En entrevista con Rebelión, Salvador Rueda Smithers (1954), director del Museo Nacional de Historia, recuerda al profesor Jesús Sotelo Inclán: «Le podría decir que todos los que nos hemos dedicado al zapatismo somos discípulos indirectos del maestro Sotelo Inclán. De alguna manera hemos hablado del calpuleque, lo asumimos, después revisamos el concepto y encontramos otros […]
En entrevista con Rebelión, Salvador Rueda Smithers (1954), director del Museo Nacional de Historia, recuerda al profesor Jesús Sotelo Inclán: «Le podría decir que todos los que nos hemos dedicado al zapatismo somos discípulos indirectos del maestro Sotelo Inclán. De alguna manera hemos hablado del calpuleque, lo asumimos, después revisamos el concepto y encontramos otros datos, pero siempre es indispensable referirse a Raíz y razón de Zapata, de hecho, la idea de encontrar detrás del movimiento zapatista una historia tan antigua, centenaria, eso fue descubrimiento de don Jesús y todos los zapateros, ‘zapatero a tus zapatos’, todos estamos en deuda con don Jesús». El maestro Rueda Smithers es uno de los zapatólogos más importantes de México y reconoce que su trayectoria académica comenzó al leer las investigaciones de Jesús Sotelo Inclán.
Salvador Rueda Smithers es licenciado en Historia por la UNAM y maestro en Estudios del Arte por la Universidad Iberoamericana, publicó las investigaciones: El diablo de la Semana Santa. Discurso político y orden social en la ciudad de México en 1850 (1991); El paraíso de la caña (1998); Pinceles mexicanos. Tres mil años de pintura (1998); La Esencia de México (2000) y Tras los secretos de un bautizo. Ensayo sobre un cuadro barroco (en prensa). Además es coautor del Catálogo del Archivo del General Genovevo de la O (con Martha Rodríguez, 1979); de la antología Emiliano Zapata (con Laura Espejel y Alicia Olivera, 1988) y del libro iconográfico Zapata en Morelos (con María Elena Noval, 2009), entre otros títulos.
El director del Castillo de Chapultepec no descarta exhibir los facsimilares de los Documentos Primordiales de Anenecuilco, en la opinión de Rueda Smithers: «No se me había ocurrido, pero no es una mala idea lo que usted me propone. El próximo año tenemos un programa establecido de exposiciones, ya habíamos hecho un par de exposiciones sobre Zapata en 2010 y 2011, esta vez tenemos una agenda diferente: vamos a apoyar exposiciones sobre Zapata en otros lugares, no en el Castillo de Chapultepec». A título personal tiene planeado conmemorar el 30 aniversario luctuoso de Sotelo Inclán en octubre de 2019: «Me gustaría platicar con la gente de la zona de Cuautla y con los estudiosos de la historia de Morelos, pero no solamente sobre Raíz y razón de Zapata. Me gustaría saber qué trabajos había hecho don Jesús sobre los asesinatos de Chiconcuac y San Vicente».
MC.- ¿Cuándo conoció a Jesús Sotelo Inclán?
SR.- Si mal no recuerdo, conocí al maestro Jesús Sotelo Inclán el 10 de abril de 1974 en Cuautla, nos reunimos con Alicia Olivera y Carlos Barreto, la primera vez casi no platiqué con don Jesús, yo era un estudiante y escuché la conversación de los tres historiadores. La segunda vez que lo vi debió ser en 1975, aquí en el Castillo de Chapultepec, cuando vinieron Rosalind Rossoff y Anita Aguilar, las coautoras del libro Así firmaron el plan de Ayala (1976).
MC.- También estuvieron tres sobrevivientes del Plan de Ayala.
SR.- Exactamente, ellas hicieron las entrevistas con los tres sobrevivientes del Plan de Ayala. Sotelo Inclán y Alicia Olivera estuvieron platicando por largo tiempo en el Castillo de Chapultepec, aquella vez recordaron la entrevista que le hicieron Alicia Olivera y Eugenia Meyer a don Jesús en 1970 y mencionaron un par de entrevistas con otros zapatistas, entre ellos el doctor Juan Olivera y Gustavo Baz.
MC.- ¿El maestro Sotelo Inclán fue precursor del programa de historia oral?
