Abordado en los pasillos del Palacio de Congresos de Madrid, en el cual tuvo lugar la VIII Asamblea Federal de IU (en noviembre de 2004), el antiguo coordinador de Izquierda Unida y ex secretario general del Partido Comunista de España, Julio Anguita, dio pie a sus reflexiones en un espacio no superior a los veinte […]
Abordado en los pasillos del Palacio de Congresos de Madrid, en el cual tuvo lugar la VIII Asamblea Federal de IU (en noviembre de 2004), el antiguo coordinador de Izquierda Unida y ex secretario general del Partido Comunista de España, Julio Anguita, dio pie a sus reflexiones en un espacio no superior a los veinte minutos que duró esta entrevista. Al ser interrogado por su salida de la dirección federal a causa de sus problemas de salud, Anguita nos explicó que «por los problemas de salud dejé de ser candidato, pero mi decisión, expresada en el año 98, era dejarlo sabiendo irme. Para el año 2000 estaba prevista mi salida definitiva»
VII Asamblea Federal
¿Cómo se ha llegado a esta VIII Asamblea Federal? ¿Cuál es su opinión respecto al papel de IU durante estos últimos años, y que ha derivado en esta Asamblea en la cual se debate la continuidad del Coordinador General Gaspar Llamazares?
Estos problemas no representan cuestiones de sustitución: en IU han aparecido los problemas que han acuciado al resto partidos de izquierda en Europa, zanjados en otros momentos al renunciar a las concepciones clásicas. Pero dentro de Izquierda Unida existen dos líneas que existían ya siendo yo secretario general del PCE. Por un lado, hay una línea que plantea que somos una fuerza de izquierdas que no asume la sociedad existente, y que dice que hay que organizar a la gente a través del conocimiento, la práctica, las instituciones y la propia lucha y movilización en aras de poder transformar la sociedad. Porque [hace un gesto que lo identifica con esta primera visión] no la asumimos.
Hay otra vía que dice «vamos a hacer lo que sea posible», trabajando sólo en las instituciones donde se celebran alianzas clásicas, es decir, alianzas que son tópicas ya en el mundo de la izquierda con los sindicatos y con el PSOE, efectuadas en función de siglas. Pero no de programa.
…y volvemos al famoso programa
Para mí, el programa es el que define las alianzas, quiénes son mis amigos, los valores del partido, las etapas, los métodos, los contenidos. Para mí, el programa es la posibilidad de encontrar el sitio donde empezar a trabajar para transformar, con el riesgo que esto implica. Este es y ha de ser el debate que hay en IU, no la elección a coordinador general.
En su opinión ¿qué líneas de actuación ha seguido IU desde que en 2000 Gaspar Llamazares accedió a la coordinación? ¿Son muchas las diferencias en relación a su anterior etapa al frente de la coalición de izquierdas y del PCE?
No voy a enfatizar sobre eso último porque establecería aquí una crítica maliciosa en una entrevista que no responde a lo que exige hacerse más matizadamente. Luego me aferro a mis criterios y diré que creo que prevalece una diferencia marcada en cierta medida por el triunfo del PP en el año 96. Desde entonces el partido de Aznar se convierte en el enemigo a batir. ¿Cuál es, pues, la diferencia? En mi opinión, lo que marca qué es la derecha y qué la izquierda es la política, no las siglas. Porque si hablamos en contenidos políticos, el PP está a favor de la OTAN y el PSOE también; el PP apoyó a este organismo cuando se produjo la agresión a Yugoslavia y el PSOE también; el PP estaba a favor de la primera guerra del Golfo y el PSOE también.
Quiero decir con esto que lo que a mi me hace englobar a los colectivos en derechas e izquierdas no son sus siglas. Jamás me guío por ellas, y sí por los contenidos. Esa es una de las diferencias que pueden existir en IU.
