¿Cómo es posible que un rector de universidad se haya convertido en propagandista de las ideas de quienes son los responsables de mantener a Chile en una situación de fractura social, corrupción política y abusos empresariales permanentes – que sólo podía conducir lógicamente a una Rebelión Social – en un contexto político donde el mismo […]
¿Cómo es posible que un rector de universidad se haya convertido en propagandista de las ideas de quienes son los responsables de mantener a Chile en una situación de fractura social, corrupción política y abusos empresariales permanentes – que sólo podía conducir lógicamente a una Rebelión Social – en un contexto político donde el mismo presidente le declaró la guerra a su propio pueblo? (1)
Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales (UDP), sostenedor ideológico del candidato Piñera en tiempo de campaña presidencial, y que se ufana de «hacer uso público de la razón», hoy sustenta las tesis absolutistas de Thomas Hobbes, o de la Razón totalitaria de Estado, habilitada ésta para aplastar por la fuerza toda disidencia ciudadana.
Antes de su transformación en defensor del Orden de la propiedad y de la mercancía, con dominio del capital financiero y de las grandes empresas en educación, salud, pensiones y fármacos, Carlos Peña se había instalado a la cabeza de la institución universitaria después de haber desalojado al connotado pinochetista Francisco Javier Cuadra del puesto en 2005. (2)
Peña se apoyó oportunistamente en algunos amigos y en el sentimiento de democratización urgente de la sociedad chilena para acceder a la dirección de la UDP. Pero el rector, en su práctica discursiva y desde el privilegio que le da su función, atacó algunos años más tarde las movilizaciones estudiantiles por una nueva ley de educación y por la gratuidad (3). Peor aún: hoy calla, en un silencio cómplice, ante las violaciones sistemáticas a los derechos humanos y la mordaza a las libertades cívicas hechas por un Estado represivo y condenado como tal por organizaciones internacionales expertas.
En su calidad de amante del orden sin concesiones ni relativismos – actitud que sólo es posible si se cita mal a filósofos fuera de contexto histórico, social y político – Peña no condena el uso de la fuerza sin control que el Estado ejerce sobre sus ciudadanos, y sin que ninguna institución se haga responsable. No obstante, para embolinar la perdiz y seducir a sus ingenuos seguidores Peña se contenta con deslizar algunas críticas a Piñera por su «inutilidad» como Presidente.
Pero no nos equivoquemos con los florilegios del rector Peña, pues hoy, en su incoherencia ética y desde su tribuna mercurial, defiende sin ambages una ley indigna (aprobada en la cámara de diputados) que criminaliza la movilización social y ataca a quienes optan por la desobediencia civil, ante un régimen que viola los Derechos Humanos (2).
Hecho impensable en otras democracias dignas de ese nombre. Allí donde autoridades como el presidente de una República (supuestamente garante de derechos ciudadanos) deben reconocer su responsabilidad directa en el accionar de los aparatos armados del Estado que gobiernan en casos de muertes, mutilaciones, torturas, violaciones y detenciones ilegales de ciudadanos y ciudadanas chilenas.
La razón pública en tiempos de cólera e indignación ciudadana se interroga con estupor: ¿cómo es posible que la comunidad universitaria de la UDP no destituya del cargo de rector a quien utiliza su alta función – y que ejerce al mismo tiempo de columnista de El Mercurio, vocero de las posiciones más retrógradas y antidemocráticas de la sociedad – para hacer la apología de la violencia estatal y represiva de manera a veces abierta y otras solapada?
Notas:
(1) Una parte de la respuesta se encuentra aquí: una reseña de la revista Caras sobre C. Peña finaliza con las asesorías jurídicas que presta Peña a grandes empresas. «Y es que no sólo se desempeña como rector de la Universidad Diego Portales, sino que también ejerce como abogado realizando estos trabajos» señala elmostrador.cl
(2) Cuadra se expresó así en algunos medios: «El 6 de noviembre (C. Peña), en su columna en El Mercurio , me defendió. Una semana después, en La Nación, me criticó duramente». Cuadra se refiere a la entrevista concedida por Peña el 13 de noviembre titulada: ‘Fue un error designar a Cuadra como rector’.
(3) Ver mi columna sobre los comentarios de Peña acerca del movimiento estudiantil contra la LGE el 2008. https://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=2537
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