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15M, enfocando: cambiar la máquina con la que se deciden los cambios

Fuentes: Rebelión

1. Hacemos política, pero no la decidimos. Todos los días todas hacemos políticas a todas horas: abono de metro, tasas de matrícula, fumar fuera, IRPF, luz roja es parar… Pero no la decidimos. Ejecutamos las decisiones políticas de otros. La maquinaria de toma de decisiones que nos rige no se hizo para que nosotros importásemos. […]

1. Hacemos política, pero no la decidimos. Todos los días todas hacemos políticas a todas horas: abono de metro, tasas de matrícula, fumar fuera, IRPF, luz roja es parar… Pero no la decidimos. Ejecutamos las decisiones políticas de otros. La maquinaria de toma de decisiones que nos rige no se hizo para que nosotros importásemos. Desimportancia impuesta. Recuperar la importancia que tenemos.

2. Sistema político caducado. El sistema político con el que se diseña la política que hacemos cada día sirvió: para unos fines y para unas personas. Esas personas ya han muerto en su mayoría y esos fines no se expusieron con transparencia. Inconfesados. No los compartimos. Por tanto, esa solución para los muertos y ambiciosos se ha convertido en un problema para los vivos y colaborativos. Liquidar un sistema político que estrangula nuestra capacidad de incidir. Acabar con un sistema que nos impone el dilema de: votar lo que no queremos o votar inútilmente.

3. Contagio de ideas. Las ideas que manejamos las personas que hacemos política cada día: ¿de dónde proceden, dónde se cuecen, cómo se extienden, quién maneja las maquinarias de contaminación de ideas, de extensión de convicciones? Los medios, las instituciones de enseñanza y educación, las fuentes de información a las que se da protagonismo, los partidos, sindicatos y organizaciones consideradas protagonistas o importanciadas en nuestra sociedad, la iglesia, el ejército, los bancos, las corporaciones capitalistas y multinacionales… Ninguna es democrática. El 15 M ha abierto un espacio donde las personas nos estamos contagiando ideas al margen de las instituciones no democráticas que dominan las máquinas de contagiar ideas. Las personas estamos disfrutando dialogando, en un espacio no dominado por los dueños de los otros espacios. Consolidar este/estos espacio/s de diálogo.

4. Convergencia. Yo estaba aquí hace tiempo. No aquí, en Sol, ni en la asamblea de mi barrio, estaba aquí, en estas ideas. Hace tiempo. Pero no sabía que tanta otra gente también estaba. Hemos convergido. Coincidimos. Gracias al 15 M nos hemos encontrado y descubierto que tenemos coincidencia. Localizar y visibilizar esas coincidencias. Formular con claridad lo que nos une.

5. Cambio y fuerza de cambio. Mañana no cambiará nada de lo que nos indigna. Lo que nos indigna se ha construido con leyes y con planes de gobierno. Mañana, ni la semana que viene, cambiaremos esas leyes y planes. Esas decisiones no se modifican en la plaza. Pero en la plaza se genera la fuerza que las puede modificar. La fuerza es número y claridad en la voz. Así se logra presión. La presión es legítima y funciona, aunque siempre nos han querido hacer avergonzarnos de utilizarla. Nos querían ignorantes de nuestra fuerza, inconscientes de nuestras capacidades. La presión es el resultado de las fuerzas agregadas de quienes quieren usarlas. ¿Y quién no quiere usarla ahora? Cuando la alternativa es dejarse aplastar o hacer presión, ¿qué duda queda? La dictadura de los mercados no toma en consideración cuánto aplasta a las personas de una en una. La dictadura de los mercados extiende su ideología a través de los medios y las instituciones culturales y educativas y la presenta como la no ideología. Las demás ideologías son pecado, dice, sucias. La dictadura de los mercados persigue que cada persona adquiera todo, cada persona permanezca sola y necesite todo. Enseña a la personas a sentirse individuales y ser soberbias (Si no vamos a hacer lo que quiero yo, no juego). Porque un país de soberbios es un país de débiles, se manipula mejor que un país de personas organizadas en sujetos colectivos. Lo que sí podemos cambiar hoy y mañana, ya mismo, es la creación de ese sujeto colectivo que no es débil, que pueda presionar y modificar la máquina que toma las decisiones políticas y las decisiones políticas que toma esa máquina. Primero, crear el sujeto que cambia las cosas, y, luego, cambiar las cosas. Ese sujeto ya ha irrumpido. Consolidar el sujeto colectivo que ha nacido con el 15 M.

Por eso, esta es una propuesta de hoja de ruta para las asambleas locales:

1. Reconocer lo político de nuestra vida.
2. Identificar lo que queremos cambiar.
3. Mantener el espacio (relaciones) de diálogo e intercambio (contagio) de ideas.
4. Simplificar nuestros objetivos, enfocar, afinar, apuntar un punto clave. Luego vendrá otro, y luego otro y luego otro… concentrar (enfocar) las fuerzas para ir derribando obstáculos.
5. Mantener la fuerza y cultivarla.

No gastaremos nuestra energía más tiempo en reclamar para enmendar las decisiones tomadas antidemocráticamente. De ese modo no solucionamos el problema, de ese modo el problema nunca desaparece, se perpetúa.

Empecemos por aplicar la energía a cambiar la forma en que se toman esas decisiones. Organizar la fuerza para cambiar la máquina que hace los cambios.

Tenemos muchos obstáculos y duros. Pero ahora sabemos que ninguna persona está sola y estamos señalando esos obstáculos. Trazando el vector. Un vector tiene: origen, intensidad y punto de aplicación. El origen ya está en la historia. Ahora, intensidad y plan de aplicación. Y sólo quedará

EMPUJAR
TODAS JUNTAS
TODAS A LA VEZ
SOBRE UN PUNTO CADA VEZ.

Sábado 28 de mayo a las 12 de la mañana, Asambleas populares de barrio y municipio. Estamos enfocando.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.