La preeminencia de las siglas sobre lo puramente cualitativo, dice usted
Yo no soy nominalista, soy comunista y no renuncio a mis ideas. Pero sí estoy dispuesto, en el marco de Izquierda Unida, a elaborar junto a ecologistas, pacifistas, feministas… programas y proyectos que llevar a la práctica. Lo que me une a otros es no renunciar, aunque me lo pidan, a renunciar a ser comunista, del mismo modo que yo no pido a los demás renunciar a su identidad.
Respecto al posible cambio de nombre [entre otros la directiva de Gaspar Llamazares ha barajado el término Izquierda Unida Verde], otra de las diferencias es que las siglas «Izquierda Unida» nos permiten estar a todos sin la menor inquietud de que nadie quiera quitarme el nombre. Ni yo pido al ecologista, ni que el ecologista me pida a mi renegar de nuestras ideas, pero sí podemos aportar elementos de un nuevo programa de izquierdas que entre el ecologismo y la lucha obrera clásica éstos tengan lugar.
El papel del PCE en el seno de IU
Los medios de comunicación, en cierto sentido, otorgan un papel destructivo al mismo dentro de la coalición. Pero ¿qué piensa Julio Anguita de todo ello?
Vayamos primero hacia una cuestión previa que parece harto importante: los medios de comunicación no son juez, sino parte, porque representan a empresas que están vinculadas a la ideología dominante.
En segundo lugar, todos los medios de comunicación que toman parte y portan una ideología determinada -que acostumbra a coincidir con la del capitalismo globalizado- tiene unos intereses de venta. Sabemos hoy que basta con que el producto sea escandaloso [la noticia] para que éste venda.
Estas dos circunstancias hacen que el papel de comunicación de los medios sea más que cuestionado y sea más que dudoso. Los medios critican, pero yo -eso sí, silenciado- también critico a los medios. Criticar es análisis, no censura, y por tanto sitúo a los medios en un lugar mesurable, ya que también ellos pueden medirse en sus críticas.
Hecha esta aclaración, vayamos al grano. El Partido Comunista fue prácticamente el creador de IU, y la dio lo mejor que tenía. Pero también lo peor. Lo mejor ya lo conocemos, todo el esfuerzo que ha hecho este partido desde su nacimiento, la lucha contra Franco, etc. Sin embargo, también en el seno del PCE hay una doble línea de actuación política. Una de ellas, de origen francés, que afirma: la revolución o la política de transformación se hará si nos unimos los comunistas -PCE- y los socialistas -PSOE-, pero a nivel parlamentario solamente. Eso era algo cuestionado por la primitiva izquierda, pero en el PCE se transmitió de hecho a sectores de IU. No olvidemos que una parte importantísima de los hombres y mujeres de Nueva Izquierda procedían del PCE. Y sin ir más lejos, en la actualidad, cuando se plantean críticas y problemas, todos los grandes dirigentes de IU que en estos momentos aparecen los unos frente a los otros son del PCE.
Llamazares incluido…
¡Evidentemente! Dígame usted un dirigente de IU que no sea del Partido Comunista. Fíjese en Rosa Aguilar, quien llega de su más alta dirección.
El problema del PCE veo que está en otro momento. Cuando en el año 91 se nos machaca a través de los medios, presionando para que disolviésemos al PCE, yo aparecí en aquél debate y me opuse a aquella decisión. Les dije a los periodistas una cosa: vosotros no queréis que el PCE desaparezca. Vosotros queréis que haya una IU distinta de la que piensa el PCE. Como aquí un compañero de la Asamblea, que ha propuesto el siguiente eslogan para IU: «Goodbye Lenin». [Ríe] ¡Pero si aquí los leninistas no hacemos siquiera de eso ya una batalla!
El motivo era y es un mensaje al mundo de afuera, al políticamente correcto, que traducido viene a expresar que esta fuerza ha dejado de ser utópica. La utopía es para mí requisito indispensable si se quiere ser de izquierdas. O intentamos transformar la sociedad o nos plegamos ante ella.
Actualidad General
La polémica intervención del ex-presidente Aznar marcó la semana pasada un nuevo punto de conflicto en la Comisión del 11-M. ¿Qué opinión tiene de ella (de la propia Comisión)? ¿Está dando frutos, no está madurando, o, en contraposición, no debió haberse llevado a cabo?
