Aunque anunciado desde el año pasado, recién ahora la opinión pública cubana cayó en cuenta que los aspirantes a ingresar a los institutos preuniversitarios vocacionales de ciencias exactas (IPVCE) ya no realizarían el examen de la asignatura de Español. La medida generó un intenso debate que implícitamente colocó los ojos sobre la calidad de la […]
Aunque anunciado desde el año pasado, recién ahora la opinión pública cubana cayó en cuenta que los aspirantes a ingresar a los institutos preuniversitarios vocacionales de ciencias exactas (IPVCE) ya no realizarían el examen de la asignatura de Español. La medida generó un intenso debate que implícitamente colocó los ojos sobre la calidad de la enseñanza de la secundaria básica en Cuba, de donde egresan quienes aspiran a estudiar en esas escuelas de requisitos especiales.
La controversia
Los IPVCE, explica una investigación oficial del Ministerio de Educación (MINED) se concibieron a mediados de los años setenta del siglo pasado para garantizar la formación de los futuros profesionales de las ciencias dentro de un plan mayor de construcción masiva de preuniversitarios, en respuesta a la entrada masiva de jóvenes a la edad de estudiar en esa enseñanza tras la explosión demográfica de la década anterior. Estudiar allí era socialmente percibido como una buena oportunidad.
La selectividad estuvo a la orden del día. Los aspirantes debían tener un límite mínimo de 88 puntos en el promedio de las notas al concluir el noveno grado y vencer con éxito exámenes adicionales de Matemática y las llamadas ciencias naturales (Química, Física o Biología), que desde los años noventa fueron sustituidas por el de Español e Historia de Cuba.
En el curso 2009-2010 regresaron los preuniversitarios urbanos le restó parte de su atractivo a los IPVCE, y las autoridades de Educación se enfrascaron en retomar el sentido más inclinado hacia a las ciencias naturales en las 16 «Vocacionales» existentes en el país, las cuales, según datos del MINED, representan apenas el tres por ciento del total de las escuelas de ese nivel de enseñanza, y sus 11 mil 142 alumnos son aproximadamente el ocho por ciento de la matrícula absoluta de esa enseñanza en la nación.
Dentro de ese propósito optaron a partir del actual período lectivo por un cierto regreso al esquema de ingreso existente hasta 1990. «Queremos mantener la asignatura de Historia, los elementos del Español evaluarlos en la redacción de Historia», dijo José Lázaro Hernández Tabío, metodólogo nacional de la enseñanza preuniversitaria cuando informó al comenzar el año académico 2017-2018 que el examen de Español ya no sería requerido entre las pruebas adicionales para el ingreso a los IPVCE.
Sin embargo, antes de que lo opacara la elección del nuevo presidente cubano, la medida cobró relevancia al llegar el momento en que efectivamente se harían los exámenes de ingreso. Del lado del Ministerio de Educación (MINED), su viceministra Margarita McPherson Sayú, reiteró el argumento de que la decisión era parte de una estrategia por rescatar los objetivos primigenios de estos centros. El paso, agregó Adalberto Revilla Vega, director nacional de secundaria básica, complace los requerimientos de los docentes y de las organizaciones estudiantiles.
Una encuesta a la sazón colocada en el portal Cubadebate mostró una clara ventaja de los opuestos a la exclusión del examen de Español. Paradójicamente el mismo sondeo indicó que la mayor parte de las respuestas se inclinaban por mantener los exámenes que sustituyeron al de Español (Química, Física o Biología). De acatarse esas opiniones los interesados en acceder a los IPVCE tendrían que hacer cuatro pruebas en vez de las tres actuales. «Si intentamos seleccionar los mejores para estos centros no se puede estar de espaldas a nuestra lengua materna, para cerrar más el cerco hacia las ramas de ciencias se agrega la cuarta prueba de ingreso y eso es correcto», consideró quien firmó como Maykel González.
