En el 2006 el estudio de ISTAS (instituto Sindical de Trabajo Ambiente y salud) titulado «Impacto de las enfermedades de origen laboral en España», revelaba que en el mismo año murieron unas 16.000 personas a consecuencia de enfermedades laborales. El mayor número de muertes de origen laboral se debió a tumores malignos (más de 8.600 […]
En el 2006 el estudio de ISTAS (instituto Sindical de Trabajo Ambiente y salud) titulado «Impacto de las enfermedades de origen laboral en España», revelaba que en el mismo año murieron unas 16.000 personas a consecuencia de enfermedades laborales. El mayor número de muertes de origen laboral se debió a tumores malignos (más de 8.600 fallecimientos en hombres y de 800 en mujeres), seguidos por enfermedades cardiovasculares con unas 2.800 en hombres y 550 en mujeres. Como tercera causa de mortalidad de origen laboral en los hombres aparecen las enfermedades del aparato respiratorio con unas 1.500 muertes y en las mujeres, las enfermedades infecciosas y parasitarias con casi 200 fallecimientos. Estas muertes suponen, entre otras cosas, la pérdida de de unos 134.000 años potenciales de vida.
En una actualización del mencionado estudio, los resultados reflejan que en 2008 se produjeron unos 91.000 nuevos casos de enfermedades relacionadas con el trabajo y que 79% de las enfermedades laborales no se declaran como tales.
El 28 de abril se celebra el Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, aunque si reflexionamos detenidamente sobre estos datos, no nos encontramos con mucho que «celebrar», sino mas bien con mucho trabajo por hacer, y lamentablemente, con muchas victimas que recordar.
No debemos olvidar que detrás de estos resultados, resumidos en estadistas, se encuentran vidas humanas, sufrimiento y familias destrozadas. De tantos casos que podríamos enumerar, cabe destacar algunos, como el caso de José Antonio, trabajador de Masa Norte S.A. que lleva cerca de dos años sin poder comer pan, ni muchas otras cosas, debido a un cáncer de paladar que contrajo cuando trabajaba en la citada empresa, donde manipulaba -sin saber su peligrosidad y sin medidas preventivas- casi un centenar de productos químicos de los cuáles 90 resultaron ser cancerígenos y que tras un lucha titánica ha conseguido que se le reconozca un cáncer de origen profesional.
La misma lucha ejerció la familia de Francisco Javier, trabajador de Michelin-Vitoria desde 1974, fallecido por un cáncer de pleura causado por una continua exposición a amianto a pesar de la rotunda negativa de la empresa que afirmaba que «Michelin no utiliza amianto en el proceso productivo» hecho que ratificaron la Inspección de Trabajo y OSALAN. Fue gracias a la ayuda prestada por la ASVIAMIE (Asociación de Víctimas y Afectados por el Amianto de Euskadi) y al Área de Salud Laboral de CC. OO de Euskadi que se ha conseguido reabrir el caso y que los mismos técnicos de OSALAN y la Inspección de trabajo hayan rehecho informes que dejan al descubierto, lo que en su momento negaron en una maniobra incomprensible de ocultamiento de datos que apuntaban la existencia de amianto en el centro de trabajo.
Carmen, afectada por el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple, trabajaba en una oficina de la Tesorería de la Seguridad Social, que fumigaban cada tres meses con pesticidas a base de organofosforados mientras los trabajadores y trabajadoras se encontraban dentro, asegurándoles que «no les iba a pasar nada». Tras nueve años cada vez había más trabajadores enfermos, Carmen experimentaba múltiples infecciones respiratorias, tenia las manos rojas e hinchadas y pasado un tiempo, los mismos síntomas se trasmitieron a las rodillas. Tras varias pruebas detectaron que era una eliminación de fósforo; lo eliminaba por la piel, se trababa de quemaduras de dentro para fuera. Gracias a que su organismo le permitió eliminar el fósforo Carmen puede hoy contárnoslo, otras compañeras no tuvieron esa «suerte».
La historia de este caso y más afectadas, se grabó con los testimonios de las trabajadoras para emitirse en el programa «Diario de…» producido y presentado por Mercedes Milá que emitía la cadena Tele 5. Sin embargo nunca salió a la pantalla, la única explicación que recibieron las afectadas fue un letrero al comienzo del programa que decía que por causas ajenas a la voluntad de Tele 5, no podían emitir el reportaje previsto.
Lamentablemente, como estos tres casos existen muchos mas, ocultos y solapados tanto por las empresas en total complicidad con las Mutuas de accidentes de trabajo, como por las administraciones competentes que debieran velar por el cumplimiento de las medidas para la seguridad y salud de los trabajadores.
Los trabajadores nos enfrentamos a un mercado de trabajo con contratos basura que propician condiciones de trabajo precarias, donde no es solamente el derecho a la seguridad y salud en el trabajo el que es coartado, sufriendo accidentes y enfermedades laborales que muchas veces no son reconocidas, para finalmente terminar apartados de todo este entramado a consecuencia de la violación continua de nuestro derecho a una protección eficaz en nuestro trabajo.
El 28 de abril saldremos a la calle, como cada año, pero no precisamente para «celebrar», sino para seguir reivindicando y luchando por el cumplimiento de nuestro derecho a trabajar con seguridad.
Nadine Trabas es socióloga y técnica en prevención de riesgos laborales