Al principio ni PP ni PSOE quisieron acudir a la Comisión. Después llegaron y transformaron aquello en un debate post electoral. Que el señor Aznar se arrepienta o no es algo que personalmente me trae sin cuidado. El problema que hay ahí, y lo digo refiriéndome a Aznar, es el siguiente. Inicialmente este señor metió a España en una guerra de agresión ilegal contra la Carta de las Naciones Unidas. Que después interpretando una posterior resolución la bendijeran, les diré que las bendiciones no se dan con carácter retroactivo. Es decir, Aznar apoyó una guerra de agresión, conculcando el capítulo séptimo de la Carta de la ONU. Algo clarísimo, como tan claro fue que desde entonces pasásemos a ser objetivos del integrismo más exacerbado.
Por todo ello es Aznar responsable político como inductor -no estoy acusando al ex presidente, ni mucho menos, de actuar conscientemente- por su acción de ir a la guerra.
Pero no entiendo a PSOE ni tampoco a IU cuando no quieren que vayan a declarar los confidentes. Aquí ha habido una dejación de responsabilidad por parte de los mandos policiales. Y eso se tiene que depurar y aclarar. ¿Por qué? Por que la policía española es una de las que más confidentes utiliza. Los confidentes no «cobran», simplemente hallan ciertas permisividades. Esto forma un mundo en el que nada está claro y en el que cualquiera puede infiltrarse. No estoy de acuerdo, repito, con IU y PSOE, puesto que no se ha llegado al meollo de la cuestión. Se buscan únicamente responsabilidades políticas evitando sanear una parte de las cañerías del Estado.
La visita del presidente venezolano Hugo Chávez Frías a España propició las críticas del ala dura del PP hacia el Ministro de Exteriores, Moratinos, quien acusó al antiguo ejecutivo de «legitimar» el golpe en 2003. ¿Qué conclusiones saca de este rifirrafe? ¿Y Venezuela? ¿Conoce lo que se está gestando allí?
Lo conozco porque lo sigo de cerca, pero antes de hablar del golpe déjeme decir una cosa muy clara: ya es hora de que las llamadas democracias europeas, entre ellas España, copien el modelo venezolano. A ver qué presidente se somete a un referendo revocatorio. Pónganme ustedes un caso. Ahí nos dan sopas con ondas, a nuestras democracias tan bien instaladas y autocomplacientes.
El proceso venezolano es interesantísimo, pero ocurre que se da a nivel venezolano, donde hay menos desarrollo y donde se intenta simplemente mostrar rudimentos de justicia social.
Lo que hubo allí fue un intento de golpe por parte de los empresarios más poderosos con el visto bueno y el apoyo del gobierno español. Moratinos dijo la verdad, aunque luego justificase esa verdad con nuevas declaraciones más o menos evasivas hacia el asunto en conflicto.
Ya han ido apareciendo datos útiles, descubierto complicidades… y sobre todo, infiere determinada prensa que yo no llamo canallesca, sino encanallada. Una prensa que habla de Chávez como de un dictador, mientras se embelesaba con el borracho y golpista de Boris Yeltsin. Lo que hacemos los que creemos que el combate ideológico no tiene tregua ni cuartel es explicar nuestra postura con claridad y decantarnos: y yo apuesto por la Venezuela de Chávez, quien si falla no dude lo criticaremos. Su golpismo lo pagó en la cárcel y su causa es, pues, mucho más democrática que la de los principales dirigentes de la Unión Europea. El pedigrí democrático de la Comunidad se presenta superpoblado de bellas historias y notorios retrocesos sociales.
