La concesión de asilo político al cubano Luis Posada Carriles, requerido en Venezuela por actos de terrorismo, «destruiría la credibilidad de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo», afirmó un congresista demócrata. El representante William Delahunt remitió una carta al comité de Relaciones Internacionales de la cámara baja, del que es miembro, en la […]
La concesión de asilo político al cubano Luis Posada Carriles, requerido en Venezuela por actos de terrorismo, «destruiría la credibilidad de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo», afirmó un congresista demócrata.
El representante William Delahunt remitió una carta al comité de Relaciones Internacionales de la cámara baja, del que es miembro, en la que advierte del error de la concesión del asilo político a Posada Carriles, de 77 años.
El abogado de Posada, Eduardo Soto, tiene previsto informar hoy en una conferencia de prensa en Miami de la presentación de la solicitud de asilo político en favor de anticastrista Posada Carriles ante las autoridades de Inmigración de Estados Unidos.
«Muchos de quienes objetan los esfuerzos de Estados Unidos en nuestra lucha contra Al Qaida y la guerra en Irak se hacen eco de la frase de que ‘lo que para algunos es un terrorista, para otros es un combatiente por la libertad'», escribió Delahunt.
De acuerdo con la definición internacional de terrorismo, agregó el congresista, «todos los terroristas deben ser identificados claramente como enemigos de la civilización, y todas las naciones tienen el deber de ayudar en el esfuerzo para poner fin a esta amenaza contra nuestro pueblo».
Delahunt recordó que desde hace varios días se ha informado que «el auto declarado terrorista Luis Posada Carriles está en Florida y tiene intenciones de pedir asilo político».
«Aparentemente Posada tiene la idea de que, dado que sus actividades terroristas se llevaron a cabo contra cubanos que vivían bajo el régimen de Fidel Castro, el gobierno (del presidente George W.) Bush le permitirá que se quede en EEUU», añadió.
El congresista agregó que «no es sorprendente que Posada haya llegado a esa conclusión dado que otros dos notorios terroristas, Orlando Bosch, de Cuba, y Emmanuel Constant, de Haití, son ahora residentes de Estados Unidos gracias a la intervención de administraciones anteriores».
Posada recibió instrucción de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el manejo de explosivos como parte de la incursión en Playa Girón, en 1961, cuando un grupo de exiliados cubanos intentó derrocar al régimen de Fidel Castro.
Durante años se ha mencionado a Posada como vinculado al ataque terrorista en 1976 que destruyó en vuelo un avión de la aerolínea Cubana de Aviación y mató a 73 personas, ataques contra hoteles en Cuba que mataron a una persona e hirieron otras 11, y un plan para asesinar en 2000 a Castro durante una visita a Panamá.
Posada estuvo en paradero desconocido desde que en agosto de 2004 fue indultado en Panamá y hasta finales de marzo cuando medios locales dieron a conocer que estaría en Miami.
El anticastrita fue indultado por la ex presidenta Mireya Moscoso junto a otros tres cubano-estadounidenses acusados por La Habana de planificar un atentado contra Castro en 2000.
Posada y los otros tres activistas anticastristas habían sido condenados el 20 de abril de 2004 a penas de siete años de cárcel por delitos contra la seguridad, pero no se les demostró las alegaciones de que planeasen atentar contra Castro.
Posada fue arrestado en Caracas, en 1976, después de la destrucción del avión cubano y señaló que aunque fue juzgado in absentia, sigue siendo requerido por las autoridades venezolanas desde que se fugó.
Más tarde Posada estuvo en América Central donde supervisó las opreaciones de suministro para los rebeldes Contras que luchaban para derrocar al gobierno de Nicaragua.