No obstante también hubo juicios divergentes: «Eliminar el examen de Español no implica desconocer su uso correcto, eso si [sic.], es necesario que domine las ciencias hasta donde le han sido impartidas», dijo otro forista. Incluso se vieron pareceres intermedios. «No estoy a favor o en contra de eliminarlo mientras lo que se evalúe sea el objetivo», expresó otro ciudadano.
Quien sí patentizó su malestar, también a destiempo, fue la Academia Cubana de Lengua, advirtiendo sobre cierto repliegue del dominio de la lengua española, inversamente a la potenciación de las lenguas extranjeras. «La posibilidad de pasar un examen para lograr un objetivo concreto se convierte en un incentivo para lograr habilidades lingüísticas como las comentadas, la decisión adoptada no favorece, más bien desestimula el interés del estudiante», concluyó.
La Academia hizo una propuesta concreta: dos niveles de selección, dejando que examen de Español y la materia de interés determinen el ingreso definitivo; o de lo contrario «un único examen con cuatro secciones de puntuación equitativa que sería calificado por los profesores de todas las materias».
¿Hacia la integralidad?
Un informe de la UNESCO corroboró que al terminar el 2015 Cuba era el único país de América Latina que tiene escolarizados a la totalidad de su población en edad de cursar la secundaria básica, independientemente de su solvencia económica, lugar de residencia, raza o sexo. El organismo internacional afirmó que el Archipiélago es referente en la región en la financiación y voluntad política del Estado en pos de mejorar la calidad de la educación.
Paralelamente desde 2011 la secundaria básica cubana hizo un lento pero evidente regreso a la especialización de sus profesores y más tarde, desde el curso 2014-2015, incrementó la rigurosidad de la evaluación de la ortografía en respuesta a las alertas sobre la falencias que en este sentido tenían los estudiantes. Dicha acciones tácitamente intentaron potenciar la articulación entre las diferentes asignaturas en los planes de estudio, algo que continuó haciendo el sistema cubano de educación en la última década sin suficientes pruebas de que lo lograra.
De hecho en 2012 un grupo de docentes de la entonces Universidad de Ciencias Pedagógicas José Martí de Camagüey advertía que el profesorado de las secundarias básicas no había avanzado lo suficiente en el planteamiento de tareas integradoras de los contenidos de varias asignaturas, algo que debería ser la tónica de los nuevos exámenes de ingreso a los IPVCE ya que no estará el de Español.
Luego un equipo de investigadores de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, provincia de Pinar del Rio, concluyó que estudiantes de noveno grado de esa provincia tenían dificultades para comprender textos de diversa tipología. Tras analizar la preparación para los exámenes de Matemáticas durante el proceso de ingreso al IPVCE en el curso 2014-2015 ellos indicaron las dificultades de los educandos para comprender y elaborar las respuestas a los problemas matemáticos, habilidades más cercanas a la lengua materna. Adicionalmente acotaron que los programas, orientaciones metodológicas y libros de texto empleados para el trabajo de la asignatura de Lengua Española en secundaria básica en Cuba, carecían de «las precisiones teórico-metodológicas y de sistemas de ejercicios que favorezcan la integración de contenidos con otras asignaturas para la enseñanza de los componentes de la lengua materna: comprensión, análisis y construcción de textos».
Todas estas señales ponen en duda que si este era el momento para integrar la Lengua Española con otras materias en el proceso de definir las competencias de los futuros alumnos de los IPVCE. El afán de «rescatar los objetivos fundacionales» de este tipo de escuelas no parecer sostenerse por si mismo a sabiendas que se viven tiempos donde el correcto uso del idioma español está constantemente amenazado. Más triste todavía fuera que se cumpliera el vaticinio que al respecto hizo la periodista Alina Perera en el foro radial Hablando Claro: «No dudo que más temprano que tarde habrá un reflujo y regresará la prueba de Español».
Fuente: http://progresosemanal.us/20180503/a-la-vocacional-sin-prueba-de-espanol/