SR.- De la tradición oral sí, de la historia oral no, son cosas diferentes. Aunque él había tenido contacto con Chico Franco, no hizo exactamente historia oral, eso lo acercó a la maestra Alicia, se conocían de mucho tiempo antes, no recuerdo las circunstancias, pero se trataban con mucha familiaridad. Don Jesús hizo lo que anunció en el título de su libro: encontró la raíz, una raíz tradicional, en su momento sostuvo que Zapata provenía de la tradición de los calpuleques de origen prehispánico, ahora sabemos que no, son cargos que tienen una posible semejanza con un cargo prehispánico, pero que están respaldados por el derecho castellano, es decir, por las formas de propiedad de la tierra y el respeto a la existencia de esos pueblos que ya aparecen en el Códice Mendocino. Lo que hizo don Jesús fue reconocer que detrás del movimiento zapatista no hay bandolerismo, lo que se decía en la época cuando escribió el libro, el zapatismo tampoco surgió por el Artículo 3 del Plan de San Luis, lo que tradicionalmente se manejaba en la historia de la revolución hasta 1943. Lo que don Jesús encontró fue que detrás del movimiento zapatista está el respeto a la palabra y a la dignidad de la gente, está un gran respeto y apego a la tierra en donde naciste.
MC.- Usted menciona con insistencia a la maestra Alicia Olivera, ¿quiénes son los discípulos de Sotelo Inclán?
SR.- Le podría decir que todos los que nos hemos dedicado al zapatismo somos discípulos indirectos del maestro Sotelo Inclán. De alguna manera hemos hablado del calpuleque, lo asumimos, después revisamos el concepto y encontramos otros datos, pero siempre es indispensable referirse a Raíz y razón de Zapata, de hecho, la idea de encontrar detrás del movimiento zapatista una historia tan antigua, centenaria, eso fue descubrimiento de don Jesús y todos los zapateros, «zapatero a tus zapatos», todos estamos en deuda con don Jesús.
MC.- Maestro, ¿qué descubrió en la relectura de «Raíz y razón de Zapata»?
SR.- Cuando leí el libro de viejo, tengo 64 años, me pareció fascinante la manera en que don Jesús llegó a una gran historia, a través de la idea de construir un personaje, primero pensándolo como un personaje trágico para escribir una obra de teatro y después logró llegar a la raíz de Zapata, eso me pareció sensacional, son cosas que uno va entendiendo de viejo.
MC.- ¿Hace falta una edición crítica de «Raíz y razón de Zapata»?, para aclarar el concepto del calpuleque, incorporar los hallazgos en el aparato crítico y comparar la versiones de 1943 y 1970.
SR.- Yo creo que no estaría nada mal que se hiciera una lectura crítica, de cualquier manera la historiografía zapatista ya hizo tangencialmente una serie de ajustes y acomodos, comenzando con John Womack -al mismo Sotelo Inclán le parecía magnífica la obra de Womack-, ya se le fueron haciendo los ajustes. Yo no quisiera ser grosero, pero recuerdo una afirmación de Edward Hallet Carr, cuando se refería -en 1964- a los historiadores de principios del siglo XX, decía: «lo que debemos seguir es su ejemplo de erudición, pero no podemos aceptar como válido lo que están diciendo del pasado», porque se han encontrado muchas otras cosas y todo se ha visto con otra perspectiva; de entrada nos hemos metido a los archivos. Don Jesús conoció el archivo que tenía Francisco Chico Franco, y Womack trabajó con el archivo de Gildardo Magaña. A partir de ahí, Alicia Olivera, Laura Espejel, Carlos Barreto, Francisco Pineda, Edgar Castro Zapata, Felipe Ávila, Edgar Rojano y yo, para hablar de los que conozco, nos hemos metido a los archivos de Genovevo de la O y Francisco Mendoza, al Archivo del Cuartel General, hemos buscado y encontrado vetas documentales que no conoció don Jesús, si no cambia totalmente la perspectiva, cuando menos se van nutriendo de acontecimientos muy singulares las distintas facetas que tenía el zapatismo, no solamente en Anenecuilco, eso el mismo Sotelo Inclán lo reconocía.
MC.- Don Jesús proponía, en «Raíz y razón de Zapata», que los Documentos Primordiales de Anenecuilco estuvieran en el Museo de Historia Nacional, ¿el Castillo de Chapultepec podría exhibir los facsimilares del archivo que resguardaba Chico Franco?
