El escenario estaba ya preparado en las Torres de Serranos de Valencia, el pasado 2 de marzo, para la celebración de la Cridà fallera; pero con independencia de los festejos oficiales, cerca de medio millar de vecinos y colectivos se manifestaron esa mañana –desde las torres y por las calles de La Saïdia- contra la turistificación y la construcción de un hotel en este distrito; La Saidïa Comuna, las asociaciones vecinales de Saïdia, Morvedre, Sant Antoni y la coordinadora EntreBarris convocaron la movilización.
Tres pancartas se destacaron, ante los fotógrafos y cámaras, en los comienzos de la acción: Veïnat sí, turistificació no. La Saïdia per a qui l’habita; La ciutat per a qui l’habita (EntreBarris) y Lluita+Barri. Veïnat en perill d’extinció.
Durante la marcha, los manifestantes mostraron carteles con las consignas +1 turista, -1 veïna!; La Saidïa será la tomba del turisme; +Cooperatives d’habitatge, -turisme salvatge; La Saidïa barri viu i combatiu o Mi barrio me lo robaron anoche mientras dormía.
Los dípticos repartidos durante la manifestación denunciaban la “amenaza” de construcción de un hotel de grandes dimensiones (capacidad para 500 personas); está previsto que el complejo hotelero ocupe tres parcelas entre dos calles del distrito, Maximiliano Thous y Benipeixcar.
Las hojas informativas planteaban diferentes preguntas, por ejemplo ¿Cómo nos afecta la turistificación? Los colectivos vecinales respondían que en la reducción de viviendas disponibles, el aumento de los precios de compra y alquiler; asimismo la saturación de los servicios en el barrio; la destrucción del comercio tradicional, el desplazamiento forzado de vecinos, el incremento de los ruidos o la suciedad.
Portales inmobiliarios como Idealista.com detallan la evolución del precio de la vivienda en La Saidïa; así, el precio de la venta se situaba –en julio de 2021- en 1.553 euros/metro cuadrado; dos años después (julio 2023) había escalado hasta los 1.951 euros; respecto a los alquileres, Idealista.com señala la siguiente evolución: de 8,1 euros/metros cuadrado al mes en febrero de 2020 a 12,1 euros cuatro años después.
Otro portal, Fotocasa, calcula en 1.220 euros mensuales el precio medio de la vivienda de alquiler en la zona; el valor medio, en el caso de la compra del inmueble, es de 222.000 euros de media (datos febrero 2024).
El Ayuntamiento de Valencia cifra en 90.135 las pernoctaciones en apartamentos turísticos de la ciudad en agosto de 2023; con datos provisionales del INE, las estadísticas municipales añaden que –en enero de 2024- se ofertaban 1.065 apartamentos turísticos, con 4.747 plazas disponibles; en la mensualidad citada, durante los fines de semana, el grado de ocupación en los apartamentos alcanzaba el 68%.
En La Saidïa residen 47.500 vecinos (padrón municipal), de los que 11.600 (cerca del 25%) han nacido fuera del estado español; la antigüedad de la mayor parte de los inmuebles se sitúa en el periodo 1961-1980 (entre las dos décadas 14.439 bienes inmuebles); por otra parte, La Saidïa es el quinto de los 19 distritos de la ciudad en número de parados (2.840 en febrero de 2024).
“En La Saidïa los pisos y bajos turísticos (legales e ilegales) proliferan por doquier, a los que se suman los proyectos hoteleros”, sostienen los manifestantes; actualmente “no se sabe a ciencia cierta cuantos apartamentos existen, aunque constituyen la principal oferta de alojamiento en la ciudad, una oferta que en la mayoría de los casos carece de licencia”, según la Federació d’Associacions Veïnals de València (comunicado sobre las viviendas de uso turístico, 9 febrero 2024).
En agosto de 2023 la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, del PP, que gobierna en coalición con el partido ultraderechista Vox, declaró que en la ciudad hay cerca de 4.000 apartamentos turísticos irregulares.
La Saidïa per a qui l’habita; No volem apartaments turístics!; Els apartaments expulsen guarderies; Especuladors fora del barri o Volem els baixos per a les botigues, fueron algunas de las consignas expresadas -el 2 de marzo- en las calles.
Cerca de los percusionistas de la Escuela Borumbaia, que con camisetas negras y al ritmo de la batucada acompañaban ese día la marcha, un cartel definía La Saidïa como Zona Turísticamente Saturada; asimismo podía observarse la presencia de manifestantes con la bicicleta y repartiendo impresos en los pequeños comercios.
Los colectivos vecinales habían programado en febrero una Agenda contra la turistificación; incluía, además de la manifestación, un concierto solidario con la participación de los grupos O.J.O; Las Víctimas Civiles y Los Malditos; la presentación del libro L’últim recer. Narratives de despossessió i resistències comunitàries (Ed. Caliu, 2023), del investigador Nacho Collado; también un taller de pancartas y almuerzo popular, caceroladas (el último miércoles de cada mes) y la exhibición de banderines en los balcones.
El 7 de marzo La Saidïa Comuna organizó una asamblea vecinal en el barrio, en la asociación cultural La Protectora; una de las acciones relevantes fue, en diciembre de 2023, la campaña de alegaciones a la actuación hotelera (presentaron cerca de un centenar en el consistorio, además de las tramitadas por Internet).
Ante el proyecto de hotel-apartamento promovido por la empresa Monte Bajo Empresarial S.L.U., con la edificación de tres parcelas que ocuparían el espacio central de una manzana residencial, el documento de alegaciones resalta: “Prevé un aforo máximo de 497 personas (con una previsión de tan solo 10 personas trabajadoras), lo que generará unas dinámicas de ocio, consumo y de formas de habitar muy diferentes de las de los residentes habituales”.
Un precedente de las propuestas vecinales es la suspensión de licencias de implantación de nuevos usos terciario hotelero en el ámbito del Plan Especial de Protección de Ciutat Vella (centro histórico), aprobado por el pleno municipal en febrero de 2018; o la limitación de licencias para apartamentos turísticos en el Plan Especial del barrio del Cabanyal (mayo de 2023).
Los vecinos alertan, asimismo, que la iniciativa hotelera produciría la entrada en La Saidïa de rentas nuevas, intereses inmobiliarios y se profundizaría en los procesos de gentrificación; “es lo que ha ocurrido en otros barrios de la ciudad, como Russafa o Ciutat Vella”, concluye el texto de alegaciones.
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