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Movilizaciones populares en Euskal Herria contra el Tren de Alta Velocidad

15 años de lucha contra el TAV

Fuentes: Diagonal

Después de 15 años de lucha contra el proyecto del Tren de Alta Velocidad, y cuando por fin sus promotores han acometido la obra, conviene esbozar los rasgos principales de un conflicto vasto y complejo. La ‘Y vasca’ que pretende unir las capitales vascongadas a las redes de alta velocidad española y francesa ha iniciado […]

Después de 15 años de lucha contra el proyecto del Tren de Alta Velocidad, y cuando por fin sus promotores han acometido la obra, conviene esbozar los rasgos principales de un conflicto vasto y complejo.

La ‘Y vasca’ que pretende unir las capitales vascongadas a las redes de alta velocidad española y francesa ha iniciado finalmente su construcción en las tres provincias. Ahora bien, el proyecto dista mucho de haber arrancado con fuerza. En Álava, las obras -las primeras que se empezaron, a finales del verano de 2006- transcurren en la zona que en un principio iba a presentar menos problemas al Ministerio de Fomento. El terreno es casi llano y las poblaciones son pequeños concejos cuyos habitantes tienen una edad media muy elevada. Es aquí donde el proyecto del TAV avanza con menos problemas, a pesar de la oposición local. En Bizkaia y Gipuzkoa, en cambio, al margen de las mediciones y sondeos que forman ya parte de la construcción del TAV, la infraestructura está más empantanada, debido a los obstáculos que han encontrado los trabajos previos. En Gipuzkoa está iniciado el tramo Ordizia-Itsasondo con una pista auxiliar para la maquinaria que debe realizar un túnel de unos tres kilómetros. En Bizkaia, después de anunciar a bombo y platillo el inicio de obras en el tramo Basauri-Galdakao el 30 de mayo, sólo hubo un par de excavadoras removiendo la tierra en Zarátamo, que nadie ha vuelto a ver por allí. Por último, cabe señalar que el ‘corredor navarro’ (conexión de la ‘Y vasca’ con el Mediterráneo vía Pamplona / Zaragoza) tampoco parece avanzar a duras penas, pese a los esfuerzos del Gobierno foral por acelerar los trámites. Las expropiaciones forzosas marchan a un ritmo muy lento y, gracias a la oposición de gran parte de los municipios afectados, así como a las acciones de protesta de los opositores al TAV durante los levantamientos de actas (permisos que debe conceder cada ayuntamiento para licitar las expropiaciones) en los últimos meses, el trámite de arrebatar las tierras a sus propietarios se ha abreviado pasando por encima de los municipios desde las respectivas subdelegaciones de Gobierno, nombradas por Madrid.

Recordemos que todos los pueblos en que se ha celebrado una consulta sobre el TAV, el «no» al proyecto ha sido mayoritario. Durante los últimos dos años, especialmente a partir del Espacio de Resistencia que se mantuvo en Urbina desde el 4 de noviembre de 2006 al 7 de enero de 2007, cada vez más personas y colectivos están sumándose a la lucha anti-TAV, que ha pasado a convertirse en una cuestión de peso en la sociedad vasca. Además de las citadas protestas contra las expropiaciones, actos de denuncias, sabotajes a las empresas implicadas, marchas a las zonas amenazadas por el trazado, manifestaciones multitudinarias, es innegable que hay un malestar en torno al TAV. De ahí que sus impulsores hayan recurrido a una campaña doble de intoxicación : propaganda mentirosa sobre las supuestas bondades del proyecto y criminalización de los opositores.

Algunos medios españoles ya han sugerido que personas concretas de la plataforma AHT Gelditu ! Elkarlana están vinculadas a ETA. Lo inminente es que, con la llegada del verano, los promotores de la mayor y más devastadora infraestructura jamás proyectada en suelo vasco traten de dar un salto en el desarrollo de las obras. Pero se encontrarán con un obstáculo. La oposición al TAV ya se organiza en cada comarca en previsión de lo que pueda pasar. De momento, la Asamblea anti-TAV organizará como todos los años su Acampada contra el TAV -este año en Legorreta o Itsasondo (Gipuzkoa)- preparando un programa como de costumbre desde el 24 de julio al 3 de agosto, pero esta vez será indefinida. Es decir, que no recogeremos los bártulos el 4 de agosto sino que la Acampada se planteará desde el principio como otro espacio de resistencia contra el TAV. Todo el mundo está invitado a participar y aportar su ayuda en la Acampada. Pararlo es posible. Éste es el momento.