En Marzo de 2003, la guerra de Iraq tuvo lugar pese a la oposición de millones de personas protestando en muchos de los países atacantes. No es aquí donde quiero llegar. Demostrada la falacia de las armas de destrucción masiva, así como desmantelada la vinculación entre el dictador laico Sadam Hussein y el fundamentalismo integrista, quisiera hacer una no muy lejana retrospección. Evidenciado el factor geoeconómico como la clave que desencadenó esta nueva contienda, recordaré que durante la guerra del Golfo, en 1991, la cual se fraguó debido a la invasión de Kuwait por parte de Sadam, Julio Anguita se plantó junto a su grupo parlamentario sólo en el Congreso de los Diputados contra la participación española en la misma. ¿Fue aquella guerra que sin paliativos apoyó el PSOE un antecedente claro de la que sufrimos ahora?
¡Aquella guerra fue del mismo modo de agresión! Tampoco se utilizaron los mecanismos de las NNUU. Entonces, alejándome de lo políticamente correcto, yo pregunto: Estados Unidos, ¿y usted quién leches es? Guste o no debemos plantarnos. Después hubo otras cosas.
Lo que ha ocurrido a raíz de la primera guerra del Golfo Pérsico, la agresión de la OTAN a Serbia, la invasión de Afganistán y la segunda guerra -no acabada- de Iraq constituyen ni más ni menos que una fase para un Nuevo Orden Mundial en el cual la ONU ya no pinta nada. Desapareció el Bloque de Varsovia y hemos visto la gestación de un planeta unipolar. Ese mundo unipolar ha ido haciéndose gracias a golpes militares y a doctrinas que han ido justificándolo. ¿Cuál es esa doctrina? La guerra preventiva. ¿Y qué excusa emplea? El terrorismo internacional. Siempre que haya una excusa existirá un enemigo. Y estoy de acuerdo, salvo en el último contratiempo el PSOE ha estado en el mismo lado de la agresión.
Añadiendo algo más al asunto, yo una vez acusé a Javier Solana de ser un criminal de guerra. Y lo sigo manteniendo con todas sus palabras, porque cuando una acción se lleva a cabo violando lo estipulado en el marco de las NNUU se la denomina guerra de agresión. Vino a España Koffi Annan [vigente secretario general de la ONU] y lo recibimos en la Comisión de Asuntos Exteriores. Aquél día les fue prohibida la entrada a los medios de comunicación. Estábamos ciento y pico diputados. Yo me dirigí al señor Annan, le entregué la propuesta de IU y le pregunté: ¿la intervención de Yugoslavia se produce bajo el paraguas de la ONU? No señor. Por tanto, quien omite a las Naciones Unidas para acometer una serie de actos y, en consecuencia, avala el empleo de, pongamos el caso, bombas de racimo, deviene inmediatamente en criminal de guerra. Imputación que yo hago a Javier Solana Madariaga.
Afganistán, Haití… ¿Qué le dicen estos países?
Que tenemos un papel nefasto aportando tropas auxiliares al Imperio. Lo que pasa que quienes aseguran «no tenemos más remedio que hacerlo, EEUU nos presiona», no pretenda venderme esa premisa más que como seña de claudicación, no en nombre del altruismo.
Los talibán fueron en su día apoyados por la Administración USA, tratados como «luchadores patrióticos» frente a los vestigios del anterior régimen [de Najibullah] poscomunista. Pero ¡qué vueltas nos da la vida! Los terroristas de hoy son los héroes del ayer. Quien mata merece ser, por esta condición, perseguido, encarcelado y condenado. Pero no adelantemos acontecimientos: el señor Sharon, héroe en su país, es un terrorista. De este modo, ¿quién es, quién no es terrorista? Aquí nos dicen que hay que perseguir a la muerte, pero sólo unos pocos introducen los adjetivos que la distinguen. Sólo unos pocos aportan los medios, vastísimos a su vez para aplacarla -y reproducirla.
En Afganistán no pintamos absolutamente nada. Su presidente [Hamid Karzai] es un antiguo alto funcionario de una de las petroleras norteamericanas más importantes. Sucede lo mismo en Afganistán, cuyo tremendo problema viene desde la época del antiguo dictador apoyado por EEUU, ‘Papa Doc’ Duvalier, que tiene en su haber el sostener a los más sanguinarios dictadores norteamericanos con el riesgo de que la situación se les escapara de las manos. Ya sucedió en Panamá, con el régimen de Noriega.
