, que se celebra anualmente el 12 de octubre. A las 11,00 horas el rey Felipe VI de Borbón llegó en un automóvil modelo Rolls Royce al Paseo de la Castellana en Madrid, donde fue recibido por el presidente […]
«Orgullosos de ser españoles». Fue el lema escogido para el desfile militar del Día de la Hispanidad, que se celebra anualmente el 12 de octubre. A las 11,00 horas el rey Felipe VI de Borbón llegó en un automóvil modelo Rolls Royce al Paseo de la Castellana en Madrid, donde fue recibido por el presidente del ejecutivo, Mariano Rajoy. En el acto castrense participaron 4.000 efectivos militares, guardias civiles y, tras tres décadas de ausencia, la Policía Nacional a través de su Unidad Motorizada (asimismo hubo un lugar para la Legión, los paracaidistas y los Tercios de Flandes). Todos ellos fueron vitoreados por la concurrencia. Respecto a la situación en Cataluña y la posición de las Fuerzas Armadas españolas, la titular de Defensa María Dolores de Cospedal afirmó: «Tengo la casi completa seguridad de que no va a ser necesaria su intervención, pero tienen la obligación de estar preparadas para defender a su país, sea dentro o fuera de las fronteras». La información más difundida fue el accidente de uno de los ocho aviones Eurofighter que participó en el desfile, ocurrido en la Base Aérea de Los Llanos, en Albacete. El siniestro terminó con la vida del piloto.
Tampoco faltó en el día de la «Fiesta Nacional» la recepción en el Palacio Real, que cumplía este año su trigésimo aniversario. Participaron, según avanzó la Agencia Efe, cerca de 1.500 invitados, y en el encuentro se organizaron los habituales «corrillos» de políticos, empresarios y diferentes cargos públicos. En la jornada se observaron actos de efervescencia nacionalista, como el despliegue -por parte del constructor César Cort- de una gigantesca bandera española (17 metros de ancho por 43 metros de largo) sobre un edificio en construcción del barrio madrileño de Valdebebas. El Ministerio de Defensa no olvidó la mercadotecnia y el «estrechamiento» de lazos con la ciudadanía. El fin de semana del 14 y 15 de octubre los vecinos de Valencia podrán visitar en el puerto de la ciudad el buque anfibio portaeronaves «Juan Carlos I» -el mayor barco de guerra construido en España- que actualmente participa en el ejercicio de entrenamiento de la OTAN denominado «Brilliant Mariner-17».
Pero no toda la sociedad comparte la perspectiva oficial. Por sexto año consecutivo se organizó en Madrid la iniciativa «Descolonicémonos. 12 de octubre Nada que celebrar; Encuentro entre Pueblos y Culturas», promovida por la Asamblea Plaza de los Pueblos 15-M y la asamblea preparatoria de las actividades, a la que se han sumado más de 60 colectivos sociales, plataformas y partidos de izquierda. Entre los adheridos figuran Paraguay Resiste, en Madrid y Barcelona; la Coordinación de Apoyo al Pueblo Mapuche, Fraternidad Cultural Bolivia-España, la Comunidad Hondureña en Madrid, la Red Mujeres Latinoamericanas y del Caribe; América Latina Soberana, Tierra y Libertad Perú (Comité Madrid) y Sudakas Nómadas. La convocatoria del ArtEvento del 12 de octubre en Madrid incluía una marcha intercultural y pasacalles, con grupos danzantes, batucada y artistas reivindicativos; y por la tarde en el Centro Cultural Matadero, conciertos, presentaciones musicales y poéticas.
Para el ArtEvento «Nada que celebrar» el 12 de octubre no representa la festividad nacional de España, sino «el inicio de un proceso de violenta imposición cultural, política y militar, que incluye el exterminio de millones de personas en nombre de la civilización y la religión católica». Por ello plantean cambiar el significado de esta fecha, de manera que reivindique a los pueblos originarios y la Madre Tierra (Abya Ayala, Pachamama, Ñuke Mapu, Tabiaa…). Además, recuerdan, «demasiadas personas han resultado asesinadas por la instigación de las multinacionales». Los activistas también exigen la derogación de la Ley 18/1987, aprobada durante el mandato de Felipe González, que establece el día de la «Fiesta Nacional» de España; según el texto legal, el 12 de octubre simboliza el inicio de «un periodo de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos».
