Decía hace unos días el responsable de Economía, Industria y Conocimiento del partido político Ciudadanos, el señor Luis Garicano, que la corrupción es un «fenómeno cultural», encerrando en semejante definición la maliciosa pretensión de asociar la corrupción de España y el conjunto de sus causas a la íntegra totalidad de las personas que componen su […]
Decía hace unos días el responsable de Economía, Industria y Conocimiento del partido político Ciudadanos, el señor Luis Garicano, que la corrupción es un «fenómeno cultural», encerrando en semejante definición la maliciosa pretensión de asociar la corrupción de España y el conjunto de sus causas a la íntegra totalidad de las personas que componen su sociedad.
Por ello, habría que preguntarle al señor Garicano si es que acaso piensa que las irregulares prácticas fiscales desveladas por los «Panama Papers» implican a la inmensa mayoría de los españoles, o si, por el contrario, piensa que tan solo lo hacen a un porcentaje muy, muy minoritario.
Porque errar de una forma tan abultada y grave en el diagnóstico de un Problema que en España acaba de adquirir -otra vez- una dimensión de un tinte verdaderamente especial, dice muy poco sobre la autoridad moral e intelectual de quien pretende postularse como futuro gestor de ciertas áreas de responsabilidad en el sistema político de España.
Ni es acertado decir que la corrupción es un fenómeno cultural, señor Garicano, ni lo es decir que «el problema seguirá existiendo mientras los políticos no asuman el compromiso de combatirlo», porque o de nuevo usted se equivoca flagrantemente o es que acaso lo hace otra vez intencionadamente con la «novedosa» pretensión de desvincular una vez más el concepto de «corrupción» del de «política».
Recuérdelo; es la justicia la que debe combatir la corrupción de la política; lección básica de la vigente Constitución española; el principio de división de poderes. Las interpretaciones que en el grave contexto actual hace el señor Garicano sobre la corrupción política vivida en España, así como su aparente desconocimiento sobre las elementales reglas del ordenamiento jurídico español explican en gran parte el intencionado bloqueo institucional que la sociedad española padece, desgraciadamente, en la actualidad. Así de claro.
Fuente: http://www.elcaptor.com/economia/fenomeno-cultural-padece-espana