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28-F, Día de Andalucía para el oficialismo

Fuentes: En lucha

En la Transición, la toma de conciencia por parte de los y las andaluzas de sus problemas específicos cristalizó en forma de movilizaciones masivas bajo la demanda generalizada de un Poder Andaluz que respondiese a sus necesidades. Esto suponía la politización de la identidad andaluza y la aparición inequívoca de la cuestión nacional andaluza como […]

En la Transición, la toma de conciencia por parte de los y las andaluzas de sus problemas específicos cristalizó en forma de movilizaciones masivas bajo la demanda generalizada de un Poder Andaluz que respondiese a sus necesidades. Esto suponía la politización de la identidad andaluza y la aparición inequívoca de la cuestión nacional andaluza como un elemento de interés para los y las revolucionarias.

El 4 de diciembre de 1977 estaba convocado el primer Día de Andalucía. Ese día, millón y medio de andaluces y andaluzas salieron a la calle para reclamar un Poder Andaluz independiente, que frenara el expolio de nuestros recursos naturales, facilitase la vuelta de los emigrantes y emprendiera reformas sociales, económicas y políticas que dignificasen a Andalucía frente a otros pueblos del Estado. Todo ello, basado y legitimado desde la preexistencia de una identidad popular históricamente diferenciada y un creciente movimiento cultural de reivindicación andaluza. Las movilizaciones culminaron con el asesinato, a manos de la policía española, del malagueño José Manuel García Caparrós, afiliado a CCOO.

A pesar de la alta intensidad de las movilizaciones, el movimiento popular estaba carente de un discurso rupturista. Y así se visualizó en torno al referéndum de iniciativa autonómica el 28 de febrero de 1980, batalla electoral entre el Gobierno de Suárez y el movimiento obrero y popular. Para que Andalucía quedase equiparada formalmente con las Comunidades Autónomas de Catalunya, Euskadi y Galiza, debía acceder a la autonomía a través del artículo 151 de la Constitución de 1978, logrando mayoría absoluta sobre el censo. Se organizaron desde abajo múltiples formas de propaganda por el SÍ, pero no se utilizaron los métodos de lucha más radicales, como la huelga y la ocupación.

A pesar de todos los impedimentos que se pusieron, ganó el SÍ en el referéndum de iniciativa autonómica, y el pueblo andaluz ratificó su voluntad de acceder a una autonomía «de primer grado». El 20 de octubre de 1981, aún con el intento de golpe de Estado del 23-F en la memoria, se realizaría otro referendo, esta vez para la aprobación definitiva del llamado ‘Estatuto de Carmona’. El PSOE sería el principal beneficiario de estos resultados, pues asumió de forma cínica y oportunista un discurso de apariencia andalucista, ¡llegando incluso a autodefinirse como un partido nacionalista andaluz y de clase! Este hecho evidencia el nivel de movilización popular alcanzado, a pesar de sus limitaciones. Finalmente, el Estatuto de Autonomía fue reflejo, precisamente, del peso del reformismo; instituciones andaluzas subordinadas al centralismo estatal y sin alcance sobre los problemas fundamentales.

Como puede verse, en la transición andaluza, lucha social y lucha nacional fueron cogidas de la mano. El pueblo confiaba en satisfacer sus necesidades a través del Poder Andaluz, pero faltaba una nítida orientación política de qué debía ser el Poder Andaluz y cómo satisfacer esas necesidades. Ante la falta de contenido, fue relativamente fácil desactivar la lucha social y nacional en Andalucía, posibilitándose el engaño autonómico, con el consiguiente desánimo y desencanto posterior, y acentuándose el retroceso del movimiento obrero y popular.

En este contexto, la Junta de Andalucía terminó sustituyendo la fecha conmemorativa del Día de Andalucía, que pasó del 4 de diciembre -fecha del asesinato policial y que encierra la potencialidad de la lucha de masas- al 28 de febrero -fecha de la limitación reformista y de la «normalidad democrática».

Por eso mismo, y en memoria a Caparrós, los y las anticapitalistas debemos reivindicar el 4 de diciembre como Día Nacional de Andalucía; el día que los y las andaluzas salimos masivamente a la calle para luchar por un Poder Andaluz, que nada tiene que ver con el régimen autonómico del PSOE que padecemos, sumiso al centralismo, corrupto, clientelista y neoliberal.

Jose Mª Ramírez Nucolet es militante de En lucha.

Fuente: http://www.enlucha.org/site/?q=node/15780