Desde 2019 cuando se presentó el último plan retorno por parte del Gobierno he revisitado periódicamente las posibilidades que nuestro país ofrece a los que vivimos en el exterior para retornar.
En marzo de 2019 el Consejo de ministros aprobaba el Plan Retorno, a propuesta del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, bajo el título “Un país para volver”.
Este plan era un plan cortoplacista y elitista pero se presentaba como una oportunidad para empezar a marcar un camino para muchos de los emigrantes que desean volver a nuestro país.
…Ya sabemos lo que pasó en 2020 y como este plan nunca llegó a mostrar el potencial real al que pudo o debió llegar.
Quizás ese mismo plan sin una pandemia de por medio y con una economía como la de los dos últimos años hubiera logrado cumplir muchos más de aquellos objetivos para los que originalmente se creó.
Desde hace unos meses se nos ha prometido un nuevo plan y esperamos que conlleve muchas más ventajas y abra más puertas y ventanas facilitando un retorno mucho más ambicioso del que esperaban con el plan de 2019 y cuyo objetivo era ayudar solo a 23 mil emigrantes con sus 24 millones de presupuesto.
La secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, ha anunciado la creación de este nuevo Plan de Retorno para el regreso de los españoles residentes en el extranjero. El nuevo plan que espero llegue en 2025 buscará “atender las necesidades de quienes desean volver a España, ofreciendo apoyo integral para su reintegración social y laboral”.
Este plan complementa una estrategia más amplia que incluye el desarrollo del Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior que está retrasándose más de la cuenta ante los continuos malabares que el actual gobierno ha de realizar para conseguir los apoyos suficientes para aprobar cualquiera de sus propuestas.
El estatuto, creado hace dos décadas, carece aún de un reglamento de desarrollo y desde hace meses se nos ha compartido a través de la Secretaría de Estado de Migraciones el trabajo que se está realizando para finalizar un borrador con el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), grupos parlamentarios, ministerios competentes y comunidades autónomas.
Los estatutos, reglamentos, instituciones y planes de retorno pueden tener las mejores intenciones del mundo, pero si llegan en mal momento y con una economía que no pueda atraer y acoger a los que se fueron no sirven de nada.
Un plan retorno con medidas ambiciosas y atractivas en 2025 pueden lograr convencer a muchos de esos 3 millones de españoles en el exterior para volver a su país y de hecho en los últimos meses vemos como muchos españoles nacidos en el exterior retornan al país de sus abuelas o padres y lo hacen con éxito, encontrando puestos de trabajo en una economía que parece que vuelve a necesitar de toda la mano de obra disponible. La Ley de Memoria Democrática y la obtención de nacionalidad española por parte de descendientes esta facilitando este crecimiento de población en muchas provincias.
En los tres últimos años, la economía española ha mostrado una notable recuperación y crecimiento y supera en muchos aspectos a otras economías avanzadas. Ya quisieran Alemania y Reino Unido acercarse al crecimiento español en este momento.
En 2023, la economía española creció un 2,5%, impulsada tanto por la demanda interna como por la externa y para 2024 el Banco de España elevo su previsión de crecimiento al 3,1%, consolidando a España como una de las economías avanzadas de mayor crecimiento.
Para 2025 el crecimiento no parece que se vaya a estancar, y aunque baje su ritmo se situará en torno al 2,5%.
La inflación ha mostrado una tendencia a la baja, situándose en el 3,2% interanual en mayo de 2023, una de las tasas más bajas de la eurozona y se estima que la inflación continúe disminuyendo gradualmente, alcanzando el 2,4% en 2027.
Los marcadores de empleo son positivos y la tasa de desempleo ha experimentado una reducción significativa, con expectativas de caer por debajo del 10% para 2027. En los últimos años, se han creado aproximadamente medio millón de empleos, reflejando una mejora en el mercado laboral y que van de la mano de unas subidas del salario mínimo que muchos agoreros predecían que acabaría con cualquier atisbo de crecimiento económico.
Desde el exterior vemos cómo, a pesar de los datos económicos que son muy positivos y nos ponen a la cabeza del mundo en crecimiento, hay medios, redes sociales y gran parte de la población que prefieren enterrar la cabeza bajo la arena y seguir vendiendo que el país es un desastre, a pesar de los indicadores económicos positivos, solo el 20% de los españoles evalúa favorablemente la situación económica del país, evidenciando una desconexión entre las cifras macroeconómicas y la percepción ciudadana.
Muchos recordamos aquellos tiempos en los que los informativos se abrían con las noticias sobre una prima de riesgo que en 2011 llegó a superar los 600 puntos y a fecha de 20 de diciembre de 2024 está en 68 puntos básicos.
Francia ha superado los 80 puntos básicos tras la reciente rebaja de su calificación crediticia por parte de Moody’s, Italia casi nos triplica con 177 puntos básicos, y Grecia parece que no logra bajar de los 366,16 puntos básicos.
El poder de los medios para enfangar y crear una imagen no realista de lo que sucede se acentúa cuando parte de la población no se entera ni se quiere enterar de lo que sucede fuera de nuestras fronteras.
El martilleo constante de mentiras y de eslóganes populistas se repiten hasta la saciedad, pero los que vivimos fuera vemos cómo los medios internacionales alaban la situación actual de nuestro país y para muchos esta oportunidad de intentar retornar puede ser uno de esos últimos trenes para volver a las ciudades y pueblos de los que no debimos ser expulsados.