Y no es un juego de palabras ni estamos para bromas pero, además de indignante, resulta insultante que los mismos que llevan décadas en el poder o en la oposición, tanto personas como partidos, vienen ahora de redentores, vienen a vendernos la poción mágica que todo lo va a resolver cuando no hacen más que […]
Y no es un juego de palabras ni estamos para bromas pero, además de indignante, resulta insultante que los mismos que llevan décadas en el poder o en la oposición, tanto personas como partidos, vienen ahora de redentores, vienen a vendernos la poción mágica que todo lo va a resolver cuando no hacen más que repetir lo mismo.
Insultante es que continúen con la misma política económica que hundió al país en la ruina y, ahora, insisten en seguir aplicando la misma receta. Y es así porque los recortes en las prestaciones sociales siguen aumentando. Pero nada es nuevo ni debiera cogernos por sorpresa, todo gira en torno al poder económico que es quien dicta normas y leyes y al que todo se supedita. No importa que los bancos sean los responsables de la crisis y también los beneficiarios, no importa que los recortes sociales estén diezmando a la población, porque cuando hablamos de prestaciones sociales, salarios o pensiones se escatima hasta el céntimo de euro y, sin embargo, miles de millones, tantos como hagan falta, se entregan a la banca sin ninguna justificación y sin control alguno. El gobierno, y directa o indirectamente el parlamento, han considerado que es esencial mantener los dividendos y, en cambio no lo es, en absoluto, mantener los servicios públicos, las pequeñas ayudas y los salarios.
Estos mismos partidos y estos mismos políticos, además de los millones regalados a la banca, también han regalado muchos miles de millones más, vía exenciones fiscales, a todo el tinglado financiero y especulativo, lo mismo que sucede con los impuestos sobre el patrimonio y sobre las rentas del capital. Sin mencionar la corrupción.
El mercado, los mercados como dicen ahora, afirman que son los que todo lo regulan, pero lo que no dicen es quién está detrás de los mercados. Dicen que debemos miles de millones, pero nada dicen a quién se deben ni tampoco por qué y en concepto de qué se deben. Olvidan que los mercados funcionan de acuerdo con una determinada política económica y fiscal que es la que dicta el parlamento y el gobierno de turno en favor o en detrimento de unos o de otros, según criterios. Así es que ahora el PSOE, con el beneplácito del PP, ha decidido potenciar a la banca privada a costa de la olvidada banca pública y de los ciudadanos. Ambos (el dúo PSOE-PP) han decidido que es más importante mantener los beneficios y los recursos de una banca usurera (delincuente, al menos en lo social) e insaciable que mantener cada una de las prestaciones sociales, incluso las más esenciales.
Pero no es suficiente, nada lo es, y por ello han decidido seguir con las restricciones y con la misma política económica que conlleva el incremento del desempleo. Para qué cambiar si los beneficios de la banca y demás instituciones de usura continuarán manteniendo beneficios y dividendos aunque, claro, a costa de la ruina de los ciudadanos. (Sólo mientras estos aguanten).
Cada vez está más meridianamente claro que cada uno de los gobierno de la Unión Europea ya no gobiernan en sus respectivos países, para eso está Bruselas y en Bruselas gobiernan los mercados. La rentabilidad del capital ha de mantenerse como sea y si de la burbuja inmobiliaria o de la especulación financiaras ya no puede salir un euro más, sólo les quedan los salarios, privatizar la sanidad, la enseñanza y todo lo que puedan pillar. Tampoco les importa que esto no sea más que la gallina de los huevos de oro, la estrujarán y morirán matando, ¡qué les importa!
Dios salve al FMI, al BM, al BCE y al euro (y a los paraísos fiscales), a los que han dictado, impuesto, esta nueva constitución, tanto de la Unión Europea como de cada uno de los países que la integran. Y si «nuestros políticos y «nuestras» instituciones están al servicio de esta constitución (que lo es del Club Bilderberg, de la de la Trilateral, etc), nada nos queda que no sea la calle, que no sea tomar la calle. (En caso de duda preguntar a los griegos).
Mientras la oligarquía política española sigue con la misma política económica con la que cada vez las ratios sociales se van degradando más y más, sus homólogos de la UE ya nos insinúan un plan B, nos ofrecen salida y nos dicen que en caso necesario nos salvarán: ¡nos rescatarán!
Claro que para librarnos del rescate habrá que hacer más concesiones sociales y más privatizaciones, por el contrario, si no hacemos bien sus deberes no nos quedará más alternativa que el rescate. En el primer caso mal, muy mal y nos asfixiarán, pero en el segundo caso nos endeudarán hasta el cuello y nunca será posible salir a flote. En ambos casos los mercados ganarán, se harán más ricos todavía y se irán con su rapiña a otros continentes.
Y ahora, con este panorama y con este futuro, llegamos al 20N.
Legalicemos la situación e incluso legalicemos el plan B, vota, vota a uno o vota a otro, y hasta se puede votar en blanco, también les vale. Votemos que los mercados nos lo agradecerán.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.