En Barcelona la Plataforma Antifeixista ha convocado diferentes actos entre el 10 y el 21 de octubre con la consigna «12-O Res a celebrar; la vostra repressió no ens farà retrocedir. Totes som antifeixistes». Además de la manifestación convocada ayer a las 11,00 horas en la Plaça de Joan Peiró, están previstos documentales, conciertos, torneos de fútbol y ping-pong «contra el fascismo» (en Can Batlló), comidas populares y charlas antirrepresivas (en Can Vies). Por otro lado, el Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión hizo un llamamiento para reivindicar «que las fuerzas de ocupación se vayan de Euskal Herria». Frente a los festejos del Día de la Hispanidad, recuerdan «el exterminio iniciado en América, en 1492, en nombre de la Corona española». Asimismo el Movimiento Pro Amnistía impugna la ley de octubre de 1987; la legislación celebra un periodo en el que España «está a punto de concluir un proceso de construcción del estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía»; los activistas consideran que esta caracterización legal remite en puridad a «los asesinatos, las torturas, las violaciones, los saqueos y la limpieza étnica y cultural».
No sólo protestaron los movimientos populares. El Periódico de Cataluña informó de que más de un centenar de consistorios catalanes abrieron sus puertas el Día de la Hispanidad. Entre otros, los de ciudades como Badalona, Girona, Manresa y Berga. La mayoría de los consistorios están regidos por el PDeCAT (antigua CIU), ERC y la CUP. A la decisión de funcionar igual que en cualquier jornada laborable se han sumado los comercios de diferentes municipios; por ejemplo, Vic, Manlleu y otros de las comarcas de Girona. La información de El Periódico señala que éste es el modo de visibilizar la protesta por la posición del Estado español frente al referéndum de autodeterminación y ante las cargas del 1-O, que se saldaron con 900 heridos.
Además, hubo otras informaciones que tampoco se propagaron el día de la «Fiesta Nacional». Es el caso de diferentes informes críticos, como «La burbuja de las armas y la industria militar en España. Los Programas Especiales de Armamento (PEA)», publicado en junio de 2017 por el Centre Delàs de Investigacions per a la Pau. Aprobados los tres primeros por el gobierno del PP en 1998 (la construcción de las fragatas F-100, los aviones de combate F-2000 y los blindados Leopardo), los PEA representan la voluntad de potenciar la industria militar mediante el gasto público en Defensa. Los compromisos de compra de armamento por parte del Estado a las empresas que recogen estos programas, incluyen créditos que el Ministerio de Industria otorga -en concepto de I+D, a devolver en 20 años y con tipo de interés 0- a empresas militares para la producción de material bélico. Este sistema de financiación a tres bandas permite «esconder ante la opinión pública el gasto real en Defensa», apunta el autor de la investigación, Pere Ortega. En 2016 los compromisos de compra derivados de estos programas (un total de 25) ascendían a un total acumulado de 36.539 millones de euros en 2016. Desde sus inicios, los PEA «ocasionaron una importante deuda del estado con los principales contratistas: EADS-Casa (hoy Airbus Defence and Space), Navantia, Santa Bárbara Sistemas (hoy General Dynamics) e Indra», concluye Ortega.
Así, «la desmesura de la deuda acumulada más el déficit público que acarrean los PEA ocasionan graves dificultades al Ministerio de Defensa para hacer frente a los pagos, hasta el extremo de situar a las fuerzas armadas -123.000 efectivos en 2016- en inoperativas». El informe destaca que la industria militar española facturó en 2015 por valor de 7.398 millones de euros; entre las 48 más importantes de las que se han extraído los datos, figura «oligopolio de la producción militar»: el grupo Airbus, Indra, Navantia y General Dynamics/Santa Bárbara Sistemas.
El Centre Delàs recuerda que las exportaciones de armas por parte del estado español durante 2016 alcanzaron «un nuevo record histórico»: ventas al exterior por valor de 4.052 millones de euros. Las conclusiones se extraen del análisis de las cifras oficiales; en concreto, del informe «Estadísticas españoles de material de defensa, de otro material y de productos y tecnologías de doble uso, 2016», elaborado por la Secretaría de Estado de Comercio. El centro de investigación advierte de la «consolidación» de Oriente Medio como mercado de primer orden para las exportaciones españolas, ya que los países de la región compraron armas por valor de 647,9 millones de euros (16% del total de las exportaciones del estado español). El Centre Delàs considera que estas ventas «pueden considerarse ilegales», debido a los efectos en países como Siria, Yemen o Irak. Otro factor de inquietud es el uso del comercio de armas como herramienta de intervención militar. Con el argumento del combate al terrorismo del Estado Islámico, se ha contribuido al rearme de Irak, donde las exportaciones de armas españolas sumaron 52,6 millones de euros en 2016, y Egipto. «La probabilidad de que estas armas estén siendo utilizadas en los bombardeos a ciudades kurdas, sirias, iraquíes o yemenitas es muy alta».
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