La sílice -o dióxido de silicio (SiO2)- es un componente básico de la tierra, arena, granito y otros muchos minerales que puede presentarse en forma cristalina o amorfa. El cuarzo es con diferencia la forma más común de sílice cristalina. Es el segundo mineral más usual y se encuentra en casi todos los tipos de […]
La sílice -o dióxido de silicio (SiO2)- es un componente básico de la tierra, arena, granito y otros muchos minerales que puede presentarse en forma cristalina o amorfa. El cuarzo es con diferencia la forma más común de sílice cristalina. Es el segundo mineral más usual y se encuentra en casi todos los tipos de roca.
En nuestra industria, existen innumerables sectores con exposición a sílice cristalina: áridos, industria cerámica, fundición y siderometalúrgica, vidrio, cemento, mortero y hormigón, piedra natural, lana mineral. En industrias de extracción o trasformación de minerales, el porcentaje de sílice cristalina puede variar: mármol hasta 5%, granito hasta 30%, pizarra hasta 40%, aglomerado de cuarzo hasta 95%,€
Hasta no hace mucho esta piedra se trabajaba en talleres entre nubes de polvo que cubrían el entorno, la ropa, los ojos, y hasta el almuerzo de arena blanca. Polvo de sílice. Veneno.
Luego -como decía, no hace mucho- vinieron las primeras enfermedades y los primeros fallecimientos, y con ellos las sobrevenidas investigaciones y las primeras medidas de seguridad: mascaras, asilamientos, sistemas de corte alternativos, etc.
La ciudad de Cartagena conoce bien este problema; ya en 1985 se escribió el libro «Silicosis en la cuenca minera de Cartagena», una investigación de la cátedra de anatomía patológica de la facultad de medicina de la Universidad de Murcia. Alertaba de lo que denominaba una «patología específica de la Región murciana».
Desde entonces, las compañías de seguros se han hecho expertas en defender la circunstancialidad de la enfermedad: el tabaco, otras enfermedades que se superaron en la infancia, la higiene doméstica y demás, o sea cualquier hecho que les pueda eximir de responsabilidad puede ser usada como argumento consistente en contra del perjudicado. Es lo que ustedes conocerán por la relación causa-efecto.
El problema es que no estamos hablando de un resquicio de otra época: no es una herencia del pasado. La mitad de los casos detectados son trabajadores ya retirados o fallecidos, pero la otra mitad son empleados en activo, en pleno siglo XXI. He aquí el verdadero peligro y de ahí la relevancia de este Consultorio Jurídico que desde esta palestra ofrecemos para ustedes. No es que aún, a día de hoy, continúen apareciendo nuevos casos. Al parecer están aumentando. El Instituto Nacional de Silicosis (un Centro Especial de la Seguridad Social), justifica este hecho en base a tres factores: abundante presencia de trabajadores jóvenes en activo; disminución de la historia laboral de riesgo; incumplimiento grave de la vigilancia sanitaria, tal y como se puede comprobar en la documentadísima estadística de acceso público que ofrece el meritado Instituto, la cual iremos comentando en la entrevista-chat del próximo viernes.
Y ante este aumento de casos, y en una zona tan castigada históricamente por estas enfermedades profesional ocasionadas por partículas suspendidas en el aire, podrá derivarse responsabilidad civil y penal, por eso mismo se hace estrictamente necesario, imperativo, el cumplimiento riguroso y exhaustivo de la normativa de seguridad. Además, con los antecedentes que conocemos, las empresas deben mostrar un especial cuidado extremo en el diseño de sus procesos de trabajo, más allá si cabe de lo meramente obligatorio en favor de la salud de sus trabajadores, siendo la vigilancia de la salud en estas mercantiles la clave del éxito. La detección es primordial, es una ayuda insustituible para corregir y por consiguiente actualizar los sistemas de prevención del riesgo laboral y penal, porque a pesar de lo que pueda pensarse, no es algo del pasado, ni solo de mineros con pulmones de piedra.
Paco Antón es abogado laboralista
Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2017/11/13/pulmones-piedra-amianto-silice/874916.html