SR.- No se me había ocurrido, pero no es una mala idea lo que usted me propone. El próximo año tenemos un programa establecido de exposiciones, ya habíamos hecho un par de exposiciones sobre Zapata en 2010 y 2011, esta vez tenemos una agenda diferente: vamos a apoyar exposiciones sobre Zapata en otros lugares, no en el Castillo de Chapultepec. Lo que usted cita, don Jesús se refería al antiguo Museo de Historia Nacional, el Castillo de Chapultepec abrió sus puertas en 1944. El Instituto Nacional de Antropología e Historia se fundó en 1939, así que don Jesús está hablando todavía del museo en la calle Moneda, exactamente del otro lado del Palacio Nacional estaba el Archivo General de la Nación, todo estaba circunscrito al Palacio Nacional, creo que era la intención simbólica de don Jesús, traduciendo sus palabras, creo él pensaba que el corazón de la historia de México estaba en el Palacio Nacional, del lado norte, y en el Archivo General de la Nación, del lado sur.
MC.- A título personal, ¿en qué homenaje le gustaría participar para conmemorar el 30 aniversario luctuoso de Sotelo Inclán?
SR.- Me gustaría platicar con la gente de la zona de Cuautla y con los estudiosos de la historia de Morelos, pero no solamente sobre Raíz y razón de Zapata. Me gustaría saber qué trabajos había hecho don Jesús sobre los asesinatos de Chiconcuac y San Vicente, yo llegué a trabajar el tema por iniciativa del propio don Jesús y porque en algunos de los textos refiriéndose al zapatismo mencionaban las dos masacres, el único que estaba trabajando en serio este tema era don Jesús. Después publiqué un pequeño ensayo hace 10 años, no conozco el archivo de don Jesús, valdría la pena publicar sus notas y las cosas que él estaba encontrando sobre San Vicente y Chiconcuac porque nos daría una visión más clara del conflicto entre el ser campesino con el derecho español que estaba cambiando y la depredación de los hacendados de mediados del siglo XIX. Me encantaría que viéramos un Sotelo Inclán renovado y renacido.
MC.- En la entrevista de 1970, don Jesús recordó las masacres de San Vicente y Chiconcuac porque Alicia Olivera había visitado la región.
SR.- Sí, don Jesús le dijo que estuvo parada en un «polvorín».
MC.- En la misma entrevista, don Jesús mencionó por primera vez sus hallazgos altamiranistas. ¿Era un secreto a voces entre los amigos de Sotelo Inclán la investigación de «Raíz y razón de Altamirano»?
SR.- Para ser sincero, usted me está hablando de cuando yo era un chamaco, sólo tenía en la cabeza a Emiliano Zapata, para mí era el personaje en la historia, Altamirano me parecía un personaje de la prehistoria. Escuchaba hablar a la maestra Alicia Olivera y a don Jesús, no crea usted que les hacía mucho caso, ni me acuerdo, no sé si llegaron a comentar la biografía Raíz y razón de Altamirano, supongo que sí, porque Alicia y Eugenia admiraban a Ignacio Manuel Altamirano, les parecía un personaje singular y radical del liberalismo decimonónico, pero no sé qué conversaron con don Jesús y para dónde iban sus investigaciones, como decían los zapatistas: «era yo chamaco y no me daba cuenta».
MC.- Finalmente, el archivo de Jesús Sotelo Inclán está envuelto en una polémica, su hermano Guillermo le vendió a Carlos Salinas los Documentos Primordiales. ¿Usted tiene algún antecedente?
SR.- ¿Usted se acuerda que Alicia Hernández Chávez publicó una parte del archivo?, creo que el Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica coeditaron el libro Anenecuilco Memoria y vida de un pueblo.
MC.- Sí, el libro salió en 1991, con un prólogo de Salinas.
SR.- Ahora que usted me cuenta esto, yo no había caído en cuenta del destino del archivo de don Jesús, ¿por qué no le escribe una carta a Carlos Salinas?
MC.- Pensaré el tono de la carta a Salinas, gracias por el consejo y por su tiempo.
SR.- Gracias a usted, si necesita algún dato adicional puede hablarme por teléfono, también puede buscarme en el museo.
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