Familia, asociaciones en defensa de derechos humanos e Izquierda Unida denuncian las incongruencias de la versión policial sobre la muerte de Soufiane Sbakhi, el 18 de junio en la comisaría de Aranjuez. Prácticamente pasó un mes desde que los familiares conocieron la muerte de Soufiane Sbakhi, hasta que pudieron ver su cuerpo. Soufiane apareció muerto […]
Familia, asociaciones en defensa de derechos humanos e Izquierda Unida denuncian las incongruencias de la versión policial sobre la muerte de Soufiane Sbakhi, el 18 de junio en la comisaría de Aranjuez.
Prácticamente pasó un mes desde que los familiares conocieron la muerte de Soufiane Sbakhi, hasta que pudieron ver su cuerpo. Soufiane apareció muerto la noche del 18 de junio en la comisaria de la Policía Nacional de Aranjuez. Unas horas antes, éste había sido detenido por agentes de la Policía Municipal de esta localidad madrileña en una zona de ocio nocturno. «Tenía una grave herida en la cabeza. Y lo sabemos ahora. No nos habían dado permiso para ver el cuerpo antes», se desesperaba el tío de Soufiane en una llamada a este periódico nada más reconocer el cuerpo de su sobrino el 13 de julio. Ahora esperan que se vuelva a abrir el caso en los tribunales madrileños, ya que en primera instancia la jueza sobreseyó el caso sin esperar la autopsia realizada en la comisaría. A pesar de haber pedido una segunda autopsia, ésta ha sido denegada por la misma jueza.
Mientras desde fuentes policiales mantienen que Soufiane se suicidó con su propio cinturón, al igual que recoge la autopsia. Una situación que, al menos, supondría una imprudencia policial. «Todos los objetos susceptibles con los que se puedan hacer algún daño, les son retirados a las personas detenidas. Lo que pudo pasar es que alguien no se diera cuenta que llevaba el cinturon. Por eso, ahora hay una investigación abierta», explican fuentes policiales a este periódico.
Yamani Edtougmi, integrante de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), denunciaba en una rueda de prensa el 8 de julio que el relato oficial de su fallecimiento es «turbio y tiene muchas zonas oscuras». «Primero declaran que fue con un cordón, después que se había suicidado con su propio cinturon e, incluso, en la misma comisaría algún agente reconoce que no saben nada. En ese momento, no nos dejan ver el cuerpo, y nos llegan a decir que está con las manos atadas en su espalda. ¿Si se suicida él, cómo va a hacer eso?», quién se pregunta esto totalmente destrozado y con los ojos llorosos es el padre de Soufiane, Lajdar Sbakhi, que exige que si España es un país democrático, sus instituciones deben funcionar y esclarecer toda la verdad.
Durante 2010, según se refleja en el informe anual de la Coordinadora Española para la Prevención de la Tortura, que fue presentado en junio, fallecieron 52 personas cuando se encontraban bajo la custodia de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, funcionarios de prisiones o personal de centros de menores. Este dato se ampliaría hasta las 100 personas, si se confirmaran todos los hechos de los que les llegaron noticias.
Cuatro horas de incógnitas
«Hubo un altercado en un bar de Aranjuez, y el propietario llamó a la policía. Cuando llegó la Policía Municipal quiso identificar a este chico, pero opuso resistencia y golpeó a uno de los agentes. Por eso, le llevan a la Comisaría de la Policía Nacional. Después ya pasó, lo que pasó». Este es el relato de los hechos que realizan desde fuentes policiales.
La versión de uno de los amigos que esa noche estaba con él no es la misma. «Queremos entrar en una discóteca a comprar tábaco y no nos dejan porque se necesita invitación. Cuando estamos yendo a otra bar, aparecen los policías corriendo hacia nosotros, nos piden los papeles y nos llevan a una esquina para no llamar la atención del resto de la gente», explica Mohammed Azizi, que vió por última vez a Soufiane cuando se lo llevaban detenido en un coche de la Policía Municipal. Tras pedirles los papeles, según la versión de Mohammed, Soufiane recriminó a los agentes que por qué les identificaban a ellos que ni hacían nada, ni estaban borrachos como otras personas a su alrededor. Entonces pidieron refuerzos, y cuando estos llegaron empezaron a maltratarle y pegarle contra los barrotes de un local. «Nosotros no pudimos acercarnos a socorrerle», se lamenta el mismo testigo.
Desde que empezó el altercado, hasta que Soufiane falleció no pasaron más de 4 horas, por lo que la sospecha de familiares y amigos es que Soufiane fue maltratado hasta que falleció y, por ello, ni les dejaron ver el cuerpo, ni se hizo una segunda autopsia al cadáver. En la misma rueda de prensa del 8 de julio, Mauricio Valiente, diputado en la Comunidad de Madrid por Izquierda Unida reivindicó una «investigación veraz de los hechos». Además, recordó que la policía habitualmente realiza controles de identidad por la simple apariencia física de las personas, lo que calificó como «muy grave e ilegal». Unos controles de identidad ‘selectivos’ a migrantes que también fueron denunciados por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos.
«Me amenazaron que si denunciaba, me mataban»
No es la primera vez que un ciudadano marroquí denuncia malos tratos en la comisaría de la Policía Nacional de Aranjuez. Said Eddriouache llegó a perder el conocimiento después de la paliza que unos agentes le propinaron en los calabozos de esta comisaría, según relata el propio implicado. Eddriouache fue detenido en su casa por unos agentes de paisano, siempre según su propio relato, días después de que un día les descubrieran a él y a un amigo borrachos robando hilos de cobre. Una vez ya en la comisaría -donde le quitaron los cordones y el cinturón-, y muy nervioso exigiendo que le dieran tabaco, varios policías se avalanzaron sobre él. «En el forcejeo, fui capaz de librarme de un agente doblándole un brazo y fue cuando me llevaron a otro calabozo y me dejaron casi inconsciente. No sé cuanto tiempo estuve allí después muriéndome de frío», relata Eddriouache. No sabe cuanto tiempo después, un agente decidió escuchar sus gritos de auxilio y llevarle al hospital. Tras su recuperación, le devolvieron a la comisaría. «Entonces me amenazaron que si denunciaba, me mataban».
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/25-dias-sin-reconocer-el-cadaver.html