Este 6 de noviembre se cumple el 65 aniversario del asesinato de los mártires de la lucha contra el franquismo José Gómez Gayoso y Antonio Seoane. Fue una mañana fría, exactamente a las 7 y 45 en el «Campo de las Ratas» en A Coruña. La Torres de Hércules y el enfurecido mar, fueron los […]
Este 6 de noviembre se cumple el 65 aniversario del asesinato de los mártires de la lucha contra el franquismo José Gómez Gayoso y Antonio Seoane.
Fue una mañana fría, exactamente a las 7 y 45 en el «Campo de las Ratas» en A Coruña. La Torres de Hércules y el enfurecido mar, fueron los testigos de aquel atroz asesinato. Antes que las balas asesinas hicieran impacto, dos gritos se escucharon, haciendo eco en todos los mares del mundo ¡Viva el partido comunista! ¡Viva la Pasionaria!
Se trataba de las dos más importante figuras de la resistencia gallega. Gayoso era el Secretario del Partido Comunista en Galicia y Seoane el jefe de la Guerrilla Gallega.
Ambos militantes habían llegado del exterior para reorganizar el Partido Comunista de España. Luego de residir en distintas ciudades se radicaron en Galicia. Desde hacía algunos años la Guardia Civil estaba detrás de ellos. Sus heroicas acciones dejaban en ridículo a la dictadura. Había que terminar con ellos para dar un escarmiento a toda la oposición, que aún vivían clandestinamente en España.
Gómez Gayoso tenía una larga militancia política, si bien había nacido en Maceda, Ourense, se incorporo al PCE en Vigo, donde se radico su familia. Fue Secretario del PCE en Galicia durante la segunda república y durante la contienda militar en defensa de la legalidad democrática, ocupo tareas de mucha importancia en los equipos vinculados al Comité Central de su partido. Era muy conocido durante la guerra, por sus discursos en gallego. Con un altoparlante se dirigía a sus compatriotas que estaban peleando del lado fascista.
Durante la guerra fue nombrado Comisario Político y fue invitado a la URSS donde coincidió con el patriota gallego Alfonso Castelao. Cuando termino la contienda, después de pasar por el campo de concentración en Francia, se exilio en Cuba.
Mientras que Antonio Seoane había llegado con 5 años de su Boiro natal (Provincia de La Coruña) hasta Buenos Aires. Allí se integro a la Federación de Sociedades Gallegas y fue un dirigente muy importante de los Comités de Ayuda a la Republica. En el transcurso de la guerra se afilio al PCE.
La Guardia Civil, informada de la presencia de Seoane en A Coruña, prepara su detención. El 10 de julio de 1948 le organizan una trampa en un bar de la ciudad herculina y es detenido junto a su compañera sentimental. En esa operación represiva caen también José Gómez Gayoso; Juan Romeu Ramos, obrero; José Batrina, médico; José Ramos Díaz, sastre; José Rodríguez Campos, obrero; y cuatro mujeres, tres de ellas son: María Blázquez, obrera, a la que le perforaron o estómago de un tiro; Clementina Gallego, que queda casi paralítica de una pierna; Carmen Orozco, maestra nacional, en grave estado con lesión cardíaca.
En el amañado juicio Gómez Gayoso durante 18 minutos, en un discurso de fuerte contenido político, valiente y dramático, denuncio al tribunal que los juzgaban y al régimen franquista.
De todos los detenidos solamente Gayoso y Seoane son asesinados. Durante el tiempo que estuvieron en la prisión, de todos los lugares del mundo, se pidió por la vida de ambos dos héroes antifranquistas.
Gayoso en una carta a su mujer Concha Abad que residía en Cuba, le escribe sobre su hijo «Pepe»:
«Te pido, te lo suplico, que lo eduques como yo quisiera, para que él sea un comunista fiel y honrado como lo fue su padre. Enséñale el amor al pueblo, a los trabajadores, a España, la patria querida por la que su padre dio la vida. Edúcalo en el respeto y el cariño a los dirigentes del Glorioso Partido Comunista de España, a nuestra camarada Pasionaria. Este es mi último ruego a ti, la compañera y camarada. Estoy seguro, porque te conozco, porque se lo que hay de honradez política en ti, que lo cumplirás.»
En la Argentina la Federación de Sociedades Gallegas le envió una carta al General Perón para que mediara ante el sangriento dictador Francisco Franco, también le llegaron cartas al Papa para que parara la ejecución.
Después de 65 años aun no hemos podido cumplir los sueños de Gayoso y Seoane, aun después de tantos años la impunidad franquista es parte de nuestra sociedad. Tendrá que ser entonces la justicia Argentina la que repare la memoria de estos dos mártires y la cientos de miles de militantes asesinados por defender los ideales de la República y el socialismo.
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