Cuando la política se fundamenta en el desarrollo económico de las grandes multinacionales -Halliburton, etc.- los principios éticos desaparecen. Otra cosa es que se recurra a ellos indiscriminadamente.
Desde un primer momento, Izquierda Unida anunció que haría campaña en favor del NO a la aprobación en referéndum de la Constitución Europea. ¿Cuáles son las razones básicas para negarse a aceptar el próximo 20 de febrero la nueva carta europea?
En primer lugar, porque como tal no es una Constitución. En segundo término, porque su procedimiento no es conforme a la justicia. Tercero, porque define una política económica y la constitucionaliza; hasta ahora ninguna política económica había sido hecha constitución. Ahora sí: el neoliberalismo y sus principios monetaristas. Cuarto, porque no hay lugar para la política. Es la toma de decisiones; se le otorga la decisión económica al Banco Central Europeo, degenerando esto a su vez en una vejación de poder tremenda. Quinto, porque va a obligar a cambiar la Constitución Española, que ya fue modificada de hecho, pero ahora la eleva a nivel de derecho. Nuestra Constitución quedó ya fuera de órbita con la aplicación de la política de Maastricht. Sexto, porque al referirse a la economía como de «alta competitividad», esto conduce a la dislocación empresarial, a la deslocalización de las empresas y a las reformas estructurales del mercado laboral. Es una constitución hecha para e l mercado del gran capital. Séptimo, porque la política exterior de la Unión asume el concepto de la guerra preventiva de Bush…
Medios de Comunicación
Finalicemos la entrevista hablando de un asunto que concierne a mi carrera de procedencia, periodismo. ¿Cuál es la incidencia que poseen los medios de comunicación en nuestra población? ¿Beneficia el factor económico a los dos grandes partidos al aglutinarse los medios con más recursos al amparo de las grandes multinacionales?
Yo sé de periódicos que son del PSOE, periódicos que mayoritariamente son del PP. O que el ABC es monárquico… Cada cual según su ideología, perfecto. Lo que me irrita y me fastidia es que lo oculten.
Vivimos un fenómeno de concentración sin freno -por ejemplo, la Cadena SER con el Asunto Polanco-. Cuando la propiedad de los medios cada vez más se monopoliza, la información deja de existir. De hecho, la información presente es, mayoritariamente, propaganda muy bien maquillada. Pero propaganda en definitiva.
Con relación a la TV pública: hemos de ser austeros, erradicar la publicidad empresarial nacida de manos privadas cuyo principal ánimo consiste en vender… ¡y recargar a los ricos con impuestos sobre la riqueza! Se gravan los beneficios de la banca, se gravan los beneficios empresariales, se recortan los accesos salariales de altos cargos., etc.
Hay una asignatura de la que me muestro claro partidario que debería impartirse no sólo en las facultades de tiempo, sino desde la educación primaria hasta la entrada en la Universidad: el estudio de los organismos internacionales que nos rigen, cómo funcionan las instituciones mundiales, continentales, nacionales… una asignatura que haya que estudiar y aprobar. Un estudiante universitario debe saber qué es la Unión Europea, un profesor debe saber de qué manera administran los ayuntamientos el dinero público hacia la ciudadanía. ¡Hay que saberlo! Pues serán, válgame el caso, sabios en matemáticas, pero pésimos ciudadanos. El periodismo… yo plantearía una pregunta bien sencilla ¿Lo que hace usted está sometido a las leyes de mercado? Si responde usted afirmativamente, se justificará con el «tengo que comer» u otras acepciones, y yo le daré la razón. Pero no venga luego dando lecciones de objetividad.
Los buenos profesionales tienen hoy unas condiciones de contrato tremendas, muchos de ellos machacados y explotados por sus respectivas empresas de comunicación. Así no hay forma de potenciar la libre e independiente información a la que aspiramos, como derecho reconocido, los hombres y mujeres de este país.