El espíritu del «movimiento nacional» español se ha tragado al PSOE. Rajoy cumple unos objetivos sin solucionar el problema. Un objetivo cumplido es el pacto de Estado PP, PSOE y Cs para desarrollar la maquinaria político-mediático-judicial contra el independentismo. Cebrian, consejero-delegado de Prisa, decía la pasada semana en El País que lo de Cataluña es […]
El espíritu del «movimiento nacional» español se ha tragado al PSOE. Rajoy cumple unos objetivos sin solucionar el problema. Un objetivo cumplido es el pacto de Estado PP, PSOE y Cs para desarrollar la maquinaria político-mediático-judicial contra el independentismo.
Cebrian, consejero-delegado de Prisa, decía la pasada semana en El País que lo de Cataluña es «mas serio aún que la intentona golpista de 1981… porque el ataque… es alentado desde las instituciones». Defendía que es imprescindible la unidad política entre el PP, PSOE y Cs, sobre todo «si la recuperación de la legalidad… obligara finalmente al Gobierno al empleo legítimo de la fuerza». El País compite con La Razón apoyando un frente que encarcela a opositores políticos y que, no olvidemos, también gobierna en las instituciones vascas.
El otro objetivo del pacto de Estado pretende fracturar al soberanismo político y social catalán. Lo pone a prueba para que responda con igual víscera. ¿Cómo? Metiendo miedo, con violencia política y judicial, descabezando liderazgos, con el chantaje del poder económico… Quieren fracturar la unidad de acción política y social para que triunfe la unilateralidad del PP. El independentismo puede ser folclórico, simbólico… sin elementos prácticos. Como dice un amigo mio: «Podéis bailar la sardana pero no tenéis derecho a plantear este debate aunque seáis el 80%». Si lo intentáis ahí va el 155. Cuando se ponen sobre la mesa estrategias democráticas para vencer el veto estatal te meten a la cárcel. Eso sí es unilateralidad.
Llama la atención que, para quitar legitimidad a la vía catalana, se frivolice sobre el «referéndum pactado». ¿Con quién? ¿Cómo se supera el veto del Estado cuando amenazan, si no nos portamos bien, con aplicar el 155? Cataluña ha intentado una y otra vez el referéndum pactado y los han llevado a la cárcel. Escocia no vale como ejemplo cuando enfrente esta el nacionalismo español. ¿Cómo se responde Sr. Lehendakari a la unilateralidad estatal? ¿Por qué no sacan consecuencias de los propios documentos que el Gobierno vasco envía a Madrid donde argumenta que nos han convertido en una simple Delegación Territorial del Gobierno de España? Es verdad que el Gobierno vasco alcanza acuerdos con Madrid pero… a costa de renunciar a posiciones políticas que se defendieron históricamente y compartiendo las políticas de ajuste que nos aplican. Pues bien, tras el anuncio de reforma constitucional es de suponer que la Ponencia de Autogobierno quede amortizada si el PNV, como dice, busca un acuerdo amplio con quienes han aprobado el 155 contra Cataluña.
Según se ha publicado la «mediación» propuesta a Puigdemont para que convocara elecciones autonómicas no prosperó porque el PP iba a aprobar, en cualquier caso, el 155. Los mediadores pretendían al menos dos cosas: que decayera la referencia soberanista fracturando la unidad de acción política y recuperar una «normalidad» para dar continuidad a los acuerdos con el PP y el PSOE. A Urkullu se le podrá criticar por otras cosas pero no por su claridad en este tema: no está dispuesto a dar un solo paso sin el acuerdo previo con el PP o con el PSOE. Sería «una aventura». Quizás esos objetivos, legítimos en cualquier caso, sean razón suficiente para entender la ausencia del PNV en la manifestación del día 4: desea preservar sus alianzas y objetivos. Por eso, al recibir la propuesta de crear una iniciativa antirepresiva por lo que sucedía en Cataluña, en el momento en que Urkullu «mediaba», dijo que no acudiría a la reunión. El día 4 han estado todos los que han querido estar.
Si los conceptos no se definen, la confusión, la ambigüedad y el doble sentido de las palabras se apropian de la política. La unilateralidad es solo estatal. Lo de Cataluña es confrontación democrática para tratar de vencer el veto sistemático del Estado a todas sus aspiraciones. Por eso tienen nuestro apoyo y admiración.
Adolfo Muñoz «Txiki». Secretario General de ELA.
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