CBS reveló identidad y testimonios de diplomáticos con dolencias similares a las reportadas desde Cuba. Washington ha procurado disminuir el impacto de esta afectación en el consulado en Guangzhou, y enfatizar lo sucedido en La Habana.
La cadena televisiva estadounidense CBS ha revelado los nombres de al menos tres supuestas víctimas de los misteriosos «ataques sónicos» que han afectado a diplomáticos de ese país estacionados en Cuba y China, destacando que Washington ha querido disminuir el impacto de la afectación de sus funcionarios en el consulado en Guangzhou, antigua Cantón, y enfatizar lo sucedido en La Habana.
Uno de los nombres desvelados es el de Mark Lenzi, antiguo funcionario de seguridad del consulado en Guangzhou, quien desde los supuestos ataques entre 2016 y 2017 ha tenido que usar gafas oscuras por haber desarrollado una intolerancia a la luminosidad.
«En lo que a mí respecta, fue a partir de noviembre de 2017 que comencé a sufrir mucho con la luminosidad. Cada día tenía más dolores de cabeza y mi esposa también», explicó Lenzi al programa semanal 60 Minutes.
Según CBS, unos 40 diplomáticos y agentes de inteligencia de Estados Unidos estacionados en Cuba y China han sufrido lesiones neurológicas producto de estos misteriosos «ataques» cuyo origen se desconoce hasta hoy, pese a numerosos estudios.
Otro nombre revelado por CBS es el de una agregada comercial de EE.UU. en Guangzhou, Catherine Werner, quien sostuvo que a partir de octubre de 2017 comenzó a sentir síntomas de cansancio e urticaria que derivaron en dolores de cabeza, vómitos y sangramiento.
«Me despertaba en medio de la noche y podía escuchar este sonido en mi cabeza, era intenso y sentía presión en las sienes. Al mismo tiempo escuché un zumbido tenue que oscilaba», recordó Werner, quien reveló que posteriormente su madre pasó tres meses con ella y también fue aparentemente afectada. Con el tiempo, agregó, «los síntomas empeoraron, comencé a vomitar y me despertaba con la nariz sangrando».
Según la funcionaria hasta sus mascotas vomitaban sangre; ella pensó que todo estaba relacionado con la contaminación ambiental en China. Pero, según el reportaje de CBS esos síntomas fueron similares a los detectados en diplomáticos estadounidenses en La Habana, que terminaron siendo repatriados e ingresados en hospitales de Washington y Miami.
A su vez, Renzi explicó a CBS que tanto él como su esposa se enfermaron después de escuchar sonidos extraños e «intensos» en una parte muy precisa de su casa, cerca de la cuna de su hijo, y en el momento en que se iban a acostar. Además de los dolores similares a los sentidos por Werner, en su caso el padecimiento incluye pérdidas temporales de memoria.
«Imagine que tiene una canica en la mano y la deja caer en un embudo metálico de seis pies de diámetro. El sonido que esa canica hace a medida que va bajando en círculos, aumentando progresivamente de velocidad, hasta que entra en un hueco en el fondo. Un sonido como nunca había escuchado antes», explicó Lenzi al describir lo que dice haber sentido.
«Lo escuché tres o cuatro veces, cerca de la cuna de mi hijo y a la hora de ir a dormir», agregó.
El ex funcionario de seguridad diplomática es un especialista en detección de medios electrónicos de vigilancia orientados hacia sedes diplomáticas, y por eso cree que fue blanco de los misteriosos sucesos. «No tengo la más mínima duda de que esto fue un ataque directo contra mi vecina y yo», puntualiza Lenzi, quien vivía en el piso debajo del apartamento de Werner.
Lenzi no solo cree que sufrió un ataque directo, sino que fue a causa de un arma que describió a CBS como de naturaleza electrónica y fuente de una energía desconocida. «Creo que es (una onda) energética de radio frecuencia (RF) con alcance microonda», precisó.
Diferencias de tratamiento
Por otro lado, aunque el caso cubano y el chino tienen semejanzas, la administración de Donald Trump ha establecido una diferencia en el tratamiento. Nadie sabe quién es el verdadero responsable de esta misteriosa situación. Pero para Washington el caso cubano es abordado con mucha más energía que el chino. Da la idea de que el Gobierno estadounidense está restándole importancia a las dolencias de su personal en suelo chino.
En mayo el secretario de Estado Mike Pompeo admitió en una audiencia en el Senado que los síntomas detectados en China son similares a los sentidos por su personal en La Habana, pero «por razones que no está claras, el Departamento de Estado ha levantado dudas sobre los 14 casos detectados en China. El consultorio médico del Departamento de Estado envió a Mark Lenzi una nota que dice que ‘hemos llegado a la conclusión de que sus síntomas y hallazgos no están relacionados con los detectados en La Habana», dijo CBS.
Lenzi no tiene dudas sobre lo que está pasando y por qué. Según el ex funcionario, para Washington, Beijing es más importante que La Habana y hay conspiración por el medio.
«Han intentado negarlo. Han intentado taparlo. Han tratado de minimizarlo. Porque se trata de China, porque tenemos una larga relación comercial con ellos. (…) China es una bestia diferente», afirmó Lenzi.
Es una situación parecida a la del tercer funcionario afectado cuya identidad fue también revelada por CBS, Robyn Garfield, el agregado comercial en el consulado de Shanghai, quien ha padecido dolencias similares pero los médicos del Departamento de Estado quieren convencerlo de que lo suyo es consecuencia de un accidente que sufrió hace 17 años durante un partido de béisbol.
Garfield no lo cree. Entre otras razones porque su esposa y sus hijos no juegan béisbol y ellos también han padecido los efectos de los supuestos ataques. Pero aun así, médicos que participaron en una investigación que hizo la Universidad de Pensilvania han insistido en que sus padecimientos son similares a los detectados en Cuba.
Sin embargo, reveló Garfield, en el caso de sus hijos la afectación llegó al punto de que muchas veces perdían el equilibrio al caminar, en particular su hija pequeña.